Con loteos ilegales de terrenos están creando villorrios en el litoral norte de la V Región
Por Audénico Barría.
Municipios denuncian los engaños y arremeten con querellas y órdenes de demolición de las viviendas:
Unas 800 familias ya se han instalado en las comunas de Papudo y La Ligua bajo esta modalidad. En la próxima semana se realizará el primer juicio oral contra loteadores.
Una fuerte ofensiva judicial emprendieron las municipalidades de Papudo y La Ligua para detener el explosivo loteo ilegal de terrenos, en los cuales se están creando villorrios en sectores no urbanos y cuyo uso de suelo está definido por el Plan Regulador Intercomunal solo para actividades silvoagropecuarias.
En ambas comunas, unas 800 familias han adquirido terrenos que habían sido subdivididos irregularmente y comenzaron a construir viviendas sin permiso alguno y fuera de toda norma.
En Papudo, por ejemplo, se creó un villorrio en el sector de El Tomé, donde no hay posibilidad alguna de sanear ni instalar agua potable y alcantarillado. Aun así, se han vendido 600 sitios y ya existen dos condominios: Aire Mar I y Aire Mar II.
“De acuerdo al Plan Intercomunal, la subdivisión puede llegar hasta una hectárea (10 mil m2), pero se han vendido sitios de hasta 200 m2, y esto se hace bajo la figura de venta de derechos, en la que cada uno adquiere una porción, pero nadie compra un sitio chico para dedicarse a la agricultura, y han construido casas sin ninguna regulación ni permiso”, explica el director de Obras Municipales de Papudo, Jorge Rubio.
Por eso, no duda en calificar la situación como un engaño: “ellos les dicen a los compradores que eso se va a urbanizar con el tiempo y es mentira”.
Frente a esta situación, que se viene produciendo hace cuatro o cinco años, el municipio inició acciones legales, y el próximo 13 de diciembre se inicia el primer juicio oral en contra de los loteadores en el Tribunal de Quillota.
La semana pasada la Municipalidad de La Ligua, apoyada por el Ministerio de Vivienda, interpuso una querella contra loteadores que siguen vendiendo sitios en el sector de Huaquén. Allí, incluso, han comercializado terrenos en una franja paralela a la Ruta 5 Norte, donde existe expresa prohibición de construir viviendas, dice Francisco Mocarquer, administrador municipal y alcalde subrogante.
En La Ligua, el problema tampoco es nuevo, ya que existen loteos ilegales también en Los Molles y otros sectores. En total, unas 200 familias han adquirido sitios en esta comuna.
“El loteo irregular está sancionado en la Ley General de Urbanismo y Construcciones, y en este caso, las acciones legales van dirigidas al loteador, porque actúa a sabiendas de que esos sitios no pueden ser saneados y que no procede en ellos el otorgamiento de permisos de construcción”, indica el abogado municipal de La Ligua, Tomás López. A los compradores, en tanto, los municipios han notificado de las órdenes de demolición.
El seremi de Vivienda, Rodrigo Uribe, señala que los compradores son mayormente gente de clase media de la Región Metropolitana que buscan una segunda vivienda, añadiendo que los asentamientos no tienen posibilidad alguna de ser urbanizados.
Elizabeth Hernández, una de las loteadoras que fue querellada por los dos municipios, sostiene que “la venta de acciones y derechos es legal en Chile, así lo entienden los notarios que dan fe de las escrituras, los conservadores que los inscriben, y el Servicio de Impuestos Internos, el que toma conocimiento una vez que se inscribe la compraventa o cesión de derechos”.
Añade que “todas las personas a las cuales les hemos vendido, saben que compraron derechos sobre terrenos agrícolas; además, esto está estipulado en una cláusula que aparece en todas nuestras escrituras”.
2.904 habitantes podrían legalmente vivir en El Tome (Papudo) si se cumple la norma legal que permite hasta 2 viviendas por hectárea y considerando 4 personas por vivienda.
11.616 habitantes se proyectan en el mismo sector con los loteos ilegales, considerando 8 viviendas por hectárea y 4 personas por vivienda. Pero se están vendiendo 10 y más sitios por hectárea.
