Choques e imprudencia de los conductores impulsan accidentes a peak histórico en 2013

Por Manuel Valencia y Maximiliano Vega, El Mercurio.

Siniestros viales llegaron a 73.276, 18,6% más que en 2012:

Muertes por colisiones, atropellos y otros incidentes viales llegaron a 1.623, la cifra más alta desde 2008. Autoridades confían en proyecto de ley de fotorradares para reducir la estadística.

Conductores cada vez más imprudentes, que se sienten poco fiscalizados y exceden a discreción los límites de velocidad, junto con peatones que no respetan señalizaciones ni toman resguardos tan elementales como atravesar calles con luz verde en cruces señalizados, son algunos de los protagonistas de una estadística histórica y negra.

Según el último balance de siniestros viales de 2013, publicado por la Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito (Conaset), el año pasado los mal llamados “accidentes” (los expertos dicen que no son causales, porque siempre suponen alguna norma o precaución no acatada) alcanzaron los 73.276 casos, la mayor cantidad desde que se cuenta con registros oficiales.

El año pasado, las muertes también sufrieron un incremento: alcanzaron las 1.623, la cifra más alta desde 2008, cuando hubo 1.782). Los heridos también crecieron: llegaron a 59.591, 6.366 más de los 53.225 de 2012.

La mayoría de estas víctimas fueron causadas por las 38.070 colisiones (dos vehículos en movimiento que impactan), los 18.530 choques (vehículos contra un elemento fijo) o los 2.303 volcamientos generados en 2013. Cada una de estas tres categorías también llegaron a cifras históricas.

La secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito (Conaset), María Francisca Yáñez, atribuye el alza de accidentes a un aumento proporcional de los factores de riesgo. “El parque automotor creció significativamente y superó los cuatro millones de vehículos, 289 mil más que en 2012. Eso se suma a un bajo desempleo y crecimiento que aumenta el poder adquisitivo de las personas y con ello pueden hacer más viajes suntuarios, a la playa, a visitar amigos y otros, que se suman a los obligatorios. Y si hay más viajes, la probabilidad de accidentes es mayor”, explica.

La cifra también muestra que no se cumplió el objetivo de reducir en 20% las muertes hacia 2014, pleanteado por el gobierno anterior. En ese sentido, el ministro de Transportes, Andrés Gómez-Lobo, dice que se analiza aplicar urgencia al proyecto de ley para reinstalar los fotorradares. Según la experiencia internacional, esos dipositivos logran disuadir a quienes conducen a alta velocidad, y reduce en hasta 50% las muertes por siniestros viales.

El informe también muestra que las muertes por accidentes protagonizados por conductores ebrios o bajo la influencia del alcohol se mantuvo en los 148 del año pasado. “Eso es una baja de los 205 del 2011, antes que se implementara la Ley de Tolerancia Cero, y demuestra el efecto que tuvo”, afirma Yáñez.

Al respecto, el ministro Gómez-Lobo señala que la cifra de víctimas fatales puede disminuir más con la implementación de la llamada Ley Emilia, cuyo proyecto anunció la Presidenta Bachelet en el mensaje del 21 de mayo. “Es una demanda ciudadana que enfrenta la situación de aquellos que, a sabiendas de que es peligroso, conducen y matan a una persona, y causan lesiones significativas y no cumplen penas efectivas de cárcel. Esto busca eliminar esa impunidad”, dice.