Preocupa impacto de intervención que se proyecta en entorno del reloj de flores de Viña

Anuncio se hizo en celebración de 50 años del ícono de la Ciudad Jardín:

Se contempla una cafetería, baños, una sala de venta de recuerdos y una oficina de información turística.

Por HERNÁN CISTERNAS ARELLANO, El Mercurio

Con una voz de alerta, ante la posibilidad de que el proyecto pudiera afectar a uno de los íconos de la Ciudad Jardín, fue recibido ayer en Viña del Mar el anuncio de las autoridades locales de incorporar equipamiento complementario en los alrededores del reloj de flores, destinado a prestar servicio a los cientos de turistas que a diario acuden a fotografiarse en el lugar.

En el marco de la celebración de los 50 años de existencia del reloj de flores, que fue inaugurado el 16 de mayo de 1962, como parte del hermoseamiento de la ciudad para el campeonato Mundial de Fútbol de ese año, la alcaldesa Virginia Reginato y el director de Planificación del municipio, Osvaldo Urrutia, dieron a conocer el proyecto de construir una cafetería, un local de venta de recuerdos y artesanías, una oficina de información turística y baños a disposición del público.

Actualmente, señalaron, los turistas que llegan al lugar se limitan a obtener una fotografía, como recuerdo de su paso por la ciudad, pero no cuentan con facilidades complementarias en esa ladera del cerro Castillo, frente al balneario de Caleta Abarca.

Se estima que en la temporada alta sobre tres mil personas visitan diariamente el reloj de flores, cuyo mecanismo original fue construido en la fábrica Favag, en la ciudad de Neuchatel, Suiza, a petición del alcalde de la época, Gustavo Lorca Rojas, quien ayer fue homenajeado junto a su obra.

La presidenta del Club de Jardines de Viña del Mar, Soledad Gaete, señaló que si bien respalda la instalación de un café, “es importante que el proyecto que se ejecute sea acorde con el entorno. No se puede construir cualquier cosa, que pudiera afectar lo que es un símbolo de la ciudad”.

Una opinión parecida tuvo el arquitecto Andrés Garcés, académico de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Valparaíso. Señaló que la explanada aledaña al reloj de flores es pequeña, razón por la cual las obras que se ejecuten ahí deben ser de bajo impacto. Agregó que existiendo varias escuelas de Arquitectura en la ciudad, siempre es conveniente que el municipio consulte a expertos para evitar riesgos.

El concejal Andrés Celis planteó que siendo uno de los atractivos de Viña del Mar, ningún proyecto puede ser invasivo en el sector. “Esperamos conocer los detalles, para analizarlo en comisión y darle su aprobación”, expresó.

Osvaldo Urrutia, jefe de Planificación, sostuvo que el gran desafío del proyectista será no quitarle protagonismo al reloj. “Ojalá sea un equipamiento subterráneo o incorporado a las áreas verdes, de manera que pase lo más disimulado posible”.

Según la alcaldesa Reginato, la idea es ofrecer los servicios turísticos que demanda el visitante, sin que eso signifique afectar la imagen del lugar.

El reloj, constituido por más de ocho mil flores, tuvo como gestores al agrónomo Carlos Gianini Alvarado y al ex jefe de jardines Óscar Martínez Amaro, representados ayer por la viuda Elsa Molina de Gianini y el hijo del segundo, Óscar Martínez.

8.000

flores dan forma al reloj ícono de Viña del Mar, que recibe tres mil

visitas diarias en la temporada alta.