Santiago tiene al menos 12 puntos “ciegos” donde los teléfonos celulares pierden señal
Por Francisco J. Fuentes, El Mercurio. (04/05/14)
Cantidad óptima de antenas genera controversia entre compañías y especialistas:
El Estadio Nacional, la bajada Santa Teresita y avenida Raúl Labbé, además del túnel de Costanera Norte y el barrio Ñuble, son algunos puntos donde es frecuente perder conectividad.
El ingeniero Patricio Espinoza (42) trabaja en prospecciones mineras en Copiapó. Sagradamente, dos veces por semana se desplaza a Santiago para entregar avances a una compañía internacional.
Como el tiempo es escaso, usa cualquier momento para analizar, calcular y enviar sus informes donde se encuentre, pero sagradamente también, la conexión desde su celular falla, y siempre en el mismo punto: en el túnel de Costanera Norte.
“No hay caso, es imposible, la señal se pierde y cuesta mucho volver a enlazar el celular para enviar los datos”, relata.
Cada día se multiplican los usuarios que culpan a sus celulares cuando falla una llamada, el SMS se queda pegado en la pantalla, resulta imposible chatear y la web no abre: Patricia Parraguez, en tanto, alega que “hace un par de años es imposible conectar en el sector oriente de Santiago”.
Si bien Santiago es reconocida como una de las capitales mejor conectadas de Sudamérica, donde se estima que existe al menos una antena por cada 865 usuarios -en Buenos Aires hay una antena cada 4.092 celulares y en Londres una cada 348-, especialistas y compañías de telefonía celular identifican al menos una docena de puntos “ciegos” en que la comunicación se dificulta o retrasa (ver infografía).
El Estadio Nacional, en Ñuñoa; Raúl Labbé, en Lo Barnechea, además de las cercanías del Centro de Justicia son algunos de los sitios en que ya nadie olvida advertir que “si se corta, te vuelvo a llamar, es que estoy pasando por…”.
Los expertos aseguran que la falta de conexión inalámbrica no se debe a un solo factor, entre ellos los más comunes: falta de inversión por parte de los privados, el crecimiento o cambio brusco de demanda en algunos sectores y las complejidades propias que genera la geografía en una ciudad como Santiago.
En definitiva, son cuatro las razones técnicas que hacen perder señal: la principal es el debilitamiento de la conexión cuando el aparato cruza el límite entre dos antenas o zonas de cobertura, comúnmente llamadas celdas.
También la provoca la falta de cobertura por escasez de antenas, mezclado con el exceso de demanda por un mismo aparato y los obstáculos físicos que impiden al celular conectarse cómodamente con una antena.
Irrumpe la norma
En enero de 2012, el Congreso aprobó la denominada “Ley de Antenas”, que buscaba regular la proliferación indiscriminada de antenas por medio de la declaratoria de “zonas saturadas”. En resumen, la normativa identifica los sectores donde existen dos o más torres en un radio de 100 m.
Pero tanto el problema como la solución siguen generando controversia. Según cifras de la Subtel, en febrero pasado había 182 zonas saturadas en el país, 85 de los cuales se concentran en la Región Metropolitana, totalizando el 54% del total país.
Hoy los privados alegan que la normativa afectó a los usuarios, al impedir la instalación de más antenas, lo que a su juicio generaba el respaldo necesario que el mercado chileno merece.
De hecho, la ley les obligó a retirar casi una quinta parte de las antenas que la red requiere.
Pero los defensores de la normativa argumentan que para mantener el nivel de cobertura bastaba con reemplazar las grandes torres de antenas y la macroplanificación de celdas (sectores de cobertura) por las denominadas “microceldas”, que dividen esas áreas en espacios más pequeños, menos invasivos.
Para el ex subsecretario de Telecomunicaciones, Jorge Atton, “los problemas de cobertura no tienen otra explicación que la falta de inversión de parte de las compañías. La Ley de Antenas apuntó a incentivar el uso de microceldas, para actualizar el estándar”.
A su juicio, “la normativa puso al país entre los cinco más exigentes, dado que la nueva tendencia apunta a disminuir en densidad pero aumentar en cobertura”, por medio de un sistema menos cargado electromagnéticamente, pero más poblado desde la perspectiva física, “y que, al mismo tiempo, cautela la salud de las personas. Por lo tanto, empuja al privado a aprovechar la infraestructura para dar este servicio”, explica Atton.
Según Claudio López, gerente de gestión de redes y servicios de Movistar, “el plano de red pensado originalmente para satisfacer de la manera más óptima posible las necesidades de los clientes se vio modificado por la ley. Esto significa que, desde las denominadas ‘zonas sensibles’, fue necesario remover algunas estructuras, junto con modificar la altura de otras”.
Añadió que esto generó una variación en las zonas de cobertura, que obligó a replantear de manera importante el diseño de la red, y que en su proceso de readecuación puede generar, en algunos casos puntuales, intermitencias en la cobertura.
Antenas de Arquitectura
Camuflaje Según cálculos de la industria, el 70% de las antenas que no fueron cambiadas, ya cuenta con algún tipo de diseño.
Proyecto A la espera de promulgarse, está un decreto que establece estándares en que las antenas no pueden perder la señal en más del 3% de las conexiones vía celular.