Escondamos las Casas, una Visión Acerca de la Regulación de Antejardines

Por: Sebastián Mundi Valdés

En las últimas décadas se ha generado un continuo aumento de barrios residenciales suburbanos que proponen un ambiente de tranquilidad frente al bullicio y constante “movilidad” de los sectores más céntricos de Santiago. Estas propuestas, que tienen su origen en la “ciudad jardín”, se componen de viviendas aisladas inmersas en paños de vegetación. Se podrían mencionar buenos y malos ejemplos en la aplicación de esta tipología de ciudad, sin embargo resulta fácil notar que actualmente nos enfrentamos a la construcción de barrios donde se ha perdido “el jardín” privilegiándose “la casa” como frente hacia la calle.

Algunos barrios generados en Lo Barnechea son ejemplo de esto; la casa obtiene tanta presencia y la divergencia de estilos es tan fuerte que resulta realmente difícil lograr una identidad local. Sin embargo, pareciera ser que el problema no está únicamente en esta mixtura estilística (que por lo demás resulta difícil de evitar), sino también en una mala regulación de antejardines.
Es cierto, que estos barrios aún son nuevos y que la vegetación de los antejardines exteriores todavía no adquiere la densidad necesaria como para atenuar el impacto de las casas. Sin embargo, las fotografías reflejan que la mayor parte de los antejardines interiores son suelos duros que funcionan como estacionamiento. De este modo se pierde un gran porcentaje de frente que podría ser destinado a vegetación. Esto también repercute en los antejardines exteriores ya que las entradas de automóviles hacia los estacionamientos ocupan cada vez más espacio, impidiendo la generación de una vegetación continua.

Quizás, también, se sume a esto; el surgimiento de un gusto del propietario por “mostrar su casa”, ya que la mayoría de éstas se adosan hacia el frente del terreno sin importar su orientación. Esto produce antejardines interiores del mínimo ancho permitido. Lo que resulta de todo esto es una continuidad de casas aisladas sin una identidad propia que se asoman imponentemente hacia la calle.

Este es un problema donde la planificación urbana y la arquitectura juegan roles fundamentales. El desafío esta en mirar el diseño arquitectónico dentro de un contexto de barrio. No se obtiene nada diseñando “buena arquitectura” en cierto sitio, si en el terreno contiguo se contradicen los esfuerzos realizados.
Si bien estas divergencias se pueden ver como un problema, creo que se pueden solucionar a través de una arquitectura respetuosa con el contexto y una buena regulación de antejardines.

Fuente de las Imágenes
Imagen 1: Fotografía del Autor e Intervención de Ximena Schnaidt.
Imagenes 2 y 3: Fotografías del Autor.

Fuente de la Información
Elaboración del Autor.