Democracia, Participación Ciudadana y Nuevos Medios en Chile.

Hace unos meses The Economist publicó un ranking de democracia en el mundo donde Chile sale bastante bien parado en la posición nº30 entre 167 países. Lo que llama profundamente la atención, es que en general Chile obtiene calificaciones altísimas en 4 de los 5 factores considerados para elaborar el ránking, y falla considerablemente en el ítem que mide la participación de la ciudadanía.

Llevando esto a la ciudad, nos encontramos con que en nuestro país la participación de la gente en los procesos de ciudad es bajísima, a diferencia de países más desarrollados donde la ciudadanía dice y exige mucho en los procesos y proyectos que afectan la calidad de vida en sus ciudades.

¿Y cuál es la importancia de la participación ciudadana? Simple, la construcción de ciudad se puede entender como una ecuación donde interactúan 3 factores: el estado, los privados y la ciudadanía. Para que esta ecuación tenga resultados positivos, es importante que los 3 factores funcionen equilibradamente. Una baja participación hace que muchas veces nos perdamos oportunidades de hacer mejores proyectos y de generar mejores condiciones urbanas.

¿Por qué tenemos poca participación? Hay una opinión generalizada de que el gobierno no ha desarrollado los canales adecuados para que los ciudadanos expresen sus puntos de vista, pero a mi parecer, hay una gran cuota de responsabilidad de los mismos ciudadanos que la mayoría de las veces se quedan sentados esperando “alguien” les venga a preguntar su opinión. En países con altas tasas de participación ciudadana, gran parte de las asociaciones y procesos de participación surgen por iniciativa de los propios ciudadanos. Por ejemplo, en Nueva York, en los 5 años de proyecto del nuevo WTC, han intervenido más de 300 organizaciones ciudadanas y la gran mayoría de éstas se han creado especialmente para la ocasión.

Sin duda, un nuevo mar de posibilidades de participación ciudadana se está dando en la actualidad con las nuevas herramientas que brinda Internet, como son los blogs, votaciones on.line, etc. Me parece que el verdadero desafío está en lograr hacer un uso efectivo de estos canales y generar un vínculo verdadero entre estas herramientas y lo que en verdad pasa en las ciudades (un buen ejemplo AQUÍ). O sea, el siguiente paso es lograr que la participación no se quede simplemente en comentarios hechos al pie de un artículo como este, si no que hay que generar los mecanismos adecuados para que la voluntad democrática expresada por la gente a través de la web tenga un impacto real en proyectos construidos, en políticas públicas y en acciones con el fin de lograr mayores niveles de justicia, equidad y mejor calidad de vida.

Las nuevas herramientas de la web (algo de esto en el siguiente video) están redibujando en sin fin de relaciones tanto entre las personas como entre las instituciones. La distancia cada vez se desvanece más rápido, desaparecen las fronteras y casi todo ahora es de forma instantánea. Esto ha tenido repercusiones importantísimas en muchas áreas de nuestra vida, varias de las cuales aún no hemos notado. Hay gente repensando su trabajo, sus forma de comprar, sus lazos de amistad… y cómo esto va a afectar la ciudad, es lo que está por verse.

Nota: Este artículo es un adaptación de una columna del mismo autor publicada en El Mercurio en Diciembre de 2006.
Imagen: Pequeña Gigante en Chile, compañía Royale DeLuxe. Enero de 2007. Fuente: David Assael.