Columna: El papel del Ferrocarril Suburbano de la Araucanía en las prácticas de movilidad cotidiana

Por Hernán Riquelme Brevis. Sociólogo. Máster en Dinámicas de Cambio en Sociedades Modernas Avanzadas por la Universidad Pública de Navarra.

 © Hernán Riquelme Brevis, llegada del “tren de los estudiantes”, Temuco

© Hernán Riquelme Brevis, llegada del “tren de los estudiantes”, Temuco

La movilidad cotidiana, siguiendo a Paola Jirón (2010), constituye una práctica social de desplazamiento diario a través del tiempo y espacio que permite el acceso a diversas actividades, personas y lugares, por ende, impacta en las formas de vida moderna caracterizadas, en el caso particular del Ferrocarril Suburbano de la Araucanía (FESUBA), por el turismo, la movilidad residencial y la movilidad urbana.

Actualmente FESUBA posibilita la movilidad de pasajeros en un rango de 65 kilómetros de viaje. Es un medio de transporte primordial para conectar la capital regional con la comuna de Victoria y sus intermedios (Pillanlelbún, Lautaro, Quillén, Perquenco, P.U.A e Instituto Claret). Los usuarios, a su vez, cumplen diversos papeles, entre ellos: estudiantes, dueñas de casa, trabajadores formales e informales, desempleados, turistas, etc. los cuales convergen en la utilización del ferrocarril como medio de transporte pero difieren en las motivaciones, únicas y diferenciadas, que impulsan las prácticas de viaje, estímulos que finalmente conllevan a una interconexión entre su residencia y diversos espacios y lugares.

A nuestro parecer, resulta fundamental estudiar las prácticas de movilidad desde las particularidades que ofrece el ferrocarril, por una lado, ya que diversas comunas nacen a partir de su funcionamiento y se consolidan a medida que los asentamientos producen trabajo y comercio, al punto que la creación de varias de las actuales comunas1 son efecto de la formación de las líneas del sur. Por otro lado, debido a la importancia de la movilidad en la sociedad contemporánea, como una actividad desarrollada por todos2 los sujetos para la consecución de las actividades cotidianas, asociadas a la producción y reproducción social. Moverse, como acción incorporada en la rutina, requiere un análisis particular, atendiendo a fenómenos sociales que devienen de las características propias de la actual sociedad globalizada y con tendencia urbana, es ahí donde las transformaciones de los espacios de vida son definidas por las tipologías de movilidad.

Boletería estación de Temuco.

Boletería estación de Temuco.

Las particularidades sociales que ofrece la Región de la Araucanía; con una tasa de pobreza que alcanza un 27.9% (Casen, 2013); un histórico conflicto económico-cultural entre Estado chileno/Pueblo mapuche; y elevados niveles de contaminación ambiental que posicionan a Temuco en un puesto de avanzada a nivel nacional, nos hace pensar la movilidad cotidiana en la región a partir de los medios de transporte disponibles, criterios de accesibilidad y territorialidad. Si bien, en nuestro estudio*, aún en proceso, nos enfocamos en el ferrocarril suburbano, cabe señalar que los medios clásicos que involucran las prácticas de movilidad (caminar, bicicleta, automóvil particular, taxis y autobuses) por parte de los usuarios son matizados con la utilización del ferrocarril, no obstante, existen medios de transportes no convencionales (carretas, largas caminatas y logísticas de transporte mancomunado) asociados a la vida distante de la ciudad que son utilizados por comunidades mapuche, pehuenche y sujetos que viven en paisajes retirados de la urbe. Rutinas que encuentran asidero mediante lógicas geográficas, económicas, identitarias y comunitarias, distantes de la concepción tradicional urbana que planifica la movilidad a partir de la relación tiempo-espacio y lógicas de fragmentación que emergen en las actividades cotidianas (Lash y Urry, 1998). Señalado lo anterior, nos encontramos, desde un enfoque sociológico, con dos supuestos que involucran en la actualidad el desplazamiento en el FESUBA.

El primero, sostiene que existe una directa relación entre configuración de espacios de vida y tiempos destinados cotidianamente al desplazamiento, cuyo nexo es generado por FESUBA como medio de transporte utilizado periódicamente. A su vez, las prácticas de viaje se vuelven procesos significantes en la construcción de cualidades asociadas a los espacios de vida de los usuarios. Se puede suponer una conexión no excluyente entre los espacios productivos, a los cuales generalmente no se accede desde las comunas de residencia (salvo Temuco, Victoria y, en menor medida, Lautaro), y las rutinas cotidianas de movilidad, puesto que el enlace espacial permite cohesionar ambas formas de comprensión de realidad, consintiendo un nuevo campo de análisis en torno a las implicancias de la morfología territorial urbana.

El segundo, mantiene que FESUBA configura los tiempos destinados a las actividades cotidianas desde la práctica de movilidad, ya sea para permitir actividades laborales, recreativas y/o de funcionamiento vital (acercamiento con instituciones que mayormente se localizan en Temuco y Victoria, como hospitales, universidades, comercio, entre otros). La actividad laboral resulta transversal, gran cantidad de usuarios utiliza el ferrocarril para  acudir a sus lugares de trabajo y, por lógicas de oferta-demanda, Temuco y Victoria se tornan comunas primordiales. Ambas albergan la mayor cantidad de trabajadores, produciendo un fenómeno con características de ciudad dormitorio para las comunas aledañas a Victoria y Temuco.

© Hernán Riquelme Brevis, Estación de Victoria. Fotografía realizada por Rodrigo (movilizador FESUBA) en el marco de un ejercicio fotoetnográfico. Rodrigo (al centro) junto a sus compañeros de trabajo.

© Hernán Riquelme Brevis, Estación de Victoria. Fotografía realizada por Rodrigo (movilizador FESUBA) en el marco de un ejercicio fotoetnográfico. Rodrigo (al centro) junto a sus compañeros de trabajo.

Estudiar la movilidad cotidiana en la región mediante el FESUBA, permite analizar los espacios de vida de los usuarios y, a su vez, atender a los fenómenos sociales que atañen a la región. La problemática medioambiental, cultural y económica provoca desigualdades sociales que pueden encontrar explicación a partir de los criterios de desplazamiento, lógicas de planificación urbana y construcción de territorialidades. Por consiguiente, planear y generar políticas públicas que apunten a la movilidad requiere, entre otros factores, del conocimiento y análisis de la subjetividad proveniente de los usuarios del transporte público que, en definitiva, realmente experimentan sensaciones, expectativas, costumbres y frustraciones en las prácticas de viaje que no necesariamente terminan cuando se llega al destino, más bien, resultan eslabones de una rutina cotidiana que tiende a finalizar cuando se piensa en el próximo desplazamiento que, a su vez, conllevará a un nuevo tránsito.

*Las reflexiones presentadas se enmarcan en el actual desarrollo de la tesis doctoral titulada “Entre viajes y fierros. Análisis de la movilidad cotidiana y los espacios de vida, mediante Ferrocarril Suburbano de la Araucanía” (Universidad Nacional de General Sarmiento). 

Referencias

Jirón, P., Lange, C. & Bertrand, M. (2010). Exclusión y Desigualdad espacial. Retrato desde la movilidad cotidiana. Invi, 68: 15-57.

Lash, S. & Urry, J. (1998). Economía de signos y espacios. Sobre el capitalismo de la posorganización. Buenos Aires: Amorrotu.

  1. Comunas como P.U.A. y Quillén se gestan a partir de las líneas del ferrocarril []
  2. Las personas con movilidad reducida son incorporadas con lógicas asociadas al papel del cuidado personal, de terceros y el papel de la movilidad virtual. []