Privados dispuestos a vender ascensores porteños

(El Mercurio. 31/08/2009)

JORGE MOLINA A.

screenhunter_48-sep-02-0205La Compañía de Ascensores Privados de Valparaíso, que agrupa a las tres empresas que poseen nueve de los 15 funiculares del puerto, se abrió a la posibilidad de vender al Estado algunos de ellos ante los casi nulos ingresos que generan y el alto costo de su mantención. Varios deberían estar cerrados, aseguran, pero siguen funcionando debido a su carácter típico en la ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad.

La compañía encargó una tasación de los ascensores para discutir un precio de venta, luego que el Gobierno manifestara que estudia una eventual compra para asegurar su remodelación y funcionamiento. Sin embargo, asegura la empresa que hasta ahora nadie se ha acercado con una propuesta formal.

El gerente de la empresa, Juan Esteban Cuevas, asegura que sólo tres de sus ascensores (Concepción, Artillería y Espíritu Santo) generan ganancias, las que son utilizadas para “subsidiar” a los restantes, que operan “francamente a pérdida”, con escaso público y nulos ingresos.

Siempre a pérdida

“Claramente no podemos seguir con esta situación, porque es un desangramiento interno, que no tiene ningún sentido y que no nos permite enfocarnos en los sectores donde sí se necesitan y merecen inversiones”, señala el ejecutivo.

En los últimos meses la empresa ha recortado horarios y dejó de operar los domingos en los funiculares con menor movimiento, a objeto de cuadrar las cifras en un escenario donde las ganancias son nulas. Ello llevó incluso a que organizaciones de vecinos recurrieran a la Corte de Apelaciones para revertir las medidas adoptadas, actitud que es criticada por la compañía.

“El tema es que esos ascensores debieron haber cerrado hace mucho tiempo de aplicarse un criterio de mercado. Pocos se han detenido a pensar en esa realidad y en que hemos hecho el esfuerzo de mantenerlos funcionando”, se queja Cuevas.

Por ello, asegura que en ningún caso se cierran a la venta al Estado de parte de los ascensores de su propiedad. Pero hasta ahora, agrega, sólo ha habido anuncios de parte de autoridades, pero nadie se ha acercado a conversar del tema en forma seria. Mientras, la compañía está contactando a expertos extranjeros para realizar una tasación.

Aunque los funiculares comenzaron sus operaciones como medios de transporte desde el plan a los cerros, con los años los principales se han transformado en un importante atractivo turístico porteño, ayudados por el desarrollo económico y de las inversiones en cerros como el Concepción, Alegre y Bellavista.

Una situación, dice Cuevas, que podría replicarse en otros cerros focalizando la inversión en el entorno de los ascensores. “Donde esto funciona es porque la ciudad ha invertido allí en seguridad, en luminarias, en cámaras de vigilancia. En la medida que eso no se replique, difícilmente los privados van a ir al ascensor Monjas, al Florida o al Mariposa si no están las condiciones mínimas”.

Por ahora, se evalúa el cierre de los funiculares que generan números rojos, aunque en la Compañía de Ascensores Privados están conscientes de que la medida será impopular. La decisión podría adoptarse en la reunión anual de la compañía, que está programada para el mes de septiembre.

Subsidio

Aparte de los nueve ascensores que funcionan bajo la administración de la Compañía de Ascensores Privados, otros seis pertenecen al municipio porteño y el número 15 lo gestiona un particular.

El denominador común es que todos deberían recibir un subsidio para recomponer sus finanzas.

Por ello, el gerente de la Compañía de Ascensores Privados, Juan Esteban Cuevas, asegura que una de las soluciones para detener el deterioro crónico de estas máquinas y su paupérrima situación económica es “un subsidio con los fondos que llegarán provenientes del acuerdo para financiar el Transantiago. Lo mismo que reciben las micros en una situación muy distinta de la nuestra, porque ellos sí tienen la manera de generar recursos”, explicó.

Cuevas también sostiene que “la falta de soluciones nos está obligando a tener que adoptar decisiones que vayan en el sentido de cerrar los ascensores que claramente no tienen viabilidad”.