Extienden viajes turísticos en el “último ramal de Chile”

Por Róbinson Retamal, El Mercurio.

Tramo en un buscarril entre Talca y Constitución operaba solo en verano:

El objetivo es promover el turismo en el Maule con viajes de temporada baja, entre Talca y la estación González Bastías.

Según la historia popular, cuando el “poeta de las tierras pobres”, Jorge González Bastías, no tenía ideas para sus versos, se ponía a caminar durante horas sobre las líneas del ferrocarril.

Los bellos paisajes entorno al río Maule eran la inspiración para el nacido en Nirivilo.

Por ese mismo tramo, entre Talca y Constitución, 90 mil personas al año trasladan alimentos, mercadería o simplemente llegan a sus trabajos, a bordo del “último ramal de Chile”, llamado así por ser el único no electrificado que avanza en trochas de un metro de ancho.

Pero desde hace dos años el buscarril ofrece la opción de hacer un recorrido turístico por el lugar. Cada sábado de enero y febrero, justo al mediodía, sale desde Talca el tren que permite sumergirse en las tradiciones maulinas y apreciar las viñas y parcelas a lo largo del recorrido.

Son 43 kilómetros de distancia, que se recorren en poco más de seis horas, pues se avanza a un máximo de 30 km/h.

La iniciativa ha tenido gran demanda, por lo que se realizó una inédita salida el pasado sábado. Ahora, se quiere hacer permanente.

“Nuestra idea siempre ha sido mantener este recorrido durante todo el año. Queremos realizar los viajes durante el 2014 los fines de semana largos y aprovechar la cercanía con Santiago para que la gente viaje y conozca los encantos que ofrece la zona”, dice Cristóbal Benítez, encargado de Marketing y Desarrollo de Sernatur Maule.

La próxima salida turística será para el Día del Patrimonio, el último fin de semana de mayo.

El recorrido

La primera parada es la estación de Corinto, donde un grupo de 15 vecinos ofrece sus productos tradicionales: navegado, sopaipillas, tortillas de rescoldo y empanadas.

“Nos organizamos un día antes de que pase el tren turístico y vemos qué productos va a preparar cada uno. Lo importante es resaltar nuestras raíces”, cuenta Rosa Verdugo.

Veinte minutos dura esa parada, la que se repite en Curtiduría, donde también preparan sus productos típicos. Ahí se degusta vino, licor de almendras y enguindado, además hay ropa tejida a mano y artesanías.

“Puede encontrar productos de nuestras propias casas, como la uva, que la sacamos de nuestra pequeña viña”, cuenta Teresa Soto, quien hace clases a 13 niños en la escuela del pueblo.

La última parada es en la localidad de González Bastías, la tierra del “poeta”. Ahí se permanece por tres horas, para almorzar e incluso dormir una siesta.

Cruzar en bote el río Maule para llegar a la viña que lleva el mismo nombre del lugar es la opción más solicitada.

“La mayoría prefiere cruzar el río y disfrutar de los asados y el vino de la zona que se ofrecen. Usted paga $15 mil y puede disfrutar libremente de la oferta hasta que quede satisfecho”, explica Felipe García, maquinista del buscarril, quien también hace de guía turístico.

“La casa del poeta” y el restaurante “El Ramal” son otras opciones para los viajeros y disfrutar de los sabores del lugar.

TRABAJO

El viaje que se realizó el sábado lo organizó el Sernatur del Maule, Trenes Metropolitanos y la Universidad Central. El próximo se repetirá el último fin de semana de mayo.