Cuando la ciudad te enferma

W(La Nación, 22/2/2010)

Una investigación académica en Brasil comprobó que respirar el aire urbano cargado de partículas sólidas aumenta el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares. No es eufemismo, la contaminación altera la composición del colesterol malo. Por Mario Osava

Controlar el colesterol no asegura la salud cardiovascular en ciudades contaminadas como Sao Paulo: las partículas suspendidas en el aire alteran la composición molecular del LDL, el “colesterol malo”, volviéndolo más peligroso.

La nueva estructura del LDL (lipoproteína de baja densidad) facilita la acumulación de grasa en las arterias, es decir la aterosclerosis, cuyo agravamiento obstruye la circulación sanguínea y puede dañar órganos vitales como el corazón y el cerebro.

El estudio que comprobó este riesgo fue la tesis de doctorado de la biomédica Sandra Castro Soares, en la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (FMUSP).

La investigación se realizó con ratones, que fueron colocados por primera vez en el ambiente real, respirando el mismo aire contaminado por el tránsito vehicular que cualquier persona, cerca de una agitada avenida de la ciudad, durante sus cuatro primeros meses de vida, que corresponden a 40 años de los seres humanos, edad en que suelen ocurrir infartos. Mientras, otro grupo de ratones fue mantenido en cámaras de aire filtrado.

El primer grupo terminó el período de muestra con las paredes arteriales más gruesas, el LDL alterado y anticuerpos contra esa modificación. Todo apunta a un mayor riesgo de infarto.

CUALIDAD DE LA GRASA

El problema son las micropartículas que “atraviesan las barreras nasales y pulmonares, entrando a la circulación sanguínea”, explicó Sandra Castro Soares.

“No alteran la cantidad de grasa, sino su cualidad” de adherirse a las paredes de las arterias. La alteración atrae más anticuerpos, lo que a su vez atrae más LDL, agravando el cuadro.

En las últimas décadas, São Paulo logró reducir a la mitad la cantidad de partículas contaminantes en su atmósfera, pero la investigación reveló que ese aire aún no es saludable, aún cuando cumple con la calidad recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMC), con una concentración menor de 50 microgramos de partículas por metro cúbico de aire, señaló Lucía García, tutora de la tesis de Soares en el Laboratorio de Contaminación Atmosférica de la FMUSP.

Las partículas son oxidantes y el LDL oxidado intensifica la aterosclerosis, aumentando los riesgos de enfermedades vasculares para quienes viven en las grandes ciudades del mundo. Correr por calles contaminadas puede ser muy malo para la salud, advirtió García.

De hecho, hay numerosos y variados efectos de la contaminación urbana, revelados por estudios recientes en São Paulo. Nacen más niñas que niños, aumentan los nacimientos prematuros o con peso inferior al normal, así como la infertilidad masculina y las muertes por enfermedades respiratorias. El cáncer infantil y el hipotiroidismo son otras consecuencias posibles.

Nacer con bajo peso no es sólo una cuestión de tamaño. Se trata de “un feto más inmaduro”, con órganos sin desarrollar totalmente, lo que puede dejar secuelas e incluso causar una muerte precoz, explicó el médico Paulo Saldiva, que coordina el Laboratorio de Contaminación.

La Universidad de São Paulo está hoy “entre las cinco del mundo que producen más conocimientos en el área” que relaciona salud y ambiente, se enorgullece Saldiva, si bien lamenta que los hallazgos influyan poco en las políticas públicas brasileñas.

De la contaminación “nadie escapa”, aseguran, porque “los más pobres están más expuestos”, por viajar horas en autobuses que transitan calles congestionadas, mientras los ricos disponen de automóviles cerrados, con aire acondicionado.

La desigualdad social coincide con la injusticia ambiental, ya que los más pobres viven en lugares inadecuados, vulnerables a inundaciones y derrumbes, con más escasez de agua y más contaminación, dijo la especialista.

Se concentran en investigar los efectos en quienes pasan más tiempo en lugares contaminados y se preocupan especialmente del material particulado y el ozono, por sus riesgos en la salud.

*El semanario ambiental de América Latina www.tierramerica.net