Coquimbo transformará grúas en miradores para generar nuevos íconos en la ciudad

Por Matías Rovano Bustos, El Mercurio. (29/12/13)

Instaladas en el puerto en la década de 1950:

Proyecto contempla trasladarlas, pintarlas e iluminarlas para que se puedan ver todo el día.

En septiembre de 1955, y tras nueve meses de trabajo para instalarlas, comenzaron a operar en Coquimbo seis grúas alemanas de marca Ardelt. El presidente Gabriel González Videla las compró en un proyecto que dotó de equipamiento similar a Valparaíso y San Antonio. Eran un suceso: con sus 23 metros de alto podían elevar 5 toneladas y acelerar la estiba.

Sin embargo, en 2011 el terminal fue licitado por US$ 80 millones para su ampliación. Dentro del proyecto de mejoramiento -que incluye construir un tercer sitio de atraque e implementar maquinaria de punta- las grúas no tenían uso alguno y se avizoraba su desmantelamiento y venta por kilo.

En el intertanto, el municipio inició gestiones para rescatar dos de las grúas que aún se mantienen dentro del terminal. Las tratativas terminaron con éxito, pues la Empresa Portuaria Puerto de Coquimbo (EPCO) las traspasó en forma gratuita.

Un equipo de restauradores realiza un análisis detallado del estado de las máquinas. Con ese informe se definirá la primera etapa del plan de recuperación: trasladarlas a su nueva ubicación, junto al mar, entre el terminal y la caleta.

“En general, las grúas están en buenas condiciones de conservación. Por lo tanto, en principio la técnica que se utilizaría para el traslado sería fundamentalmente, como tienen ruedas ancladas a unos rieles, extender estos hasta el punto que los queremos llevar y generar un desplazamiento”, explica Luis Henríquez, jefe de planificación porteño.

Una vez instaladas, se pintarán y repararán las piezas dañadas. Al mismo tiempo, habrá mejoras urbanísticas y un sistema de luces, pues el objetivo es que las grúas se vean las 24 horas y se transformen en un nuevo ícono para la ciudad.

“Las grúas forman parte de la historia de Coquimbo, el corazón de la ciudad es el puerto y esto simboliza lo que es la actividad marítima, por lo tanto, creemos que es una responsabilidad muy importante rescatarlas y restaurarlas como signo de la historia. Sin mayores pretensiones de que se conviertan en un ícono como la cruz o la mezquita, pero sí son importantes, porque forman parte del estilo e historia del puerto”, asegura el alcalde Cristián Galleguillos.

Si bien el estudio de los expertos definirá los costos, ya hay tratativas avanzadas para que sea financiado a través de privados. De lo contrario, el edil es tajante en señalar que se financiará con dineros municipales. De aquí a fin del verano debieran estar listas para su exhibición, con una plaza que además permitirá apreciar la bahía.

Aunque inicialmente solo se podrán contemplar desde el suelo, Henríquez adelanta que “queremos que la gente pueda acceder a las grúas arriba, como un mirador para tomar fotos y sentir incluso la sensación de estar cerca del mar operando la grúa”.