Precios de arriendos de viviendas en grandes ciudades ligadas a la minería bajan hasta 9% en un año

Captura de pantalla 2014-12-22 a las 11.31.00Por María de los Ángeles Pattillo, El Mercurio.

Afectadas por la menor actividad del rubro por la paralización de proyectos:

Copiapó, Antofagasta, Rancagua y Calama muestran caídas en los precios de alquiler de sus departamentos, los que tardan al menos una semana más en arrendarse que en 2013.

En 2013 alquilar un departamento en Copiapó salía en promedio 0,32 UF/ m2, cifra que a noviembre de 2014 bajó a 0,29 UF/ m2, según los datos que maneja Portalinmobiliario.com. Con esto, la ciudad es la que presenta la disminución más fuerte en los precios de arriendo en el norte de Chile de un año para otro, con un 9%.

A esta baja de precios se suma también el mayor tiempo que pasan las viviendas en oferta, ya que la cantidad de días que tardan en ser alquiladas ha subido. Si en 2013 un departamento generalmente estaba publicado en dicho sitio web 30 días antes de ser arrendado, este año el promedio es de casi una semana más, con 36 días (ver infografía).

Yerko Villela, presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) Copiapó, atribuye este fenómeno a la paralización de grandes proyectos mineros. “Esto ha tenido un impacto en la economía regional. Nos hemos vuelto una región con menos puestos de trabajo para ofrecer, por lo que llega menos gente. La oferta, tanto por adquirir viviendas como por arriendos, debe ir ajustándose a la baja”, señala.

Entre enero y septiembre de este año, la desocupación a nivel nacional creció de 6% a 6,4%, según el Instituto Nacional de Estadísticas. En el mismo período, la Región de Atacama pasó de 5,6% a 6,9%. En su caso, el 42% del PIB regional es generado por la minería.

Según datos de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), a fines de 2012 la Región de Atacama tenía contemplada una carpeta de inversión minera para los próximos diez años por un monto de US$ 35.000 millones. Pero en la actualidad solo US$ 11.000 millones están vigentes y los otros US$ 24.000 millones están en proceso de revisión o bien se han postergado.

“Cuando la minería progresa, arrastra virtuosamente a un sinnúmero de actividades económicas. Cuando se detiene, también lo hacen la construcción, el transporte, el comercio, la hotelería y otras variadas actividades productivas. La postergación de proyectos de inversión en el sector minero se traduce en menor crecimiento, empleo y desarrollo para todos”, explica Álvaro Merino, gerente de Estudios de Sonami.

Otras comunas “mineras”

Copiapó no es la única ciudad que atraviesa por este difícil escenario. Según Portalinmobiliario.com Antofagasta presenta una disminución del 7% en sus precios de arriendo de departamentos. El año pasado el promedio era de 0,29 UF/ m2, mientras que en 2014 llegó a 0,27 UF/ m2. En esta ciudad, la cantidad de días que tarda una vivienda en ser arrendada subió nueve días entre las dos mediciones anuales, pasando de 24 a 33 días. “Está influyendo en la disminución de los arriendos el cambio de turnos de algunas empresas mineras al sistema 7×7 o 10×10. Esta situación motiva a las familias a migrar, transformando a Antofagasta en una ciudad de paso”, explica Jaime Tolosa, presidente de la CChC Antofagasta.

Rancagua y Calama también presentan bajas en sus alquileres de departamentos entre el año pasado y el presente, con caídas de 5% y 3%, respectivamente. Además, de las cuatro ciudades, Calama es la que presenta el alza más importante en el número de días que tarda una propiedad en arrendarse, actualmente con 33 días. Con esto, en 2014 las viviendas se demoran 11 días más en promedio que en 2013.

Nicolás Izquierdo, jefe de estudios de Portalinmobiliario.com, coincide con que la minería sería el principal factor que incide a la baja de precios en estas ciudades.”La demanda por arriendos de viviendas va muy en línea con la situación económica. Si no se producen aumentos en los ingresos de las personas, es muy difícil que veamos los crecimientos en los valores de arriendo que experimentamos en los últimos años”.

Para cambiar el escenario, Álvaro Merino, de la Sonami, cree que hay que dar un impulso a la inversión minera, al acelerar los procesos en el otorgamiento de permisos de los proyectos, aumentar la oferta de energía y disminuir sus precios.

“También es necesario que como país explicitemos a los agentes económicos, en forma clara y nítida, la ruta a seguir en el mediano plazo, lo cual generará un mayor grado de confianza respecto del futuro”, concluye Merino.