Surfistas y 55 mil veraneantes se beneficiarán con el saneamiento de las aguas en Pichilemu

558855667_z.jpg(El Mercurio, 07/10/2008)

Más de 22% de avance tienen las obras que permitirán progreso sanitario y ambiental en esa localidad de la VI Región. Programa incluye sanear también la laguna Petrel. Por Víctor Zúñiga

Contra el tiempo y a toda máquina trabaja la sanitaria Essbío para tener en operaciones en marzo próximo su nueva planta de tratamiento de aguas servidas del balneario de Pichilemu -conocido por sus competencias de surf-, avance sanitario y ambiental que además incluirá sanear la tradicional laguna Petrel, junto al mar.

Se trata de seis cortos meses que dejarán a dicha localidad -ubicada a 126 kilómetros al oeste de San Fernando, VI Región- en la avanzada tecnológica no sólo para atender a sus 13 mil habitantes permanentes, sino también para la población flotante de 55 mil personas que llegan a la temporada de verano.

El tema no resultó fácil, puesto que hubo “apasionados” debates entre la comunidad y la sanitaria, debido a que en una primera instancia se propuso la instalación de un “emisario”, es decir, un tubo de mil metros que descargase tales aguas y elementos contaminados al océano, lo que los vecinos rechazaron por considerar que no eliminaba todo riesgo de contaminación.

Ellos plantearon, de contrapartida, la instalación de una planta de tratamiento, pues tal opción eliminaba cualquier riesgo sanitario, clave para el desarrollo de la actividad deportiva y ambiental de la zona.

“Pichilemu, que significa ‘bosque pequeño’ en lengua mapudungún, es un ejemplo de círculo virtuoso, en donde la comunidad, la sanitaria y el municipio acordaron tener una planta en vez de un emisario. Y eso es lo que se está haciendo con éxito”, destaca la ministra de Medio Ambiente, Ana Lya Uriarte, quien visitó la localidad.

Pedro Pablo Errázuriz, gerente general de Essbío, explica in situ a “El Mercurio” que la obra emplazada en más de una hectárea en la entrada del pueblo, en medio de bosques, es garantía de saneamiento para toda la comunidad y con aplicación de tecnología que evite cualquier mal olor.

“La inversión completa llega a los 4 mil millones de pesos. Es una planta moderna en el manejo de lodos, que serán contenidos y encapsulados, lo que descarta todo riesgo de mal olor a la vecindad”, precisa.

La sanitaria tiene más de una veintena de plantas en la región y sólo le está restando otra en Coya, agregó el ejecutivo.

La ingeniera Sandra Rodríguez, jefa del Departamento de Proyectos de Essbío, agrega que, tras ser sometida a rigurosos procesos de limpieza en la planta, en medio de cámaras y sedimentadores, el agua saneada será retornada al estero contiguo para riego agrícola de la zona.

Ya a partir de enero próximo comienzan a desarrollarse diversas etapas de funcionamiento, para quedar operativa completamente desde marzo.

Hoy los avances de la planta llegan al 22%.

José Luis Arraño, gerente de operaciones de Essbío, también rescata un compromiso tripartito mediante el cual se va a limpiar la laguna Petrel, junto a la playa principal, otrora lugar de la festividad de la primavera y que hoy tiene su acceso clausurado por tener aguas contaminadas. “Vamos a rehabilitar la laguna, aunque nos tomará más tiempo. Es importante destacar que estamos asumiendo el control de la red de alcantarillado de Pichilemu, avance que proyecta el balneario para 20 a 30 años más”.

Hacia un borde costero limpio

La superintendenta de Servicios Sanitarios, Magali Espinosa, destaca que el país tiene un terreno bastante avanzado en materia de descontaminación del extenso borde costero nacional. Ello ha implicado la instalación de más de una veintena de emisarios en diversos puntos del litoral, resalta. “En Pichilemu están avanzando rápido y resulta positivo que Essbío comience a asumir la concesión en plenitud. El proyecto de planta de tratamiento lo estamos siguiendo muy de cerca”, afirma. Lo dice porque la población flotante llega a 55 mil personas cada verano, lo que implica operar sanitariamente en forma flexible y oportuna.

Foto de: Juan Eduardo López