El costo de tener un auto

Costanera Andrés Bello, Santiago. © Matt Hintsa, vía Flickr.

Costanera Andrés Bello, Santiago. © Matt Hintsa, vía Flickr.

Quiero aclarar que el objetivo de este artículo no es resolver la pregunta de si debo o no comprar un auto. Esta decisión depende de una infinidad de variables subjetivas (que van desde cuánto estatus creo que me da un auto hasta si lo necesito porque debo transportar a mis hijos, entre otro largo etcétera).

Sin embargo, hay  una variable muy objetiva que tiene que considerarse y con mucha frecuencia tendemos a no cuantificarla correctamente: el costo.

Cuando uno posee un vehículo, generalmente, hay que considerar los siguientes elementos:

• La pérdida real del valor del vehículo
• El combustible
• Seguros
• Impuestos
• Estacionamiento
• Mantenimientos preventivos y reparaciones
• Otros gastos (p.e. peajes, intereses en el caso de financiamiento)

Cada ciudad y cada país tienen sus particularidades, las que se traducen en que los elementos mencionados pesen más o menos…pero siempre se debe revisar la lista completa.

La pérdida de valor es probablemente el elemento que con mayor frecuencia no se considera, aún cuando puede representar hasta la mitad del costo anual. Cada año que pasa le resta valor al vehículo, ¿cuánto? Depende tanto del país, de la marca y de qué tan viejo sea (la pérdida anual de valor es mayor al principio que después). Como referencia, típicamente un vehículo pierde entre 10% y 15% cada año durante los primeros 3-4, mientras que después de 10 años, esta pérdida es mucho menor (equivalente al 5% del valor del vehículo nuevo, o incluso menos).  Aún cuando este análisis pueda sonar complicado, lo único que se necesita para darse una buena idea de cómo es la curva para el vehículo, tu vehículo, es revisar los websites de ventas de vehículos usados y ver cómo evolucionan los precios.

• Todos los otros elementos son bastante comunes y fáciles de cuantificar… el punto es que no se nos olvide ninguno de ellos. El combustible y el seguro son los gastos sobre los cuales generalmente tenemos mayor conciencia… así que no se necesita mayor ayuda. En cuanto a los impuestos, el mantenimiento, el estacionamiento, los intereses y reparaciones, tampoco es complicado estimar. Si siente que el número exacto es muy difícil de definir, no se preocupe, sencillamente haga un estimado. Al final, el efecto sobre el total entre usar un número aproximado versus uno preciso no suele ser significativo .

Ahora la parte divertida: hacer un ejercicio para tener idea del rango.

Consideremos un auto nuevo con un precio de 9 millones de pesos chilenos (aproximadamente USD 13 mil), pagado al contado y con un uso relativamente bajo.

Los costos serían aproximadamente los siguientes:

• La pérdida anual del valor del vehículo: entre CLP 900.000 y 1.350.000 al año (entre USD 1.300 y 2.000)
• El combustible: CLP 50.000 por mes (USD 70)
• Seguros: CLP 25.000 por mes
• Impuestos: CLP 15.000 por mes
• Estacionamiento: entre CLP 20.000 y 80.000 al mes
• Mantenimientos preventivos y reparaciones: CLP 200.000 al año
• Peajes: CLP 20.000
• Intereses por financiamiento: cero

El costo total anual va entre CLP 2,5 millones y 3,8 millones (entre USD 3.700 y 5.600). ¡¡¡Esto significa entre CLP 200.000 y 320.000 por mes!!! Es un monto que puede sonar alto, pero obviamente toda esa gente que vemos en un auto lo paga. El problema se genera cuando se toma la decisión de comprar un vehículo, y al no tener clara la situación de costos, se desechan opciones que pueden ser más baratas, eficientes e incluso más cómodas.

Creo que lo más eficiente para moverse por una ciudad es ser intermodal. Yo, por ejemplo, uso la bicicleta todos los días para ir a trabajar, es lo más barato y rápido para ese trayecto. Cuando lo mejor para llegar a un lugar es ir en metro, ese es el modo que elijo, etc.

Si la justificación para comprar un auto es la comodidad, personalmente, considero que la experiencia más cómoda que se puede tener es un chofer, lo que vendría siendo un servicio de taxi (o Uber o Cabify). Si necesito usar un auto por algún motivo, no necesito gastar 250.000 mensuales, sino que simplemente puedo usar uno de estos servicios. Además, siento que mi experiencia es mejor que manejar un auto porque puedo hacer cosas mientras me traslado, me olvido del estrés que generan otros conductores, etc.

Como mencioné anteriormente, cada caso es distinto, típicamente, la opción de no comprar un auto suele ser más atractiva cuando el uso del mismo no es intenso (menos de 10.000 Km al año), etc. Pero lo principal es saber lo que realmente cuesta la decisión y entender si hay o no opciones viables que nos proporcionen una mejor experiencia.

Solo considerando nuestras finanzas personales, la evaluación anterior es un buen argumento para no comprar un auto, en muchos casos, a ciegas. Porque ya sabemos, existen varios otros beneficios relacionados al no tenerlo, como por ejemplo la contaminación y congestión que dejamos de generar, el espacio público que dejamos de usar, etc., pero claramente estos son temas que dan para otra columna.