Así murió un Santiaguino

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Por  Francesca Bozzo y
Tai Lin Muñoz

Santiago lucha por venderse al mundo y convertirse en ciudad global. ¿Pero cómo podría ser que gané la batalla por internacionalizarse, cuando aún le quedan peleas que resolver en sus calles? El siguiente texto se construye recopilando crónicas policiales, pero intenta ilustrar fenómenos profundamente urbanos, y por lo tanto, característicos de nuestra ciudad, en que la globalización se hace sentir con diferentes efectos.

Diferentes territorios: efectos de la segregación

Conocido como el “día del joven combatiente”, el sábado 29 de Marzo se conmemoraba un año más del asesinato de los hermanos Vergara Toledo en la villa Francia, en 1985 por agentes de Carabineros de Chile.

René  Palma Mancilla (26) junto a Gonzalo Apablaza habían asistido a una romería en la plaza El Faro de la villa Francia, comuna de Estación Central, y regresaban a sus domicilios ubicados en Lo Errázuriz, una villa de policías retirados en Cerrillos.

Se dirigían por Guillermo Saavedra hacia la avenida 5 de Abril, (que continúa hacia Cerrillos como avenida Lo Errázuriz) calle que los llevaría hasta su villa. Un grupo de 15 encapuchados los interceptaron en el camino e interrogaron a ambos por su domicilio. Bastó constatar que no eran de la villa Francia para que le dispararan en el pecho a Palma Mancilla (El Mercurio, 31 de Marzo) posiblemente pensando que se trataba de un policía infiltrado debido al lugar donde vivían.

Desde ese momento, herido, caminó al menos media hora en busca de ayuda hacia la intersección de Lo Errázuriz con Santa Corina (La nación, 1° de Abril). Finalmente Palma y Apablaza encontraron un vehículo de vigilancia municipal de Cerrillos, al cual pidieron ayuda. (ver figura 1)

“Ordenes superiores”: efectos, ventajas y desventajas de la actual administración comunal

Esa misma noche Alejandro Almendares, alcalde de Cerrillos, patrullaba junto a los equipos de seguridad municipales la comuna intentando prevenir desmanes. Fue así como se enteró que había un herido en las cercanías de Santa Corina con Lo Errázuriz, punto limítrofe entre Maipú, Estación Central y Cerrillos. El vehículo de vigilancia que se encontró con Palma y Apablaza se habría comunicado por la frecuencia común de la intendencia, por lo que al momento en que Almendares se enteraba y se dirigía al lugar también lo hacían Carabineros y el SAPU.

Éstos últimos ya se encontraban en la intersección mencionada al llegar el alcalde. Éste habría solicitado la intervención en ayuda de Palma Mancilla al personal de salud, quienes manifestaron que no podrían hacer ingreso a la zona mientras esta no fuera asegurada por Carabineros. Carabineros habría argumentado –al alcalde de la comuna- que necesitaba “ordenes superiores” para intervenir (La Nación, 1° de Abril).

Ante la indefinición, y ante los gritos que se escuchaban de que había alguien herido, Almendares se decidió entrar al lugar en su auto, dando con Palma y Apablaza. Optó por llevarlos al consultorio municipal que se encontraba más cerca del lugar que la posta central. En el viaje pudo constatar que René Palma no había perdido los sentidos, y se encontraba en condiciones de caminar y hablar.

En el consultorio señalan que al momento de llegar, René ya había perdido “su hora vital”, es decir, la primera hora desde que recibe el balazo, y en que es indispensable atenderlo adecuadamente. Por falta del equipamiento necesario para tratarlo se hizo necesario su traslado a la posta central, lugar donde finalmente, y después de dos horas, fallece debido a una anemia generalizada producida por una hemorragia interna “no detectada a tiempo”.

Barricadas en el camino: efecto del miedo en la ciudad

Tras el desafortunado episodio se levantó polémica. En un principio Carabineros salió a defender su actuar argumentando que jamás se enteraron de la existencia de un herido hasta que éste llegó a la posta de Cerrillos (La Nación 1° de Abril). Más tarde cambiaron la versión, apoyándose en la reproducción de una grabación de las comunicaciones radiales de esa noche, donde se entendía que se recibió la información sobre un herido, pero no se logró dar con su paradero (El Mercurio 2 de Abril).

Esto se produce posterior a la difusión de la versión del propio alcalde de Cerrillos, en la cual relata que él, pidió a la policía su intervención. Según refiere, ante la negativa, él mismo entró a la villa Francia a rescatar a Palma y Apablaza, sin encontrar barricadas ni ninguna clase de resistencia. La negativa de la policía consistía en que se requerían órdenes para intervenir en una situación riesgosa, la cual, según la versión de Almendares que pudo entrar y salir de la zona, no era tal.

Los vecinos de la villa declararon en la prensa que había sido un día del joven combatiente especialmente tranquilo, salvo por la muerte de Palma Mancilla. Esto deja en mala posición el actuar de la policía. El alcalde deja entrever que él mismo ingresó con miedo, aunque no ocurrió nada. Seguramente este mismo miedo con que Almendares entró al lugar impidió el actuar efectivo de la policía.

Hasta el momento Carabineros se rehúsa a iniciar una investigación interna, por lo que queda abierta la sospecha de una impotencia en su actuar, provocada por un diagnóstico exagerado de la situación.

Santiago, una ciudad fragmentada y desconfiada.

Más allá de las posibles responsabilidades y negligencias, hay tres hechos ilustrativos de la realidad de Santiago:

1.- El papel del alcalde de la comuna y la forma en que se relaciona con actores urbanos importantes como la policía y el servicio de salud.

El hecho de que el alcalde encontrara en terreno la noche en que Palma fue baleado y que la policía se negara a actuar a petición de éste es revelador de un sistema administrativo comunal con ventajas y desventajas. La autoridad municipal puede hacer un trabajo en terreno valioso, como dirigir a los guardias municipales, pero no puede dirigir el actuar de carabineros, responsables de la seguridad en la ciudad, quienes responden a una autoridad central. Aunque pudo dialogar en terreno con Carabineros y el SAPU, no contaba con poder para que estos actuaran bajo sus órdenes.

Según la encuesta “Miedo” realizada por la Fundación Futuro, que 4 de cada 5 chilenos creen que las Municipalidades también deberían estar autorizadas para tener policías. Como muestra el gráfico (1) acerca del tema de seguridad ciudadana no existe mayor dilema entre la población sobre darle mayor autonomía a su comuna. Esto se debe a que el conflicto actual entre poder comunal y nacional conlleva una ineficiencia y un riesgo enorme cuando existe descoordinación entre ellos, y cuando se trata de seguridad, como en el caso de Palma, las consecuencias son irremediables.

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Según María Elena Ducci, es difícil para los municipios más pobres atraer inversión, y el Fondo Nacional de Desarrollo Regional, que pretende redistribuir fondos en virtud de disminuir inequidades no alcanza para las múltiples carencias que éstos enfrentan (Ducci 2004). En consecuencia los servicios municipales que pueden ofrecer las comunas más pobres no pueden ser efectivos, como la atención de salud que recibió Palma Mancilla, a quién a pesar de lo evidente que era el balazo que recibió, no se le trató la hemorragia por falta de equipamiento.

2.- Los efectos de una ciudad en vigilancia, bajo constante sospecha y miedo

Además del disparo a Palma Mancilla, aquella noche no fue especialmente violenta. Carabineros no concreta el rescate ya que al parecer sobredimensionó el nivel de hostilidad, tal es la carga de estigma que tiene la villa Francia. Resulta evidente que el miedo es una clase de segregación, que junto a otros factores constituye verdaderos muros que transforman sectores de la ciudad en ghettos.

Es tan clara está segmentación que la fundación futuro ha podido definir cuatro áreas en Santiago, definidas por el grado de inseguridad que siente la gente. La zona del accidente sería catalogada según esta organización como “naranja oscuro”, es decir, la segunda mayor en nivel de sensación de inseguridad. Esta está conformada por las comunas de Quilicura, Renca, Conchalí, Huechuraba, Recoleta, Cerro Navia, Pudahuel, Lo Prado, Quinta Normal y Estación Central.

Gráfico 2

 

Según esta misma encuesta el mayor nivel de temor es estando en la calle en comparación con  encontrarse al interior de la vivienda. Esto se apoya en el gráfico (2) realizada por “Paz ciudadana” donde se observamos el porcentaje de gente que ha sido victimas de robo con y sin violencia fuera del hogar (34,7%) y lo comparamos con aquellos que han sido victimizados en el interior de su vivienda (9,2%).

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Esta sensación urbana de inseguridad la hemos visto desde dos aristas, división por comuna y de vida pública v/s privada. En el primer caso no es consecuente con el riesgo real que existe, como lo veremos a continuación, a diferencia del segundo, pero ambos derivan en un alejamiento de la vida urbana, ya sea de comunas de la ciudad o del espacio público.

Este miedo a estar en la calle disminuye la utilización de áreas verdes y zonas de reunión, prefiriendo encontrarse socialmente en las viviendas. Lo que conlleva a una mayor segmentación de la vida social, al no existir mayor contacto con aquellos que no participan del circulo social y de la ciudad, ya que, comienza a tener cada vez más importancia la ubicación de la vivienda, prefiriéndose, aquellas alejadas del centro urbano y en comunas que poseen un mayor nivel de sensación de seguridad.


 

Es así como el nivel de temor aumenta en aquellos sectores de menores ingresos siendo el porcentaje de inseguridad más alto (82%) en el más bajo.  Al ver los porcentajes de la población que poseen “alto temor” entregados por “Paz ciudadana” como se muestra en el gráfico (3) reconfirmamos la proporción antes señalada. Al ser este el grupo que menos puede elegir el lugar de su vivienda, estos porcentajes, confirman a su vez, la sensación de seguridad que otorgan ciertas comunas y el vuelco hacia el interior de la vida social.

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Por otro lado, y como lo comentamos anteriormente, existe una falsa sensación de seguridad derivada de este interés de alejarse del centro urbano. Es extraño que ciertas comunas, consideradas socialmente según la encuesta “miedo” como “amarillas”, es decir, de mayor nivel de seguridad, no concuerdan al comparar la cantidad de robos que ha habido en ellas con otras comunas de la ciudad. Esto mismo se observa en el gráfico (4) de “Paz ciudadana”. En el primero se observa el nivel de temor a un robo y en el segundo el índice de robos que existen. Podríamos pensar que al vivir más aislados la gente piensa que está más segura, o que, dentro de la comuna existen lugares notablemente más seguros que otros. En ambos casos habla de una segregación extrema, ya sea que sea tan intenso el efecto de sentirse alejados del centro urbano como para no sentirse inseguro a pesar de poseer un riesgo considerable en comparación con otros sectores o que existan barrios tan “sellados” del resto de la comuna, que permita que está tenga gran cantidad de robos pero que no influyan casi nada en el nivel de seguridad de quienes viven en ellos.

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3.- El disparo a Palma Mancilla, sólo por no pertenecer a la villa.

En este caso se observan al menos dos facetas de la segregación. Por uno, que dentro de las mismas comunas existen barrios con cada vez mayores diferencias y separaciones. Ya que, no toda Estación Central entrega el temor e inseguridad que Villa Francia ocasiona. Se podría decir, que como existen el fenómeno de zonas cerradas por privados que crean un barrio absolutamente demarcado a través de muros y guardias donde la gente busca encerrarse para tener seguridad, también, existen espacios no formales que producen el mismo efecto de privatizar una zona de la ciudad, pero en vez de utilizar elementos físicos, se valen, de la ocupación social y de crear una relación de inseguridad en los terrenos que manejan, construyendo una línea tan marcada, como los condominios privados.

Por otro lado en este caso ya no es una diferencia de estrato socioeconómico la que gatilla diferencias entre dos sectores de la ciudad, ni siquiera la distancia física, sino que la pura sospecha y el resentimiento. Es notable que la segregación se convierta en un fenómeno más complejo cada día.

Está noticia policial pone en manifiesto las dificultades que tenemos hoy al vivir en una gran metrópolis y las formas que posee la ciudad para organizarse. Y es que, Santiago busca romper las fronteras para convertirse en una ciudad mundial, pero lo cierto es que las fronteras existen cada vez más, y se multiplican a la vez que se trasladan: en la globalización las fronteras no están en los bordes de los países, sino que al interior de las ciudades.

Bibliografía

Ducci, María Elena (2004) Las batallas urbanas de principio del tercer milenio, en de Mattos Ducci et al. Santiago  en la globalización ¿Una nueva ciudad?

Fundación futuro (2006) Encuesta de miedo, recuperada el 7 de abril del 2008 de www.fundacionfuturo.cl

Fundación paz ciudadana (2006) Encuesta de victimización en el gran Santiago, recuperada el 7 de Abril de www.pazciudadana.cl

Texto realizado para el Curso Transformaciones Urbanas Contemporáneas: El caso de Santiago, del Área de Ciudad, Territorio y Medio Ambiente de la Pontificia Universidad Católica de Chile (profesor Fernando Soler R., ayudante Nicolás Valenzuela L.).