La desilusión de ser un core

Por Karen González T., La Tercera.

[contradiccion] Elegidos por primera vez por voto popular, los nuevos consejeros regionales exhiben desazón por la calidad de su cargo, su baja dieta y escasas funciones reales.

“Ley, ley, ley, ley”, gritaba una treintena de consejeros regionales, mientras el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, conversaba con la prensa sobre las indicaciones que presentará al proyecto de ley sobre el rol de los cores, impulsado por la administración anterior, y que estas autoridades esperan fortalezca sus atribuciones y no las reduzca.

La tensa escena se producía al cierre de una larga jornada de capacitación de los consejeros en la sede de la Contraloría General de la República y, de alguna manera, reflejaba la desilusión que muchas de estas autoridades sienten con el cargo.

“Estamos peleando por descentralización administrativa y también por una mejora sustancial en las condiciones del puesto”, decía el presidente de la Asociación Nacional de Consejeros Regionales (Ancore), Marcelo Carrasco (DC), core de La Araucanía.

Aunque existen desde hace 1993, el rol de los cores se hizo reconocible el año pasado, cuando por primera vez se eligieron a través de votación popular, resultando electo un grupo heterogéneo de 278 nuevas autoridades, entre ellas, caras reconocibles y con un pasado político activo, como la ex ministra Mariana Aylwin (DC) o los diputados María Antonieta Saa (PPD) o Eugenio Bauer (UDI), y también otras figuras que buscan cierto impulso en el ámbito público, como la ex figura de televisión Catherine Barriga (independiente).

Para la mayoría, eso sí, era la primera vez que se sometían a una elección popular, lo que, a juicio de varios cores, “causó mucha expectativa”. Sin embargo, al asumir, cayeron en cuenta de que no era como imaginaban.

Le sucedió a la ex diputada Saa, elegida por la Región Metropolitana. “Los consejos regionales tienen muy poco poder. La regionalización y descentralización es una deuda tremenda con el país. Faltan muchas facultades, es muy triste”, añadió.

Según la normativa, los cores tienen atribuciones para fiscalizar la labor del intendente y aprobar las inversiones para los proyectos propuestos por él, aprobar los planes reguladores metropolitanos, interregionales, comunales y seccionales, junto con coordinar las acciones directas con municipios y otras organizaciones sociales para el desarrollo de proyectos.

“Aparentemente tenemos muchas funciones, pero en la realidad es más un título. El intendente propone los proyectos y nuestro accionar está bastante limitado por la ley”, opina Ricardo Herrera (DC), core de La Araucanía.

Según explican muchas de estas autoridades, tienen la potestad de aprobar o rechazar el 8,8% del presupuesto regional para proyectos. El resto de los recursos se inserta a través de ministerios sectoriales.

Pero el malestar va más allá. “Somos autoridades regionales elegidas y ganamos menos que los concejales municipales”, lamenta Salvador Barrientos, consejero (PC) por Antofagasta.

La dieta, fijada por ley, es de 10 UTM (unos $ 418 mil), que se va descontando según inasistencias a las plenarias, “aunque estemos en alguna misión del consejo regional”, explican. Pueden sumar un bono de hasta 6 UTM al mes por asistir a comisiones sectoriales y 5 UTM al año por cumplir con el 75% de asistencia.

“Si uno no tiene una dieta apropiada, no es de extrañar que un consejo regional pueda ser vulnerado con corrupción”, dice Jaime Vásquez (UDI), core del Biobío. “No somos funcionarios públicos, pero si cometemos algún error o irregularidad, somos sancionados como tal”, añade.

Por otro lado, afirman no tener “facilidades” para fiscalizar los proyectos que aprueban, además de “utilizar recursos propios” para ejercer esa función. E incluso a varios les gustaría contar con asesorías de expertos para tomar decisiones.

Sobre el cuestionado proyecto de ley relativo a las atribuciones de los cores, el presidente de la asociación de consejeros asegura que este “vulnera los derechos de las regiones al quitarles potestad a los cores, dejándonos la decisión sólo en marcos presupuestarios por sector”. Sin embargo, el anuncio que realizó el martes el ministro Peñailillo sobre subir la dieta de los cores, debido a “la importancia y el nuevo estatus del puesto”, genera expectativas para una mejor calidad del cargo.

Por el momento, reciben capacitación en la Contraloría para “difundir buenas prácticas y prevenir malas prácticas. Enseñar a utilizar el aparato público y que conozcan las funciones de ChileCompra y el Consejo de Transparencia”, según afirmaba el contralor general de la República, Ramiro Mendoza, hace dos días.