Editorial – Logro del barrio Yungay

(El Mercurio, 20/01/2009)

Una valiosa iniciativa impulsada por más de dos mil habitantes del barrio Yungay -con amplio acuerdo entre todos los vecinos- logró que el Consejo de Monumentos Nacionales declarara esa área geográfica como Zona Típica. Ello facilitará la preservación de sus edificaciones -que representan lo más característico de su unidad estilística-, por el interés artístico, arquitectónico y social que tiene esa zona y el paisaje que la enmarca.

Los habitantes del barrio dieron muestras de extraordinaria vitalidad y compromiso con la tarea autoimpuesta, mediante festivales, cartas a la autoridad municipal, blogs y la edición de una revista dedicada al tema. Pero también cabe destacar la recepción por parte de los organismos técnicos y oficiales pertinentes, de un requerimiento sin precedentes, en defensa de un sector capitalino lleno de historia y de alto valor patrimonial. La solicitud comprendía originalmente una extensión de 167 hectáreas, pero el Consejo aprobó la Zona Típica sólo para 116 hectáreas en las que hay casonas de adobe de hasta 150 años y construcciones de los arquitectos Alberto Cruz Montt y Kulczewski.

El barrio tiene una identidad propia en torno a la plaza Yungay, en la que destaca el monumento al Roto Chileno, y nuestra literatura ha retratado en varias obras distintos aspectos del sector.

En la historia de Santiago se registra que el barrio Yungay fue, hacia 1835, una propiedad rural que perteneció a José Santiago Portales Larraín y que después de su muerte se repartió entre sus hijos, los que a su vez las vendieron a distintos compradores.

El Presidente Prieto, después de la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana, le dio por decreto al barrio el nombre de Yungay, en conmemoración de la batalla que le dio la victoria. En 1844 el Arzobispado erigió en él la parroquia de San Saturnino. En la década de los años veinte se construyeron ahí hermosos cités y calles donde fijaron su residencia distinguidas familias.
Sus actuales habitantes han dado un verdadero ejemplo de dignidad y apego a las tradiciones y respeto a los estilos arquitectónicos obteniendo una victoria urbanística de gran importancia.

El barrio Yungay pasa a ser una nueva Zona Típica capitalina que se suma a los barrios Concha y Toro, calles Londres y París, Nueva York y La Bolsa y Club de la Unión y calle Keller de Providencia.

Es de esperar que el ejemplo de los vecinos del barrio Yungay -en cuanto a proactividad, entusiasmo e iniciativa- tenga imitadores en otros sectores de la ciudad que también temen ver bruscamente alterados su entorno residencial y estilo de vida.