Mayor restauración en veinte años del fuerte de Niebla incluye pasarelas para los visitantes

Por ÓSCAR RIQUELME, El Mercurio

El museo regional más visitado del país reabrirá a fines de año:

Las obras consideran una inversión de US$ 6 millones e incluyen rampas hacia zonas hasta hoy cerradas al público. La idea es evitar la erosión que generan las personas.

A fines de este año el público podrá recorrer nuevamente el museo regional más visitado del país: el Castillo Fuerte de Niebla, ubicado a 18 kilómetros hacia el oeste de Valdivia, en la Región de Los Ríos.

Esa es la meta que tienen hoy las autoridades del Ministerio de Obras Públicas, que actualmente coordinan los trabajos de restauración que se desarrollan en el lugar, cuyo avance llega al 63%.

Con un costo de poco más de $3.400 millones -unos US$ 6 millones-, esta restauración es la más grande realizada en el lugar en los últimos veinte años, y busca resguardar el sitio, a través de la construcción de una serie de pasarelas sobre el nivel de la tierra, ancladas a la piedra cancagua, que conectarán diversos puntos del monumento.

La idea es evitar la erosión que generan las personas y la destrucción de sus murallas.

Los trabajos comenzaron en febrero del año pasado y hoy avanzan de forma paralela en dos de las tres etapas del proyecto. Las faenas contemplan la limpieza y protección de los muros de defensa a tierra, batería, cañones, capilla, polvorín, muros de defensa al mar y foso; además de la edificación de las pasarelas para los visitantes.

Estas estructuras, ya instaladas en el recinto, son el principal cambio que se aprecia hoy al interior del castillo. De acero sólido y con resistencia sísmica, se encuentran a unos 70 centímetros sobre el nivel del suelo gracias a unos bloques de hormigón que sirven como base.

Alejandro Larsen, director de Arquitectura del MOP de Los Ríos, explicó que junto con guiar a los visitantes por un recorrido fijo en ciertos sectores del castillo, estas pasarelas permitirán controlar el acceso físico de las personas, por ejemplo, a los muros de cancagua. “Esta roca es relativamente blanda y si una persona quiere tallar o esculpir algún nombre, la puede dañar. Hoy vemos cómo los grafitis afectan a los edificios patrimoniales. Por lo tanto, la opción que se adoptó es de alguna manera restringir el acceso físico a ciertos sectores del castillo y, así, protegerlos”, comentó.

La construcción de pasarelas permitirá, además, llegar a rincones del castillo que antes no podían ser visitados por el público. Tal es el caso del cerro de cancagua que se encuentra en la parte central del lugar y que hoy es posible recorrer gracias a estas estructuras. También se instaló una rampa en el terreno que antes servía de estacionamiento para los visitantes. En reemplazo de este, el proyecto pretende adquirir un nuevo terreno -aledaño al castillo- para la ubicación de los vehículos.

La restauración incluyó también desmalezar por completo las murallas y explanadas del castillo, junto con retirar cientos de metros cúbicos de tierra para proteger los muros de defensa.

Esto dio paso a descubrir decenas de restos arqueológicos con datas desde 1600, entre los cuales destacan trozos de cerámica, balas, candados, llaves y cubiertos. “Estos elementos permitirán reconstruir la historia colonial local, de las redes de comercio internacional, o qué pasa cuando se abandona el fuerte y se le utiliza durante 4 o 5 décadas para prácticas militares. (…) Hay vainas de fusil y otros tipos de elementos que permitirán ver la otra historia del fuerte que no se conoce”, explicó Carolina Lema, arqueóloga a cargo de la restauración.

La tercera y última etapa -que contempla remodelar las oficinas administrativas del museo y la construcción de stands de artesanía- se desarrollará después de septiembre próximo, cuando termina el plazo contractual de las dos primeras etapas. Luego de esto iniciará un proceso de recepción de obras que podría extenderse durante octubre y parte de noviembre, por lo que las autoridades del MOP proyectan que a fines de año el museo podría recibir nuevamente visitas de público.

Aún está pendiente la restauración de la principal batería de cañones del castillo, sector que se mantiene cerrado al público desde 2002 a raíz de un socavón que afectó a los cimientos del muro exterior del recinto.

1671

fue la fecha de fundación del fuerte en la costa valdiviana.

1950

fue el año en que el Gobierno lo declaró monumento nacional.

162 mil

personas lo visitaron en 2012.

6 millones

de dólares es el costo de la amplia remodelación actual.

Los últimos trabajos importantes

La última restauración importante a la que fue sometido el fuerte se realizó en 1992. Los trabajos consistieron en la reparación de las estructuras dañadas en distintos puntos, utilizando piedra cancagua para los muros, y maderas nativas, como roble, alerce y raulí, en los envigados.

Unos cincuenta trabajadores realizaron en ese entonces las faenas en el recinto, para extraer la cancagua del cerro, la misma cantera original, cortarla y elaborar los “sillares” -bloques de 40 por 35 centímetros- usados para restaurar los muros de la “casa del cuerpo de guardia”.

La restauración de 1992 fue financiada con aportes del gobierno español (unos $80 millones de la época) y del Estado chileno ($25 millones).