Los furgones “pirata” compiten a diario con buses del Transantiago

696407018_z.jpg(El Mercurio, 23/10/2008)

Un recorrido en uno de esos furgones dura unos 20 minutos. Si lo hiciera en un bus, se demoraría 60 minutos y tendría que hacer transbordo. Por R.C.Q.

“El Mercurio” comprobó ayer en terreno que efectivamente, como lo señaló un estudio de la Universidad Bernardo O’Higgins, el transporte “pirata” funciona en varias comunas de la capital y en forma eficiente y con buena regularidad.

El mejor ejemplo de eso es lo que se observó en un sector de La Pincoya, Huechuraba, donde los usuarios esperan ordenadamente, en fila, a que lleguen los furgones para que los trasladen por $400 y en unos 20 minutos hasta Vitacura con Américo Vespucio (ver infografía).

Si el mismo viaje lo hicieran en Transantiago se demorarían alrededor de una hora y deberían tomar dos buses: uno, desde La Pincoya hasta Recoleta con Américo Vespucio, para luego hacer transbordo a una segunda máquina del troncal 3 que pasa por dicha intersección y sube por La Pirámide.

Son varios los furgones que acuden al sector de La Pincoya, por lo que la fila nunca es de más de 15 personas. Por cada vehículo viajan trece pasajeros.

En las tardes hacen el recorrido hacia La Pincoya y según una usuaria siempre se “van llenos y es complicado tomarlos. Tienen mucha demanda”.

Lo que no recuerdan esos pasajeros es que dicho sistema pirata no cuenta con ningún seguro en caso de accidente.

En el sector sur de la capital, la estación intermodal Gabriela Mistral, más conocida como La Cisterna, es otro de los puntos donde concurren, principalmente en las horas punta de mañana y tarde, furgones y también muchos automóviles y taxis que hacen de colectivo.

“Vengo de una población de El Bosque y el furgón me cobró quinientos pesos”, explicó a “El Mercurio” una de las pasajeras.

“¿Por qué tiene que tomar ese vehículo? Porque de lo contrario llegaría muy tarde a mi trabajo. Los buses del Transantiago no pasan nunca”, puntualizó.

Los automóviles particulares también cobran la misma tarifa y cada tres a cuatro minutos llegan a descargar pasajeros a dicha estación intermodal.

-¿Cuanto le cobraron por traerla en ese auto? “Quinientos pesos”.

-¿Lo utiliza siempre? “Sí, en las mañanas y en las tardes, la verdad es que son muy eficientes”.

-¿Y qué pasa con los buses del Transantiago? “(Se ríe) No pasan, son muy lentos”.

El transporte “pirata” de furgones nació un día después de que comenzó a funcionar el Transantiago. La falta de máquinas en la ciudad, desde el 10 de febrero de 2007 en adelante, hizo que algunos visionarios observaran un negocio para transportar a aquellos que se quedaban sin movilización. La falta de fiscalizadores de Transporte ha hecho que sea imposible erradicarlos.

La principal preocupación de la autoridad es que no hay un control de su estado mecánico y que nadie va a responder ante un accidente.

Según un estudio hecho por la Universidad Bernardo O’Higgins, la oportunidad y la frecuencia son los puntos principales que hacen que los usuarios prefieran a diario los furgones “pirata”.

Además, el estudio dirigido por Rodrigo Espinoza, director de la carrera de ingeniería civil industrial, determinó que el 43% de las personas consultadas reconoce que la locomoción pirata pasa por alguna avenida importante de su comuna, el 37% dice que la ocupa diariamente y el 50% asegura que existen en su comuna.