La difícil convivencia entre los árboles y los cables eléctricos

Por Pamela Gutiérrez, El Mercurio. (18/05/14)

En la época de poda, los vecinos ven con espanto cómo solo quedan los troncos, tras el recorte de las copas.

Durante esta época, es común sentir el ruido de motosierras en todos los barrios de Santiago, por la época de podas. Uno de los dilemas que enfrentan los municipios y las empresas eléctricas es cómo respetar aquellos árboles que están justo bajo los cables eléctricos. El resultado, muchas veces, es desolador (como se muestra en la fotografía).

La Asociación Gremial de Empresas Eléctricas, entidad que agrupa a las compañías de luz y que son las encargadas de la poda bajo los cables, asegura que la normativa establece que “los árboles que estén en proximidad de líneas aéreas debe ser derribados o bien podados para no exponer esas líneas a peligro”.

En la Municipalidad de Ñuñoa, la encargada de arborización, Marcela Orellana, agrega que “lamentablemente, hay casos en que el árbol está debajo del cable y puede provocar cortes de luz. Estamos en una disyuntiva: nosotros quisiéramos proteger más los árboles, pero no podemos correr el riesgo de corte de energía”.

El problema es que, cuando hay viento, las ramas golpean los cables -ocurre con los plátanos orientales-, y eso genera chispas y cortes de luz. Orellana dice que ha habido manzanas completas sin electricidad, como ocurrió hace poco tiempo en Doublé Almeyda.

Una de las formas de “sobrevivencia” de los árboles han sido las llamadas podas en U, en que se cortan las ramas para dejar pasar el cableado por el centro. Eso se observa en la calle José Domingo Cañas, por ejemplo.

La Asociación de Empresas Eléctricas asegura que se coordinan con los municipios para que se reemplacen los árboles problemáticos por aquellos de lento crecimiento. En algunos casos, los árboles son cambiados de vereda.

La Municipalidad de La Reina cuenta con una ordenanza sobre daños al patrimonio arbóreo, que es el perjuicio sufrido por estas especies, cuando son cortados ilegalmente: “Esto nos ha permitido reducir la mutilación de árboles”, aseguran.

Los árboles viejos son otro problema que afecta al cableado, sobre todo cuando con las tormentas caen las ramas o todo el árbol. La Municipalidad de Santiago cuenta con un catastro con todas las especies, incluyendo los que están en mal estado. Esto se complementa con un plan de plantaciones de nuevos árboles en los barrios.