Vivienda priorizará obras puntuales en zonas del terremoto

La cartera impulsará la reconstrucción de casas, por sobre los planes maestros.

por Manuel Valencia

La renuncia de Pablo Allard al cargo de coordinador de reconstrucción urbana del Ministerio de Vivienda, en julio pasado, anticipó las nuevas prioridades que tomó la cartera en materia posterremoto.

Este rumbo quedó confirmado ayer, a juicio de los urbanistas que invitaron al ministro de Vivienda, Rodrigo Pérez, a un seminario organizado por el Magíster de Proyectos Urbanos de la Escuela de Arquitectura de la UC: el secretario de Estado confirmó que el acento de la reconstrucción es el programa de viviendas.

Así, durante el próximo año, sólo se ejecutarán algunas obras sugeridas por los siete Planes de Reconstrucción Estratégico Sustentables (PRES), pero no los proyectos completos. “Son planes a más de 10 años, pero hay proyectos detonantes que tienen importancia urbana que no tienen la dimensión del plan completo, pero que tienen una partida presupuestaria. Para el próximo año son 45 mil 426 millones de pesos en obras de los PRES, como las costaneras de Dichato y Juan Fernández”, afirmó el ministro Pérez a La Tercera.

Según el experto en urbanismo UC, Luis Eduardo Bresciani, la decisión responde a razones presupuestarias y políticas, que apuntan a acelerar la entrega de viviendas por sobre la reconstrucción urbana a gran escala que proponían los planes maestros, como la construcción de extensos parques urbanos costeros, nuevas zonas de extensión urbana y delimitación de las zonas de riesgo, entre otros.

Bresciani cree que “pese a tomar más tiempo (la ejecución de los planes), en la reconstrucción debiese haber equilibrio en el gasto”.

Aprendizajes

La jefa de la División de Desarrollo Urbano del Minvu, Pilar Giménez, señaló que los planes generaron “una reflexión estratégica y una cartera de proyectos que no existía (…). Quedaron recomendaciones de diseño que van a ser recogidas a futuro”.

El consultor de Atisba, Iván Poduje, dijo que la ejecución de los planes le habría tomado al gobierno 10 años, entre evaluaciones sociales, aprobaciones de diseño y ejecución de obras: “Si bien los PRES y PRU tenían el valor de orientar acciones y debatir sobre el futuro de cada ciudad, su capacidad de implementación era muy baja. Eran instrumentos indicativos, no vinculantes con la inversión, y que requerían coordinar a demasiados actores. Además, algunos proponían obras demasiado ambiciosas”.