Carta – Calidad del aire y salud

(El Mercurio. 01/10/2009)

Señor Director:

Un grupo de ingenieros UC argumentan que las exigentes normas para material particulado 2.5 en el aire de Santiago nos beneficiarían con menos muertes y enfermedades, ante lo cual cualquier freno a las actividades industriales para lograr estas metas estaría justificado. En mi calidad de pediatra y especialista en Salud Pública debo manifestar mis reparos a tal argumento, principalmente por la falacia estadística que por años ha servido para estimar erróneamente el impacto en salud derivado de la contaminación atmosférica; es decir, utilizar modelos de regresión en fenómenos vitales sin el análisis epidemiológico adecuado.

La realidad confirma lo anterior, ya que al analizar los datos oficiales de mortalidad por cáncer pulmonar, laríngeo, asma y neumonías, las comunas de Santiago, especialmente las más contaminadas por material particulado, no aparecen entre las 30 más afectadas del país. Los antecedentes recogidos en mis años de experiencia en el tema de salud ambiental claramente siguen indicando que el principal determinante de la mala salud de la población es por lejos el nivel de pobreza, flagelo al cual deberíamos atacar con el mínimo de impacto ambiental.

MANUEL SALINAS ARRIAGADA

PediatraMPH Johns Hopkins University