La primera calle para bicicletas de Copenhague
Vestergade es una de las calles más importantes del centro de Copenhague que atrae a las personas por su oferta de bares, cafeterías, servicios públicos y restaurantes.
En 2013, el municipio la eligió para probar una estrategia de tránsito pensada en los ciclistas que luego volvió permanente y que busca aumentar la seguridad de éstos usuarios y de los peatones, disminuir el ruido ambiente y mejorar la convivencia vial.
¿En qué consistió la iniciativa y qué cambios hubo en la calle?
La medida que el municipio implementó en noviembre de 2013 consistió en hacer que Vestergade fuera la primera calle para bicicletas de Copenhague que se caracteriza porque el tráfico vehicular, sea motorizado o no, está pensado en los ciclistas.
Esto significa que los automovilistas y ciclistas comparten el espacio vial, pero son los ciclistas quienes tienen la preferencia, por lo que los automovilistas deben tener mayor precaución en sus desplazamientos y circular a una velocidad reducida que no supere a la de los ciclistas, por lo que son estos últimos usuarios quienes definen el ritmo de circulación.
Para asegurar esto, se instalaron semáforos que tienen varias luces verdes que se apagan hasta llegar a la luz roja y que les permite a los ciclistas tener una idea del tiempo que les resta hasta llegar a una intersección. Estos semáforos se complementan con señaléticas que les informan a todos del nuevo funcionamiento de la calle.
A esto se suma que para desincentivar el tránsito de automovilistas por esta calle, se fijó que solo podían circular en un sentido, mientras que los ciclistas lo pueden hacer en ambos sentidos, lo que antes no era posible.
A inicios de 2014 y a los pocos meses de creada esta estrategia en noviembre, el municipio decidió volverla permanente debido a que durante los días laborales los ciclistas que transitaban por esta calle aumentaron de 4.600 a 7.600.
En tanto, los automóviles bajaron a más de la mitad, pasando de ser 2.400 a 900, lo que permitió aumentar la sensación de seguridad en los peatones y ciclistas junto con que disminuyó considerablemente el ruido ambiente que afectaba a los residentes.
Si bien la lógica que tiene esta calle estaba presente desde 2012 en Dinamarca, debido a que la ciudad de Aarhus fue la primera del país en crear una calle de este tipo, Copenhague no contaba con una propia, por lo que el municipio decidió implementarla como parte de su plan para que más personas elijan la bicicleta como su medio de transporte y para que las rutas sean más eficientes.
Por medidas como ésta, Copenhague fue reconocida este año como la ciudad más amigable del mundo con la bicicletas según el Ranking Copenhagenize.
Fuentes: Embajada de Ciclismo de Dinamarca y Copenhagenize.