Culmina primera fase de trabajos para la recuperación de la Basílica del Salvador

basilica del salvadorPor Pamela Gutiérrez, El Mercurio.

Se retiraron escombros y se clasificó valioso material:

La fundación del mismo nombre busca ahora financiamiento para instalar una estructura metálica que permitirá estabilizar la iglesia y así poder luego acometer las obras definitivas.

Hasta hace menos de un año, entrar a la Basílica del Salvador, golpeada por los terremotos de 1985 y 2010, era llegar a un edificio en ruinas. Hoy, aunque falta mucho por avanzar, ya fueron recogidos los escombros y se está trabajando para conseguir los fondos para la construcción de la estructura que estabilizará el templo.

Ubicada en Almirante Barroso con Huérfanos, esta iglesia es una joya patrimonial de Santiago, construida entre fines del siglo XIX y principios del XX.

El retiro selectivo de escombros partió en octubre del año pasado y está prácticamente listo. “Se rescataron y catalogaron muchas partes de vitrales y elementos decorativos; también se realizó un catastro y retiro de las imágenes, que están guardadas en la iglesia de la Divina Providencia”, cuenta el arquitecto Dino Bozzi, de Tándem Limitada, una de las empresas que participan en esta primera fase de trabajos. También se han recuperado partes de columnas y pinturas en tela que fueron cuidadosamente retiradas y enrolladas para su conservación.

Además, se construyó una protección en la muralla oriente, para resguardar a los vecinos del templo.

Lo que viene: estructura de estabilización

La próxima etapa a cumplir es la ejecución del proyecto de estabilización de la basílica, encargado por el MOP. Este considera la instalación en su interior de una estructura metálica de estabilización, de 13 metros de alto por 30 metros de largo, para sostener el edificio. “Los mayores refuerzos estarán en las naves laterales, de modo de asegurar la basílica de nuevos terremotos, despejando la nave central, para poder ejecutar las futuras obras definitivas”, explica el arquitecto.

La estructura, además de estabilizar el templo, permitirá que los especialistas puedan llegar a los sectores más altos. Allí están, a 10 metros de altura, los magníficos vitrales que recrean pasajes del Evangelio y que hasta ahora no han podido ser analizados por motivos de seguridad.

Además, colocarán otros refuerzos (tensores), a través de cables de acero, en los sectores norte y sur de la iglesia.

El arquitecto advierte que, cuando concluya esa segunda fase, el templo aún no podrá recibir a los fieles. “El objetivo de la estructura es evitar daños en la iglesia, como también dar seguridad a los equipos de trabajo que puedan estar en la obra, y a los vecinos”.

Se requieren $1.500 millones

Tras el retiro de escombros ahora viene la parte más difícil: conseguir el financiamiento para la instalación de la estructura metálica.

“Hemos realizado los estudios de factibilidad de ingeniería y arquitectura que señalan que este templo, monumento nacional, es recuperable. Por eso estamos en conversaciones con instituciones públicas y privadas para contar con un financiamiento mixto”, dice Juan Infante, integrante del directorio de la Fundación Basílica del Salvador.

El valor aproximado de la obra es de $1.500 millones. Una vez que se consigan los recursos, las faenas para la instalación de la estructura tomarán unos nueve meses.

1870
fue el año en que se puso la primera piedra de la basílica. Las obras comenzaron en 1874.