Crecimiento e identidad de las ciudades de la cuenca del lago Llanquihue

Por Francisca Correa Silva, arquitecto Universidad de Chile. Docente escuela de arquitectura Universidad San Sebastián sede Puerto Montt

Puerto Montt- Alerce- Puerto Varas, fuente Google Earth

Actualmente, la explosión y crecimiento vertiginoso de las ciudades se produce principalmente en el tercer mundo y no en las áreas más desarrolladas del planeta. Este crecimiento explosivo se da en pequeños pueblos y ciudades con escasos recursos y herramientas técnicas para enfrentar la magnitud del cambio, que en muchas ocasiones conduce a la explotación irracional de su medio ambiente y al incremento de los desastres naturales alrededor de sus áreas urbanas. Para el año 2025, más del 80% de los nuevos residentes urbanos se ubicarán en países en desarrollo, produciéndose un crecimiento explosivo de la población en sus ciudades con bajos niveles de desarrollo económico y mal estado del medio ambiente.

La región de Los Lagos, según los resultados del Censo 2012, tiene 85 mil habitantes más que hace 10 años, lo que representa una tasa de crecimiento de un 1,13%, superior a la tasa país de un 0,9%. El fuerte crecimiento de la Provincia de Llanquihue está impulsado por el aumento de la población en la ciudad Puerto Montt con un incremento de un 37,01%. Las ciudades de la cuenca del lago Llanquihue tienden a la conurbación y a su transformación en ciudades dormitorios satélites de Puerto Montt, producto de la implementación de políticas habitacionales y desarrollos inmobiliarios que extienden sus ciudades en el plano más allá de los límites establecidos, modificando de manera drástica el proyecto de comuna que individualmente ha desarrollado cada una de ellas.

El cambio de uso de suelo de grandes paños agrícolas en desuso convertidos en áreas de expansión urbana, desdibujan el trazado original de sus ciudades y, a su vez, los movimientos migratorios producto del desarrollo de la industria acuícola y forestal venida de la zona central y norte del país han introducido un modelo de ciudad marcado principalmente por la acción inmobiliaria y las políticas de vivienda social, estableciendo áreas residenciales desconectadas del casco central, dispersas en el territorio y frágiles en cuanto a la calidad de los servicios asociados, que finalmente, extienden lo urbanizado de manera ilimitada a través de la necesidad de conectividad en su desplazamiento y abastecimiento.

A su vez, la lógica de los movimientos migratorios del ámbito rural al urbano en el territorio de la región de Los Lagos, generado por expectativas de mejoras en la calidad de vida, progreso y confort de sus habitantes rurales, impacta en los sistemas de vida tradicionales basados en la transversalidad y la transhumancia en el uso de éste, patrimonio activo de gran valor para el conjunto de sus habitantes, también para los de las zonas urbanas que precisan de un territorio rural que funcione y les provea de productos necesarios para su subsistencia.

La falta de identificación, la homogeneización de las ciudades y paisajes, aleja la diferencia hacia la semejanza, despoja a los lugares de su identidad y de su dependencia directa con el territorio en que se asienta e identifica, a lo largo del tiempo nos hemos dado cuenta que la ciencia y la tecnología no han sido capaces de liberarnos de nuestra dependencia hacia ellos como en algún momento el hombre lo pensó, la polución y la devastación del medio ambiente nos obligan a reconsiderar de manera urgente la problemática del lugar, el contexto y el paisaje en su dimensión real.

La falta de integración que genera el crecimiento de una ciudad y la debilidad del diálogo entre comunidades, autoridades y expertos, para encontrar y definir el proyecto de ciudad que identifique y ponga en valor los atributos característicos y específicos de la zona, genera en sus habitantes una baja autoestima local que repercute en la poca valoración de su lugar de origen, bajas expectativas de desarrollo, siendo muchas veces el incentivo en la decisión de emigrar a lugares con proyectos más definidos y que ofrecen mejores condiciones aparentes de vida.

De acuerdo a lo planteado anteriormente, es que se hace necesaria y urgente por un lado, una aproximación holística al proyecto urbano de las ciudades de la cuenca del lago Llanquihue, que considere las distintas variables de su crecimiento por sobre el crecimiento promedio país y que incorpore a las distintas disciplinas que intervienen en su desarrollo, de manera de transformarlo en un crecimiento sustentable, tendiente a lograr una forma de ciudad más eficaz, que dé cuenta de las aspiraciones de sus habitantes, promueva su apropiación y rescate su identificación. Por otra parte, no menos urgente, es la necesidad de generar un proyecto marco que considere la totalidad de la cuenca del lago Llanquihue en cuanto al límite de la expansión urbana, áreas de protección, cuidado del medio ambiente, estructura vial, etc., que incorpore en su discusión tanto a los gobiernos comunales como a las secretarías ministeriales, inversionistas privados y principalmente a la comunidad en los futuros proyectos de diseño de estrategias de desarrollo y planes reguladores del uso del territorio, de manera de generar una visión relativamente integrada que lo proteja del crecimiento ilimitado en el plano que se produce actualmente, de la devastación de su patrimonio paisajístico y la pérdida de su cultura originaria.