Entre el agua y el barro: el testimonio de los afectados

lluviaPor: Jorge Soto y Carlos Reyes.

Retroexcavadoras, camiones y voluntarios con palas se tomaron las calles de Providencia para ayudar a los afectados por el desborde del Mapocho. Hasta ayer, el municipio había identificado a más de 400 locales con daños, catastro que continuará hoy. En tanto, la Cámara de Comercio de Santiago estableció preliminarmente “pérdidas por medio millón de dólares”, sólo por el concepto de ventas menores.

“Arriba los emprendedores”

Martín de Mussy fundó “GUD!” hace menos de cinco meses. El domingo , se enteró que su local de calle Santa Magdalena tenía 35 centímetros de barro y escombros. “Sabíamos que venía un frente de mal tiempo, pero no esto”, contó De Mussy, quien con una pala ayudaba a los trabajadores y que, para subir el ánimo de los afectados, sacó la pizarra del menú y escribió “arriba los emprendedores”. Agregó que las pérdidas del local que vende almuerzos a los trabajadores del sector, llegan a los $ 30 millones, sin considerar los días que el negocio estará sin funcionar por la falta de agua y luz. “Vamos a ser parte de acciones colectivas (…) Esto es un golpe muy duro al emprendimiento”, dijo.

“Los remedios nadaban”

Desde hace tres años que “Mii Farmacia” vende medicamentos oncológicos en Providencia. El desborde del Río Mapocho inundó en casi 40 centímetros sus dependencias. Según contó su dueña, la químico farmacéutica, María Soledad Gunckel, en dicho recinto “vendemos quimioterapia para la gente y, además, un medicamento helixor, que ésta es la única farmacia que lo vende en el país. Hay pacientes que dependen de ese medicamento”. Debido a esta situación, muchas personas la han llamado para saber qué le pasó. “Les digo a todos que estén tranquilos”, señaló, ya que, a pesar de que su local registró daños, tratará por todos los medios de seguir funcionando y atender a quienes necesiten esos medicamentos. Varios remedios fueron afectados por el barro y el agua. Indicó que cuando llegó al local a ver su estado “los medicamentos flotaban”. Las pérdidas de su recinto son millonarias, y las estima “entre $ 50 y $ 70 millones”. La químico farmacéutico dice que saldrá adelante por sus pacientes.

“Nunca vi algo así”

Agradecido por la ayuda de voluntarios y trabajadores que colaboraron toda la mañana para limpiar la calle Las Urbinas, se mostró ayer Dan Worth, fundador del bar restaurante California Cantina.

“Hemos perdido máquinas y un freezer, además de una cámara llena de comida que está bajo agua”, dijo el norteamericano oriundo de Chico, en el estado de California.

“Lo primero es contactarse con la municipalidad y ver si nuestro seguro cubre el problema. Luego será presentar una demanda ‘class action’ (colectiva) entre toda la gente afectada por el desastre”, sostuvo Worth. Según sus estimaciones los daños superarían los $ 70 millones. “Nunca vi algo así”, aseveró.

Abierto hace ocho meses

“Llevamos acá ocho meses y con mi pareja nos aventuramos a este proyecto sin colchón, pidiendo un crédito y debemos cumplir a los proveedores y a los clientes”, contó Valentina Millar, dueña del local de sushi Raizú, ubicado en la esquina de Nueva Lyon con Andrés Bello. Relató que “fuimos uno de los locales más afectados, porque está en una pendiente y entró agua y lodo. Ayer (domingo) estuvimos trabajando hasta las tres de la mañana, teníamos casi todo limpio, llegamos hoy y nos encontramos con todo el lodo”. Perdió maquinaria y bodegas enteras con alimentos. Estima que los costos de los daños bordean -preliminarmente- “unos $ 5 millones”.

Excavación detuvo el agua

El Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) también fue víctima de las aguas del desborde del Río Mapocho. Específicamente, la segunda etapa de construcción del recinto -que contempla una inversión estatal de cerca de $ 34 mil millones y que se encuentra aún en proceso de excavación y remoción de suelos-, y donde a mediados del próximo año se inaugurará una gran sala con capacidad para dos mil personas. Fueron justamente estas obras las que se interpusieron en el camino de las aguas que venían desde Providencia y actuaron como insospechado muro de contención para evitar que el establecimiento fuese afectado. “El proceso de construcción se retrasará, aunque no mucho, pero si las obras no se hubiesen encontrado allí y en esta fase, las aguas pudieron hacer aún más estragos en el barrio”, afirma el director ejecutivo del GAM, Felipe Mella. De esta forma las obras que comenzaron en enero de este año, no sólo evitaron que el centro cultural resultara con daños, sino que también todo el Barrio Lastarria.

Una situación impensada

En los ocho años que Sabri Taghian lleva trabajando su local Tienda Balady, ubicada en centro comercial Los Dos Caracoles, en Providencia, nunca pensó que uno de estos días su negocio sería afectado por agua y el lodo. “Uno nunca imagina que el agua va a entrar hasta aquí. Llegó a unos 20 centímetros”, cuenta mientras observa su local. El es uno de los más afectados de los locatarios, cuyos recintos fueron dañados, debido a que el agua cayó al subterráneo por el pasillo en forma de espiral. En la mayoría de los casos, el lodo pasó por fuera de sus negocios, pero en el local de Sabri Taghian terminó con la destrucción del piso, la mercadería y el sistema eléctrico.

Más de tres mil libros perdidos

“Ayer (domingo) pensábamos que eran tres mil libros perdidos. Pero hoy nos encontramos que son más. Por lo menos el 50% de la tienda tiene pérdidas”, dijo Catalina Infante, dueña y editora de la librería Catalonia Beovic, fundada por su padre, Arturo Infante Reñasco, en 2003.

El agua y el barro del Mapocho recorrieron cada centímetro de la tienda ubicada en calle Las Urbinas de Providencia. Esto se tradujo en pérdidas en infraestructura, además de una suma, que aún no ha sido calculada en su totalidad, de ejemplares dañados.

Todavía sin electricidad, un grupo de trabajadores vestidos con impermeables azules intentaban rescatar parte de los libros que parecían estar sin daño, pero que por dentro prácticamente estaban destruidos.

Uno de los lugares más dañados fue la bodega que queda en el subterráneo. Ahí, el agua superaba los 35 centímetros y un centenar de libros y electrodomésticos estaban sumergidos entre los escombros arrastrados por el caudal. “Abajo teníamos los libros de arte, arquitectura y diseño, que son los más caros y también habían de filosofía. Al resto súmale un promedio de diez mil pesos, por lo que las pérdidas son millonarias”, cuenta Catalina Infante, además de señalar que los muebles también tendrán que darlos de baja porque “la madera se va a podrir”. Con respecto a los responsables, la dueña de Catalonia afirmó que “fue una negligencia total. Acá hay varios responsables, no sólo la Costanera Norte. Todos se van a echar la culpa pero se que acá no hay un solo culpable”. Sobre una eventual acción judicial, indicó que se han acercado estudios de abogados bastante importantes para prestar ayuda. Por eso, esperan sumar a locatarios del Drugstore para que juntos evalúen cuál será el camino adecuado.