Carta – Gratitud con Juan Pablo II

Señor Director:

Desconozco de urbanismo para opinar sobre el emplazamiento más adecuado para esa estatua.

No obstante, tenemos que reconocer que Chile tiene una deuda enorme de gratitud con Juan Pablo II, el peregrino de la paz, que nos libró de una guerra que ya estaba en marcha con Argentina (¿y contra otros países?), que habría causado la muerte de generaciones completas de chilenos, además de heridos de cuerpo y alma, eventuales pérdidas de territorio y tensiones por varias generaciones con países de larga frontera en común

Si esta tragedia hubiera ocurrido, ¿habríamos estado los chilenos dispuestos a colocar una estatua en la plaza de armas de cada ciudad de Chile a quien hubiese podido evitarlo? Seguramente.

En 1978 había una sola persona en el mundo con la autoridad moral para detener esa guerra, ¡y lo hizo!

Treinta y un años han pasado, surge una iniciativa, y no hay consenso en levantar una estatua para expresar la gratitud de los chilenos, moros y cristianos, hacia el peregrino de la paz.

José Miguel Carafí M.