Hasta 10 mil personas pasan sus vacaciones en Puerto Viejo, la toma más grande de Chile

puerto viejoPor Alejandro Núñez.

Más de 2.000 improvisadas casas se alzan frente a una de las playas más hermosas de la comuna de Caldera:

Sin agua potable, energía eléctrica y alcantarillados, todos los años familias completas pasan el verano en improvisadas casas de madera.

A 40 kilómetros de Caldera, en medio de grandes muros de arena afloran 2.000 casas con una idílica vista panorámica hacia el océano Pacífico. Es Puerto Viejo, la ocupación ilegal de terreno más grande de Chile, en donde miles de personas que provienen de diversos puntos de la Región de Atacama han construido sus casas para pasar el verano junto al mar.

El antiguo puerto de Copiapó hasta 1850 era una tranquila caleta de pescadores, pero a partir de la década de 1980, “afuerinos” comenzaron a poblar las dunas, atraídos por la hermosa y amplia playa. Durante el año no viven allí más de 20 personas, pero en los meses de verano se juntan hasta 10 mil, quienes habitan las improvisadas casas de madera, que circulan por estrechos pasillos.

Juana Oviedo (74) fue una de las primeras en llegar a Puerto Viejo, en 1977. Recuerda que fue atraída por la “fiebre del loco”, y se quedó por la tranquilidad. Oriunda de Laja, Región del Biobío, con nostalgia muestra decenas de fotos que tiene en su cocinería. Oviedo reconoce que con la llegada de miles de “propietarios” “ahora es otra cosa, otra vida, otra gente y con más bullicio”.

En Puerto Viejo no hay agua potable, electricidad ni sistema de alcantarillado. Durante la temporada estival, la municipalidad de Caldera debe destinar camiones para el retiro diario de la basura y establecer rondas médicas cada 15 días. Hasta el año pasado, Carabineros estableció un cuartel móvil por la alta afluencia de público, pero en esta solo habrá rondas de control, ya que existen otras tomas más pequeñas a lo largo de la costa de la región.

Según un catastro del Ministerio de Bienes Nacionales, se detectaron cinco mil tomas ilegales en el borde costero en Atacama.

La basura es uno de los temas más complejos para la autoridad, ya que, según información municipal, en todo el borde costero de Caldera durante la temporada estival del año pasado se retiraron 3 mil toneladas de desperdicios. La alcaldesa Patricia González resaltó el gran gasto que genera esta situación que puede alcanzar al 50% del presupuesto de limpieza del municipio para todo el año.

Para los visitantes y “dueños de casa”, esta situación es evidente, y exigen más basureros y un sistema de alcantarillado, lo que es difícil de concretar a través de proyectos, dado que es una toma ilegal. Vladimir Oviedo sostiene que “a mí lo que me molesta es que las personas nuevas no cuidan esto. Uno encuentra bolsas de basura en la orilla del camino. A mí, mi abuelo, desde chico, me enseñó a juntar la basura y botarla en un sector apropiado”.

Hay casas que tienen generadores que proporcionan energía y luz artificial. Otros han construido pozos sépticos, rellenos con cal, para evitar los malos olores. La filtración de aguas servidas y líquidos percolados hacia la playa y napas subterráneas preocupa a las autoridades.

Al recorrer la playa suena reggaeton por diversos parlantes, se ven familias completas que aprovechan las tranquilas aguas del sector. Los más adultos capean el sol con multicolores quitasoles y amenizan la tarde con mate, comida, y también con melón con vino, mientras que los adolescentes juegan fútbol.

Yuli Tapia, quien viaja todos los años desde Tierra Amarilla para vender pescado, asegura que hasta el momento no se ha juntado la multitud de años anteriores. Afirma que esto es “por la situación económica actual”.

En cuanto al futuro del sitio, Oviedo sostiene que “si hay que salir, tendremos que salir, o que nos vendan un pedazo de terreno para mantener la esencia y para seguir la tradición”.

Cierre temporal
se decretó ayer en la playa debido a que se detectó la medusa fragata portuguesa. Orden de desalojo sin cumplirLa familia Aguirre Espoz, dueña del terreno de 40 hectáreas, durante años ha presentado recursos de desalojo en los tribunales y solo reconoce la presencia en el lugar de pescadores del sindicato número 1 de Puerto Viejo.

En 2012, la Corte Suprema emitió una orden de desalojo, la que se ha hecho impracticable por el volumen de las personas involucradas. Con el paso del tiempo, al ver que no había resultados, la familia desistió y ahora busca llegar a un acuerdo con el Estado para favorecer a los ocupantes ilegales.

Claudio Aguirre, en representación de la familia, explicó que ya hicieron una propuesta al Gobierno, dado que según información del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) y los instrumentos de planificación territorial, Puerto Viejo es una zona en donde no se puede construir por riesgo de tsunami . “Se trata de hacer un loteo en la parte alta, donde la gente pueda adquirir un predio por un precio razonable y así ordenar el sector y recuperar la playa para Atacama”. Aguirre criticó que “en Atacama no se otorgan permisos a la personas que quieran tener su segunda vivienda en la playa, y finalmente se generan tomas en el litoral, que lo único que hacen es matar el turismo a largo plazo”.