Marcelo Mena, ministro del Medio Ambiente: “Tengo que velar por el cumplimento irrestricto de la institucionalidad ambiental”
Por C. Espinoza y C. González.
Asumió esta semana como nuevo titular de la cartera y define sus tareas antes que termine el gobierno. Anticipa que “es bien probable que el segundo semestre se vea en el Comité de Ministros” el proyecto Dominga.
“Estoy llegando a niveles más extremos, estoy pedaleando 40 km diarios”, dice el nuevo ministro de Medio Ambiente, Marcelo Mena, quien asumió su cargo el pasado, lunes tras la partida de Pablo Badenier al comando de la candidata presidencial DC, Carolina Goic. Antes de jurar como ministro, Mena, quien no milita en ningún partido, se desempeñaba como subsecretario de la cartera.
Pero pedalear no es la única acción ecológica del nuevo secretario de Estado. Posee un auto híbrido y la casa donde vive tiene paneles fotovoltaicos que le permiten ahorrar unos 600 mil pesos en energía al año. Además, se encarga de difundir noticias “verdes” a sus más de 20 mil seguidores en Twitter.
Antes de trabajar para el gobierno, Mena se dedicaba a la investigación ambiental (ver nota secundaria), área donde es probable que regrese tras el término del mandato de la Presidenta Michelle Bachelet, en marzo de 2018. Sin embargo, antes que llegue esa fecha deberá enfrentar varios temas: la contaminación atmosférica en Santiago, la creación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, la profundización de la política climática, y el futuro del proyecto minero Dominga, que fue rechazado este mes por la Comisión de Evaluación Ambiental de la Región de Coquimbo. Esto, entre otras razones, debido a las dudas que existen por su impacto ambiental en isla Choros, Chañaral y la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt.
Las nuevas medidas para descontaminar Santiago, como la prohibición total del uso de leña, dependen de la aprobación de Contraloría al plan Santiago Respira, lo que todavía no se produce, y Dominga deberá ser visto por el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad, en momentos en que La Serena se prepara para ser sede del IMPAC 4, el Congreso internacional de áreas marinas protegidas. Esta cumbre, según Mena, viene a “reflejar el compromiso del gobierno” con las áreas marinas, tal como ha ocurrido con Desventuradas, Juan Fernández y lo que se intenta hacer en Isla de Pascua.
¿Cuáles son los plazos para que el Consejo de Ministros revise la apelación de Dominga? ¿La respuesta se conocerá antes o después del congreso de áreas marinas protegidas de septiembre?
Como ministro de Medio Ambiente, yo tengo que velar por el cumplimento irrestricto de la institucionalidad ambiental, que fue diseñada para dar garantía a todos los actores. A partir del lunes próximo, cuando se notifique al titular de la resolución de calificación ambiental, éste tiene 30 días hábiles para entregarnos su apelación, y el Consejo de Ministros, una vez recibida, tiene 60 días hábiles para pronunciarse. Eso va a significar que es bien probable que el segundo semestre se vea en el Comité de Ministros (…) El congreso se sabe hace más de cuatro años que será acá, lo hemos anunciado a la comunidad mundial, por lo tanto, son temas que van absolutamente separados.
El seremi de Medio Ambiente votó a favor el proyecto, ¿por qué es compatible este proyecto con el medioambiente? El Servicio de Evaluación Ambiental regional también lo visó.
Hay una institucionalidad ambiental diseñada para que cada servicio se pronuncie en el ámbito de sus competencias (…) El ministerio del Medio Ambiente aboga siempre porque cada servicio se pronuncie estrictamente en eso y lo que el seremi hizo fue basarse en lo que le compete en temas de calidad de aire, agua, temas de ruidos, contaminación lumínica y en eso obró. Y otros servicios se pronunciaron en otros aspectos, por lo tanto, lo que refleja un fallo inicial es que cada servicio obró de acuerdo al ámbito de sus competencias. Lo que ve el Comité de Ministros son las reclamaciones que se recojan de eso, y nosotros en ese momento vamos a evaluar los antecedentes. No podemos predisponernos, ni dar opinión previa, hasta que el comité vea todos los antecedentes y vote en consecuencia.
¿El proyecto sigue siendo sustentable de acuerdo a lo que votó el seremi?
El ministro del Medio Ambiente no puede dar un juicio previo, porque el sistema tiene que dar garantía a todos los actores.
Cambio climático
Chile es uno de los países que suscribió el acuerdo climático de París y se comprometió a reducir en 30% las emisiones de CO2 por unidad de PIB al 2030, cifra que podría llegar hasta 45% con apoyo internacional. “El corazón de la política de mitigación de la contribución de Chile es el sector energético”, plantea Mena, para quien es clave contar con un 70% de las energías renovables al año 2050, así como fomentar un transporte público sustentable para disminuir la fiebre por los automóviles poco eficientes.
¿Hay alguna medida que sea más urgente de tomar en materia de cambio climático?
Yo diría que el tema de los recursos hídricos es el mayor desafío. Hemos visto que el sur de Chile, por ejemplo, impensadamente ha tenido sequías históricas, que causaron el año pasado un agravamiento de los problemas de contaminación atmosférica. Eso significa que tenemos que tener un plan de adaptación de recursos hídricos.
Esto se va a construir como un trabajo entre la sociedad civil, el mundo privado y académico. Ya lo hicimos hace cuatro años con el proyecto MAPS, que permitió diseñar cuál es la hoja de ruta de la mitigación de Chile, y tenemos que hacerlo para los recursos hídricos que hoy día, pienso yo, es la principal vulnerabilidad climática que tiene el país. La escasez hídrica tiene un desenlace en la agricultura, energía, minería y en consumo humano, y es por eso que necesitamos una estrategia de recursos hídricos acorde con el clima que cambia.
¿Qué tan preparado está el país en este momento para enfrentar lo que viene debido al calentamiento global?
Chile está considerado entre los 30 países más preparados para el cambio climático y, sin duda, es el más preparado de Latinoamérica, porque hemos tomado múltiples acciones, muy históricas, desde el momento que hicimos un plan nacional de adaptación (…).
Greenwatch estimó que el 0,6% del PIB es lo que uno podía sumar como daños de desastres naturales asociados a cambio climático en Chile en 2015, y si vamos viendo cada año nos damos cuenta de que si no es un alud que pueda afectar a la minería, es un alud que puede afectar al agua potable, o es marea roja que puede causar mortalidad de salmones, o puede ser un incendio forestal que realmente afecta tan profundamente como fue recién. Las formas en que esto puede ser una amenaza son múltiples, tenemos que estar preparados para éstas, pero si las enfrentamos bien, eso puede significar la creación de una economía mucho más resiliente, más sustentable y mucho más inclusiva.
Servicio de biodiversidad
Mena asegura que el gobierno de Michelle Bachelet dejará un legado en política climática, de medidas contra la contaminación atmosférica, impuestos verdes, e incorporación de áreas protegidas. Sin embargo, señala que el último gran desafío es la aprobación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, parte de la nueva institucionalidad ambiental que la Presidenta planteó en su primer mandato.
“Tenemos la prioridad de sacarlo adelante. Está interrelacionado con otros temas, como que el Ministerio del Medio Ambiente también sea el administrador de las áreas protegidas de Chile”, dice.
¿Qué tanto se asegura con el Servicio que va a haber protección efectiva de los parques que van a ser del Estado? Porque hoy hay diferencias con los parques privados, como los que entregó la Fundación Tompkins.
Dentro de los protocolos de acuerdo de transferencia hemos visto el tema financiero y al momento que la Presidenta firma hay un compromiso de mantener estándares que permitan una protección efectiva de estos parques, y efectivamente es importante que se cree este Servicio porque la finalidad es justamente esa y ninguna otra. Por lo tanto, es fundamental que se implemente y se financie, lo requiere el país. Nosotros hoy día gastamos muy poco en las áreas protegidas y necesitamos aumentarlo.