El futuro del Teatro Pedro de la Barra

teatro pedro de la barra antofagastaPor Pedro Bahamondes Ch.

Fundado en 1883 en Antofagasta, cerrará sus puertas para ser remodelado: $ 2.500 millones se destinarán a ampliar su sala y construir camarines, aulas de ensayo y una cafetería.

Soñaba con un festival de teatro que derribara las fronteras entre Chile y sus vecinos. Veinte años antes había fundado el Teatro Experimental de la U. de Chile, en 1941: el actor, director y dramaturgo Pedro de la Barra se instalaba en Arica a inicios de 1962. Allí pretendía formar una compañía, pero a los pocos meses, abatido por el escaso interés en la zona, cambia de planes. En mayo del mismo año, el Premio Nacional de Artes 1952 llega a Antofagasta.

Meses antes, alumnos del Pedagógico habían fundado el Teatro de la U. de Antofagasta, rebautizado después como Teatro del Desierto de la U. de Chile. Preparaban el estreno dePacto de medianoche, de Isidora Aguirre, y El pastel y la tarta, la farsa anónima del siglo XV, cuando De la Barra irrumpe en sus ensayos. La obra debuta el 25 de agosto ante una multitud que aplaude de pie, pero pronto les hace falta un teatro donde presentarse.

Llevaban cinco años juntos cuando el rector de turno les cede un viejo edificio en calle Condell, a pasos del centro. La construcción de 833 metros cuadrados había sido inaugurada en 1883 como la primera escuela de niñas de la ciudad. Con los años, se vuelve uno de sus epicentros culturales, pero tras el Golpe de Estado de 1973 y el autoexilio de De la Barra en Venezuela -donde muere de cáncer cuatro años después-, la sala pasa al olvido.

“Durante el régimen militar, el grupo presenta obras como La fierecilla domada, Te llamabas Rosicler, Otelo y Orquesta de señoritas, además de El jaguar azul, de Jorge Díaz”, cuenta Raúl Rocco, actual director del teatro y la compañía. A principios de enero pasado, y aunque el lugar sortea el paso de los años y desastres naturales -en 1991, para el diluvio que cayó en Antofagasta, sus paredes de adobe resultaron dañadas-, el popular Teatro Pedro de la Barra fue una de las sedes del Festival Zicosur, que hace 18 años cumple el antiguo sueño del actor que le dio fama: enfrentar el trabajo de compañías chilenas, peruanas, bolivianas y argentinas.

Declarado Monumento Histórico en 1985 y restaurado por primera vez hace 21 años, en septiembre cerrará sus puertas para ser remodelado gracias a una iniciativa del Consejo Regional, el Ministerio de Obras Públicas y la U. de Antofagasta, con una inversión de $ 2.500 millones. “Se mantendrá la fachada original, pero habrá variaciones en su interior”, cuenta Rocco. La sala, con capacidad para 110 espectadores, se ampliará a 184 butacas retráctiles, incluida una fila para discapacitados. También se construirán camarines con baños y duchas, salas de control, vestuario, producción de escenografía y una bodega. Del lado norte del edificio, en tanto, se levantará otro de tres pisos para su administración, además de una cafetería. “Es un teatro con mucha historia y que no puede quedar en el olvido”, dice Rocco. “En Antofagasta, además del Teatro Municipal, el Pedro de la Barra es uno de los lugares donde aún se vive el teatro, y donde muchos niños y adultos tienen la posibilidad de presenciar por primera vez a un elenco en vivo, presentándose en escena. Restaurarlo es hacerle justicia”.