HAFENCITY :: Hamburgo extiende su centro

Esta ciudad ubicada al norte de Alemania lleva siete años acicalándose. Manteniendo su importancia como la segunda mayor ciudad portuaria de Europa está embarcada en un megaproyecto que hará crecer su centro urbano en 40%. Oficinas, plazas, locales comerciales y hasta departamentos para adultos mayores cambiarán la imagen de la metrópolis.

Desde 1998, la metrópolis es escenario de un arrojado megaproyecto urbano que costará “módicos” cinco mil millones de euros y que sólo estará terminado en 2025.

Es que los “hamburgueses” no se andan con chicas. La HafenCity, como se denomina el proyecto, ocupará una superficie de 155 hectáreas, sobre un área de embarque del puerto colindante con el centro de la ciudad, justo al sur de la tradicional Speicherstadt, un histórico sector de bodegas de ladrillos rojos que forma parte esencial del encanto arquitectónico de Hamburgo.

Allí, en medio de un hormigueo incesante de camiones, grúas y obreros, comienzan a cobrar vida edificios de oficinas, departamentos, parques, locales comerciales, restaurantes, hoteles, paseos peatonales y atractivos espacios para el esparcimiento y la cultura. Toda una nueva ciudad.

Lo interesante de esto, es que la HafenCity es un proyecto de desarrollo urbano que por su ubicación central y sus dimensiones es único en Europa, ya que en general no existen espacios disponibles cercanos a los centros de las ciudades.

Es como si al corazón de Hamburgo se le practicara un enorme injerto: la zona de construcción de la HafenCity tiene tres mil metros de este a oeste y mil metros de norte a sur, lo que implica que el centro crecerá en 40%.

Sobre las 100 hectáreas de superficie firme -las otras 55 del proyecto son de aguas- se construirán 1,8 millones de metros cuadrados que darán vida a 5.500 departamentos residenciales -para unas 10 mil a 12 mil personas – y oficinas suficientes para albergar 40 mil puestos de trabajo.

A ello se sumarán 10 kilómetros de paseos peatonales junto al agua, una línea de metro con dos estaciones -la primera de las cuales estará lista el año 2011-, museos, una filarmónica y sectores abiertos con nombres que evocan epopeyas transoceánicas: la Terraza Magallanes, la Terraza Marco Polo, la Plaza Vasco de Gama… Qué menos en una ciudad puerto que se precia.

Diversidad e integridad son las palabras claves del megaproyecto. La idea es que en la HafenCity se pueda vivir, trabajar, comer, pasear al aire libre y disfrutar de la cultura, y no que sea un barrio dormitorio ni uno en el que a las seis de la tarde desaparezca todo rastro de humanidad.

Diversidad ante todo

La HafenCity quiere ser “pura vida”, y por eso las construcciones son, en muchos casos, multifacéticas: en un mismo edificio se pueden encontrar, por ejemplo, departamentos, oficinas y restaurantes.

“Esta mezcla tan singular de usos de los espacios va a hacer de este nuevo barrio un lugar muy atractivo no sólo para sus habitantes, sino también para los turistas”, señala Michael Freytag, ministro de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente de la ciudad.

La idea de proyectar un nuevo rostro para Hamburgo comenzó a gestarse a fines de los años ochenta entre los entusiastas participantes de un foro sobre construcción que tuvo lugar en la ciudad. Desde entonces, la discusión entre arquitectos, planificadores urbanos y autoridades no tuvo tregua.

El primer paso fue la construcción del Hanseatic Trade Center, a principios de los 90, que llevó a remodelar un sector de la Speicherstadt. A mediados de la década, el bichito modernizador había hecho nido en el arquitecto hamburgués Volkwin Marg, quien puso sobre la mesa un boceto realista -respaldado por estudios urbanísticos- de lo que podría llegar a desarrollarse en el corazón de su ciudad.

En 1998 se fundó Hafen City GmbH, una sociedad de responsabilidad limitada, encargada de coordinar el proyecto, de llevar a cabo la planificación, de trabajar en conjunto con las instituciones públicas de la ciudad, seducir a los inversionistas, negociar con las inmobiliarias, evaluar los proyectos y vender los terrenos.

Y en estos últimos dos puntos, el cuidado fue extremo. “Nuestro interés no es vender al mejor precio, sino elegir los mejores proyectos, considerando que el concepto básico es lograr un espacio diverso e integral en medio de la ciudad”, explica Susanne Bühler, encargada de Asuntos Públicos de HafenCity GmbH.

“No se trata simplemente de lograr una arquitectura espectacular, sino de crear un entorno urbano de vanguardia, pero en el que las personas se sientan a gusto”, agrega.Aunque ya se puede descansar en un banco de la Terraza Magallanes o almorzar en el flamante “Chili Club” -recientemente inaugurado-, caminar por la HafenCity aún produce una contradictoria sensación de peladero y progreso. A la fecha son 40 los proyectos en ejecución, en diferentes estadios, a los que se sumarán 110 más en los próximos 20 años.

Magdeburger Hafen, HafenCity

La “vedette” de todos los proyectos entró en escena recién la semana pasada, cuando, tras nueve meses de negociaciones, el consorcio germano-holandés conformado por ING Real Estate, Bouwfonds y Gross&Partners se adjudicó el Überseequartier, el corazón de la HafenCity. Las cifras son elocuentes: ni más ni menos que 800 millones de euros desembolsará el grupo para desplegar sobre una superficie de ocho hectáreas una arquitectura de ligas mayores.

Pero no sólo de dieciséis edificios ultramodernos de departamentos y oficinas vivirá el Überseequartier. El proyecto, que se construirá entre 2007 y 2011, incluye 28 mil metros cuadrados de construcción hotelera (con unas 400 camas), otros seis mil que serán consagrados a la oferta gastronómica y tres mil para un terminal de embarque de cruceros que estará integrado a los hoteles.

A todo esto, hay que sumarle además un edificio semitransparente de 70 metros de altura que albergará un Acuario y un Centro de Ciencias Marítimas, proyectado por el mítico holandés Rem Koolhaas. Allí, en diferentes laboratorios, los visitantes podrán descubrir cómo se formaron los océanos, escudriñar los misterios del clima, las corrientes y las mareas, o participar en simulaciones de navegación. Atrayente.

Retorno al centro

Un estudio del Instituto Alemán de Urbanismo dado a conocer la semana pasada mostró una clara tendencia de las familias germanas -y no sólo de los solteros- a volver a vivir en el centro urbano.

Actualmente, en el centro de Hamburgo sólo el 10 % de la infraestructura disponible es residencial. La HafenCity destinará aproximadamente un tercio de su construcción total a viviendas.

“Los proyectos están influyendo positivamente en la oferta residencial del centro de Hamburgo desde el punto de vista cualitativo y cuantitativo; la venta de los primeros departamentos ha despertado mucho interés”, subraya el ministro Freytag.

Para la construcción de departamentos se buscó a distintas empresas inmobiliarias, “de manera que el proyecto no se convirtiera en una cuestión de elite, sino que estuviera al alcance de un espectro amplio de personas”, subraya Susanne Bühler.

Por eso, en cuanto a precios y tipos de vivienda, hay para regodearse. Desde un loft de lujo de cuatro mil a cinco mil euros por metro cuadrado, hasta un departamento de soltero para arrendar por nueve a diez euros mensuales el metro cuadrado, aproximadamente el mismo precio que en el centro antiguo.

La variedad está también en el estilo: para los amantes del diseño de vanguardia se levanta el primer edificio de departamentos con diseño interior de otra estrella, el francés Philippe Starck. Y para los adultos mayores, departamentos especialmente diseñados, con botones de emergencia y servicios especiales.

Los primeros vecinos ya están instalados en el sector denominado Sandtorkai, cumpliendo el sueño germano de vivir junto a las aguas. Estos compradores pioneros ven desde sus livings cómo al otro lado crece lentamente el ajetreo constructor.

Música y algo más

HafenCity tendrá un escenario a la altura del proyecto: el edificio de la Filarmónica del Elba, diseñado por la oficina de arquitectos suiza Herzog & de Meuron.

Se construirá sobre la Kaiserspeicher A, un gran bloque rectangular de ladrillos que sirvió de bodega de cacao y café. El antiguo edificio se reciclará en un enorme estacionamiento, y sobre él se construirá una estructura colgante y luminosa que albergará una sala de conciertos con 2.200 asientos y una más pequeña con 600.

Además, se contempla que sus 57.600 metros cuadrados incluyan también un hotel con spa, departamentos, restaurantes, bares, y una enorme terraza.