A 7 años de tragedia de Colegio Cumbres, ruta Arica-Bolivia mantiene trazado riesgoso

ruta arica boliviaPor Mario Rojas Martínez, El Mercurio.

Desgaste provocado por el clima y el intenso paso de camiones deterioran las reparaciones en la carretera:

Su reposición cuesta $1.000 millones por kilómetro, el doble que vías como la Ruta 5. En 130 km se pasa del nivel del mar a 3.600 metros de altitud.

Viernes 29 de agosto de 2008. A las 14:50 horas, un bus que trasladaba a una delegación de alumnas del Colegio Cumbres en gira de estudios, por exceso de velocidad del conductor como estableció la indagatoria del Ministerio Público, se desbarrancó en una curva del kilómetro 135 de la ruta internacional 11-Ch, que une Arica y Bolivia.

Luego de la tragedia, que dejó nueve fallecidas, con edades entre 15 y 16 años, las autoridades comprometieron obras como barreras de contención de hormigón en curvas junto a acantilados de más de 100 metros de profundidad, señaléticas y reposición del pavimento. También desvíos en el trazado, ganando terreno en faldeos de cerros para evitar barrancos, ensanchamiento de la calzada y estacionamientos.

Todo ello en un trazado de 198 kilómetros entre el valle de Lluta y el lago y paso fronterizo Chungará, a 4.600 metros de altitud.

Allí, siempre con dos pistas de circulación, una en cada sentido, en 130 kilómetros se pasa del nivel del mar a 3.600 metros sobre el nivel del mar.

A siete años del accidente, ese tipo de obras, incluso en el kilómetro 135, fueron realizadas. Pero el problema es la mantención.

El Ministerio de Obras Públicas (MOP) informó que la vía “tiene estándar de ruta internacional” y que las reposiciones requieren estudios de ingeniería que tardan entre 18 y 20 meses, mientras que las obras en ejecución se extienden por dos años.

La carretera, siempre en reparaciones, es intervenida por tramos, que no superan los 30 kilómetros, a un costo superior a los $20 mil millones. De hecho, la reposición de un kilómetro cuesta $1.000 millones, el doble que en otras carreteras como la Ruta 5.

“Cuenta con un plan de conservación en zonas donde las variaciones de temperatura y escurrimiento superficiales de agua desgastan la carpeta asfáltica o se han generado emergencias por sismos o lluvias altiplánicas”, explica Jorge Cáceres, seremi del MOP en Arica. “Los accidentes ocurren en toda la ruta, en todos los horarios y no por falta de señalética”, añade el capitán Ítalo Badilla, jefe de la Sección de Investigación de Accidentes en el Tránsito de Carabineros de Arica.

Los mayores usuarios, con un flujo de 10 mil máquinas al mes, son camioneros bolivianos, como Manuel Ildefonso, que la recorre con cargas al puerto de Arica. “Lo más complicado es que en un viaje tienes sol, viento, lluvia, nieve y granizo”, explica.

Él fue uno de los más de 2.500 transportistas bolivianos capacitados por Carabineros en los últimos dos años en nociones básicas de normas de tránsito.

El accidente del Cumbres marcó también un hito para las giras de estudio al norte. “Con ellas teníamos más de un 50% de la reserva hotelera copada -de un total de 4 mil camas-, pero ya no viajan por esa ruta”, señala Daniela Beltrán, presidenta de la Cámara de Turismo de Arica.

 Papá de Trinidad: “Fui una sola vez, esa vez… y no regresé”Un año después del accidente, en el mismo lugar y hora de la tragedia, junto al kilómetro 135, fue inaugurado el “Memorial de los 9 Ángeles”, diseñado por el arquitecto Rodrigo Contreras, padre de Elisa (16), una de las víctimas fatales.

Gonzalo de la Carrera (53), quien perdió allí a su hija Trinidad (16), viajó a la zona en 2010. “Fui una sola vez, esa vez… y no regresé”, dice, y se queda en silencio. Entonces, oró en el memorial, que hoy es cuidado por efectivos del regimiento “Huamachuco” del Ejército y trabajadores municipales de Putre.

También ayudan algunos viajeros, pero hoy el acceso vehicular está restringido, por zanjas provocadas por las lluvias. Hay que caminar unos 100 metros.

“Agradezco a todos los que ayudan a mantener ese memorial. Si sirve para que se acerquen personas para reflexionar, para orar, estamos reconvirtiendo una tragedia en algo positivo”, añadió De la Carrera.

Las familias recordarán a sus hijas con una misa en el Colegio Cumbres, “con la gente más cercana”, señaló.