Debuta norma para reducir contaminación lumínica en observatorios astronómicos

nueva norma luminica observatorios astronomicos norte de chilePor Manuel Valencia y Juan Castellón, El Mercurio.

Regirá entre Antofagasta y Coquimbo, y obligará a recambiar luminarias existentes hacia 2019:

Con el nuevo protocolo, que permitirá certificar las luminarias que se instalen cerca de estos centros, se busca frenar el deterioro de hasta 10% en la calidad de la observación y potenciar a Chile como capital mundial de esta ciencia.

La instalación de una red de 2.700 luces azules cerca de Chañaral y el nuevo alumbrado que se construyó en la plaza de peaje de la ruta 5 Norte entorpecieron los viajes de años luz que realizan, como si fuese un desplazamiento cotidiano, los sofisticados observatorios astronómicos como La Silla o Las Campanas hacia galaxias lejanas que brillan miles de veces menos que el cielo nocturno del Norte Chico.

Según estimaciones del Ministerio de Medio Ambiente, las luces que provienen de recintos, carreteras o de ciudades cercanas a los observatorios como La Serena o Coquimbo afectan en hasta 10% la capacidad del observatorio Cerro Tololo.

“Esa cantidad se cuadriplicaría en 50 años por el crecimiento de las ciudades si no se toman las medidas de control necesarias para evitar la pérdida de luz hacia el cuelo. La norma lumínica creada en 1998 ayudó a mitigar este problema, pero en los últimos años se acrecentó, por la aparición y masificación de nuevas tecnologías, como la LED”, señala, a modo de diagnóstico, el ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier.

Concuerda Christopher Smith, director del Observatorio de AURA en Chile, entidad que agrupa a los telescopios Cerro Tololo, Gemini Sur, Soar y LSST, que está en construcción. “Hoy enfrentamos los desafíos de las LED, las pantallas grandes, masificación y sobreiluminación. Entonces, esta norma es muy importante para actualizar y enfrentar esas amenazas”, dice.

Miguel Roth, representante del Telescopio Magallanes Gigante (GMT), agrega que la contaminación lumínica disminuye el contraste entre el cielo y los objetos y reduce la capacidad de los telescopios. “No sacamos nada con construir enormes telescopios, si nos deja con el tamaño de un telescopio más chico”, asegura.

Para remediar esta situación, el año pasado la cartera actualizó la norma incorporando las ampolletas LED, las incandescentes y las de descarga. Todas estas tecnologías deberán ser certificadas en un laboratorio, y serán, además, fiscalizadas por la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC). El acatamiento de la norma será revisado también por la Superintendencia de Medio Ambiente.

Pese a que la norma debía empezar a funcionar en mayo de 2014, el retraso en la definición de un protocolo para certificar las luminarias impidió que la disposición entrara en vigor. En ese proceso, al derogarse la norma anterior, los cielos del país quedaron desprotegidos, y en el plazo de un año se instalaron diversos alumbrados y luminarias que entorpecieron el trabajo de los observatorios.

Ahora, con el protocolo vigente, todas las nuevas luminarias de exteriores, como las que se utilicen en vías públicas, deportivas, recreativas y letreros publicitarios, entre otros, no podrán emitir luz hacia el cielo. Para ello, deberán utilizar luminarias apantalladas y sin inclinación.

La norma también establece un plazo de cinco años (hasta el 3 de mayo de 2019) para recambiar las luminarias existentes. Mientras ello se produce, esos alumbrados deberán cumplir con la norma anterior. Así, se busca garantizar que en 2020, cuando Chile concentre el 70% de la observación astronómica internacional, los cielos estén lo suficientemente limpios para posibilitar el desarrollo de esta actividad científica.

Paralelamente, a partir de la aplicación de esta norma, el Ministerio de Medio Ambiente analizará su ampliación hacia el resto de las regiones del país, con el propósito de controlar y reducir las emisiones provenientes de fuentes de contaminación lumínica en las ciudades.

Inversión
En los próximos 50 años se invertirán US$ 3 billones en observatorios, según estima Christopher Smith, director de Aura.