‘Un museo es un mal lugar para mirar arte’, dice Banksy sobre Dismaland, su distópico parque de entretenciones
Por Nicolás Valencia.
En la hasta ahora desconocida localidad costera de Weston-Super-Mare (Inglaterra), este 22 de agosto abrió sus puertas al público Dismaland, “un parque de arte, diversiones y anarquismo de nivel básico”, tal como lo describe Banksy, líder del proyecto (sí es real, los tickets están a la venta) que alberga 18 trabajos del propio graffitero inglés y otros 58 artistas de 15 países, incluyendo a Damien Hirst, Escif, Kate McDowell y Jenny Holzer.
Justificando su nombre -un juego de palabras entre Disneylandia y dismal (“melancolía” o “desaliento” en inglés)-, el recinto es el antónimo a la clásica visión edulcorada que los parques temáticos venden: un deteriorado castillo a medio morir, una zona de control de seguridad levantada en cartón y réplicas de balsas de refugiados en un diorama acuático son parte de las principales atracciones de un parque que busca cuestionar al arte, el corporativismo, el museo como tipología y los “especuladores artísticos”.
Conoce imágenes de las instalaciones y reflexiones de Banksy después del salto.
“Es un parque temático cuyo gran tema es: los parques temáticos deberían presentar temáticas más grandes”, explica Banksy en una reciente entrevista publicada en el periódico inglés The Guardian. Y el graffitero inglés escoge una ciudad y un lugar propicios no sólo para hablar de decadencia, sino también para criticar al museo como espacio físico para la exhibición del arte y para hablar de los principales temas globales, aquellos de los que ocurren allá afuera, aparentemente lejanos al público habitual de los parques de entretención.
La piscina más grande de Europa
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En donde se levantó Dismaland alguna vez existió Tropicana, una de las mayores atracciones turísticas de una melancólica ciudad como es Weston-Super-Mare (y toda la costa británica, como expresó Jonathan Jones tras su visita al proyecto de Banksy). Inaugurado en 1937, “The Pool” -como era originalmente conocido- contaba con un edificio de dos pisos diseñado bajo la influencia del estilo Art Decó y una piscina de 950 metros cuadrados, alguna vez albergó la piscina al aire libre más grande de Europa, pero en los años noventa entró en una irreversible crisis hasta su cierre definitivo en 2000.
Actualmente la construcción de Tropicana es un edificio patrimonial dentro de una zona de conservación y las iniciativas para recuperarlo han fallado estrepitosamente, mientras se seguía ocupando como vertedero ilegal. Últimamente, el Ayuntamiento solicitó a los locatarios que aún permanecían en el recinto que lo abandonaran, advirtiendo su pronta demolición, según informó un movimiento que busca restaurarlo.
Hasta que llegó Banksy.
El peor contexto para el arte es otro arte
Considerando las dimensiones de la construcción en una ciudad apacible como Weston-Super-Mare, los organizadores se asociaron con la Alcaldía para evitar las sospechas de los lugareños. Mientras se levantaba Dismaland, la información oficial señalaba que Hollywood grabaría una película titulada ‘Gray Fox’ en lo que alguna vez fue la piscina pública más grande de Europa. Más allá de seguir reduciendo la trayectoria de Banksy a especular sobre la morbosidad en torno a develar su anonimato o de lo mediático que han resultado sus últimos trabajos como su gira por Nueva York (exitosa en difusión, pero convertida en una patética procesión snob, carente de cualquier análisis de peso por parte de los medios de prensa), Banksy explica a The Guardian sus principales razones para montar su más reciente instalación (¿trabajo?, ¿performance?, ¿obra?).
“La ventaja de poner arte en un pequeño pueblo costero es que sólo estás compitiendo con burros. Creo que un museo es un mal lugar para mirar arte. El peor contexto para el arte es otro (tipo de) arte”.
Y cuestionando otra de las hipocresías sobre el consumo de arte (lo que esperamos de quien contempla el arte), Banksy se enfoca en el visitante promedio de los parques de entretenciones: “Si eres el tipo de persona que se siente hastiado de la suavidad sobre-corporativa que se hace pasar por entretenimiento familiar ligero, entonces ésta es la oportunidad de ocio. No se pide mucho preguntar “¿cuál es el punto en el arte ahora”, como preguntar “¿Cuál es el punto en preguntar “¿Cuál es el punto en el arte ahora?”
Dismaland permanecerá abierto por cinco semanas consecutivas, hasta el 27 de septiembre de 2015.
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