Los otros damnificados del incendio

Por J. Galarce, La Tercera. (27/04/14)

Tres familias porteñas que viven en el barrio consolidado del cerro La Cruz cuentan cómo enfrentan la destrucción de sus grandes casas a causa de la tragedia en Valparaíso.

Lejos de la situación que develó el trágico incendio en Valparaíso -con cientos de familias vulnerables damnificadas- se esconde el relato de aquellos que viven en los barrios consolidados. La mayoría son pobladores que con esfuerzo utilizaron espacios que comenzaron a urbanizarse poco a poco en los cerros La Cruz, Merced, Mariposas y Las Cañas, conformando así la gama arquitectónica de la ciudad.

Uno de estos pobladores es Ana Gutiérrez Carreño, cuya vida cambió estrepitosamente la noche del sábado 12 de abril. Vivió más de 10 años en el 627 de calle Ruiz Tagle, del cerro La Cruz, y el día del incendió dice que “por poco pierde el alma”, al percatarse de que sus dos perros se escaparon. Al recorrer su vivienda en ruinas indica que la construyó junto a su esposo, Miguel Saavedra, con un subsidio de $ 20 millones. La casa de Ana es una excepción al común de las viviendas del sector, puesto que es una de las pocas que tiene terraza con vista privilegiada a la bahía; un amplio living-comedor; más de tres piezas y estacionamiento. Agregó que “no sabemos si nos van a dar un subsidio para la reconstrucción de la vivienda y si nos van a exigir nuevas normas de edificación”, alega. Ahora, entre los restos de la edificación, Ana puso tres carpas, donde vive con sus sobrinos y su esposo.

Otro caso es el de Luis Alvarez Aránguiz. Su inmueble de tres pisos, ubicada en el paradero 7, constaba de una gran torre color caoba que a momentos se asemeja a un gran templo católico. “Mi casa tenía 220 m2, un gran espacio para biblioteca y más de dos dormitorios (…). Todo mirando a la bahía”, manifiesta.

El geógrafo y magíster en Urbanismo de la U. de Chile, que se cambió a un loft junto a su mujer, planea promover un concurso de ideas para que estudiantes universitarios recuperen el espacio siniestrado, “como un aporte a la memoria”. Cuenta que su casa “la fui construyendo en base a ideas de proyectos de estudiantes de Arquitectura de la UV, Católica y Santa María. De ahí tomé la idea y la fui construyendo el año 93”.

“Jacobo Pérez Rivera es mi nombre, y tengo 71 años, con misericordia del Señor”, relata el poblador del cerro La Cruz. Es de mediana estatura, usa un gorro de lana blanca con ojotas y guantes de construcción. Hace más de una semana que se encuentra, junto a 10 hombres, remozando su vivienda sobre las carbonizadas murallas de hormigón y ladrillo, gracias a la ayuda de una empresa de Santiago que, como él dice, “se apiado de nosotros”. Cuenta que llegó hace más de 47 años al barrio, cuando “no había agua ni pasaba la micro”, pero que con esfuerzo y sacrificio logró levantar su casa propia, que antes del siniestro contaba con cuatro dormitorios, living-comedor y estacionamiento.

Respecto de la reconstrucción de viviendas en barrios consolidados, Osvaldo Bizama, arquitecto y urbanista de la Universidad de Valparaíso, señala que “uno de los mayores desafíos que tendrá el gobierno es dotar de infraestructura de accesibilidad a estos asentamientos formales, que estaban muy mal conectados con el resto de la ciudad”.