Fotógrafo invita a pasear por los caracoles de Santiago

[en espiral] Cristóbal Palma exhibirá en la galería AFA imágenes de 26 de estos centros comerciales, resabios de la arquitectura capitalina previa a los malls.

Por Rodrigo Miranda, La Tercera.

EN 1974 se inauguró el centro comercial Nueva Los Leones, el primer caracol construido en Santiago. Inspirado en la forma del Museo Guggenheim de Nueva York, de Frank Lloyd Wright, fue obra del arquitecto boliviano Melvin Villarroel. Tenía una pista de patinaje en el subsuelo y los compradores recorrían en espiral sus 61 locales. Fue tal el éxito, que el modelo se copió hasta el hartazgo en el resto de la ciudad. Pero la moda de los caracoles fue breve y, desde 1982, con la llegada de los malls comenzó la decadencia de un modelo de arquitectura comercial único en el mundo.

Desde el próximo jueves, la galería AFA (Pasaje Phillips 16. Departamento 16A) presentará la exposición Espacio continuo, del fotógrafo Cristóbal Palma, quien ganó el Fondart para registrar 26 caracoles comerciales de la capital.

“Fue un modelo arquitectónico que, probablemente, dejó de funcionar en Chile cuando la calle se empezó a desvalorizar. No es el único tipo de comercio de calle que se ha devaluado”, apunta Palma.

Incluso, algunos de estos centros comerciales han logrado sobrevivir en el tiempo con dignidad y reconvertirse en caracoles “temáticos”. Hay uno especializado en antigüedades en calle Bucarest esquina Providencia y el de Nueva de Lyon alberga tiendas asociadas a tribus urbanas y salones de piercings.

Hoy, algunos son considerados “edificios-problema”, porque han tenido que recurrir a arrendar sus espacios a sex shops o cafés con piernas. Como tienen tantos propietarios son más difíciles de comprar y demoler. A su vez, su arquitectura es muy rígida y no son fáciles de ampliar.

No todos han corrido con la misma suerte. Unos tienen mejor administración que otros y los caracoles dobles, como el Dos Caracoles de Providencia, siguen te- niendo público por su circulación más fluida.

A pesar de su auge o decadencia, todavía mantienen algún mérito: son un testimonio de una época, de la arquitectura comercial antes de la llegada de los malls.

“Posibilita su registro que los caracoles tengan una fecha de inicio y otra de término, que se dejaran de construir en algún momento. Además, son didácticos en términos de estructura y circulación. Sería más difícil representar o describir un mall, que tienen formas menos constantes”, dice Palma.

El caracol Centro Ñuñoa (en Pedro de Valdivia con Irarrázaval), por ejemplo, obviamente se inspiró en el Guggenheim de Nueva York. Pero la forma en espiral que sirve bien para ver obras de arte, no es muy práctica para comprar. Quizá el error de los arquitectos fue imitar la idea sin reflexionar si servía realmente para el consumo.

“De hecho, el propio Museo Guggenheim también ha sido cuestionado como lugar para exponer arte. Mi idea no es ser nostálgico, sino registrarlos para ayudar a que sean discutidos. No soy el primero que se fija en ellos”, señala Palma.

Su interés es, en primer término, visual. Los caracoles tienen la particularidad de que se pueden describir completos a través de una sola fotografía. Su estructura permite imaginar todo el lugar de una vez, aunque sólo se capte una porción.

De ahí también nació la idea, que desarrolló junto al curador de la muestra, Camilo Yáñez, de realizar una foto por caracol. A excepción de los dobles, donde se efectuaron dos imágenes.

Al repetir la misma toma en cada uno de ellos, Palma encontró variaciones o subdivisiones del modelo.

En paralelo, trabajó junto al arquitecto y académico Mario Marchant, estudioso del tema, con quien definió cuándo estos recintos dejaban de ser caracoles.

Cristóbal Palma nació en 1974, en Oxford, Inglaterra, y realizó estudios de arquitectura en la Architectural Association de Londres.

En esa ciudad comenzó su carrera como fotógrafo, principalmente, enfocado a temas de arquitectura y ciudad.

Sus trabajos se han publicado en diversos medios extranjeros como The New York Times, Monocle, Wallpaper, Domus, Swell y Architectural Digest.

En 2009, también en la galería AFA, exhibió la exposición Paisajes locales, que recogió fotos de ciudades como Sao Paulo, Brasilia, Helsinski, Estambul, Atenas y Buenos Aires.

En 2010 fue seleccionado por la revista Exit (España) en una edición de fotógrafos de arquitectura destacados a nivel internacional.