Hacienda El Huique abre al público después de cuatro años cerrada

Por Camila Olmos Riveros, El Mercurio.

Recuperación post 27-F costó $1.800 millones:

El circuito recorre la capilla, los salones y patios de la casa patronal en Palmilla, 183 km al sur de Santiago.

Luego de cuatro años cerrada, a causa de los daños que le ocasionó el terremoto del 27 de febrero de 2010, la hacienda San José del Carmen de El Huique, construida en 1829, reabrió sus puertas a los visitantes.

La recuperación estructural de la casa patronal y de la iglesia, que se prolongó por más de un año, implicó una inversión de $1.800 millones, fondos provenientes del Programa Legado Bicentenario.

Las reparaciones, bastante avanzadas ya a principios de año, permitieron incluso que el 17 de enero se realizara una sesión del gabinete ministerial, presidido por el entonces Mandatario Sebastián Piñera.

La hacienda, ubicada en la comuna de Palmilla, 183 km al sur de Santiago, fue una herencia que la familia de Miguel de Echeñique y Lecaros conservó durante cuatro generaciones. En 1975 fue traspasada al Ejército, cuatro años después de que sus dependencias fueran declaradas Monumento Nacional. En 1996 abrió al público como museo.

“No conocía una hacienda colonial en tan buen estado. Este es un destino muy recomendable”, comenta Harim Lara (23), contador auditor de visita en el lugar.

Recorrido histórico

Tras finalizar la restauración, personal del Ejército reinstaló más de tres mil piezas que forman parte de la colección del museo y rediseñó los recorridos turísticos.

“La reapertura de El Huique generó mucha expectación. Por eso se está reinstruyendo a los guías y mejorando la calidad de los tours “, detalla el comandante Ramón Araya, administrador del museo.

Los circuitos, que duran 30 minutos, están diseñados para realizarlos en forma individual o en grupos de hasta 12 personas. Todos son encabezados por guías cuyos antepasados fueron trabajadores de la hacienda.

“Para la familia, este era un espacio de tranquilidad. Por eso estos nuevos recorridos apuntan a lo sensorial”, explica Loreto Lucar, conservadora del museo.

La visita parte en la sala de juegos, en el ala derecha de la casona, y avanza a la habitación del clérigo, donde dormía el sacerdote que visitaba a la familia para oficiar misas y confesiones.

En la habitación principal, que perteneció al Presidente Federico Errázuriz Echaurren, hay copias de El Greco, un baúl de cuero del siglo XIX, y un escritorio con libros, timbres y un tintero que le pertenecieron.

En el comedor en que sesionaba el Presidente hay loza inglesa, cristalería y candelabros. Mientras que en el salón principal se exhiben cortinajes, lámparas y un piano de 1872.

Luego de la casa el circuito conduce a la iglesia, donde destacan los retablos de madera policromada y la torre del campanario de 23 metros que domina el paisaje del lugar.

Solo durante lo que resta del año, el museo espera recibir unos ocho mil visitantes.

“Queremos que las personas se conecten con el paisaje de este lugar, con la tierra y con el esfuerzo de una familia que quiso conservar este patrimonio para las futuras generaciones”, subraya la conservadora.

Visitantes

Se espera que hasta fines de año unos 8 mil visitantes recorran la hacienda restaurada.