PNDU y la nueva cara política de la ciudad

El miércoles recién pasado se firmó el Decreto Supremo que implementa la nueva Política Nacional de Desarrollo Urbano, documento que busca orientar el desarrollo de las ciudades chilenas durante los próximos 50 años, determinando los principales ejes sobre los cuales deben basarse las decisiones de autoridades y gobiernos de turno en pro de una mejor calidad de vida de los ciudadanos, a través de la construcción de ciudades más sustentables y humanas.

Las necesidades y carencias de las ciudades no son cosa fácil de diagnosticar, ya que existe una gran cantidad de actores e instituciones que ponen énfasis en distintos aspectos que atañen el crecimiento y desarrollo de éstas. Es por esto que tiene gran mérito en el desarrollo de la política, el haber conformado una mesa técnica de expertos urbanistas, académicos y representantes de distintas posiciones y roles, que finalmente generaron consenso respecto a temas como la inclusión social, desarrollo económico, equilibrio ambiental, patrimonio, institucionalidad y gobernanza, entre otros1 .

¿Por qué para los ciudadanos es importante contar con este documento? Si bien no se trata de una ley que cambiará la estructura de lo existente, dará pauta para la creación de nuevos programas de desarrollo urbano, lo que significará a su vez cambios en los entornos físicos de amplios sectores residenciales y centros de trabajo. Se espera generar cambios también en los ambientes y espacios públicos, que puedan favorecer una vida más asociada a los espacios comunitarios, al aprovechamiento de los lugares de esparcimiento, recreación y ocio.

Es importante para los ciudadanos, ya que esta herramienta propone nueva oferta de conectividad a través de la incorporación de nuevos estándares en la construcción de las infraestructuras y modos de transporte, promoviendo fuertemente medios de movilidad no explorados y otros muy sutilmente desarrollados. También la política pretende incorporar nuevos conceptos de accesibilidad universal, de manera que todos los ciudadanos puedan acceder de manera expedita e integrada a todos los rincones de la ciudad.

Se propone también en favor de los ciudadanos, una mejora en la calidad de los entornos urbanos de los centros de servicios, lo que puede traducirse en una sinergia entre el capital humano y económico de estos sectores de la ciudad. Por otro lado, potencia la generación de nuevas ciudades que atiendan a los nuevos desafíos económicos y de integración, considerando conceptos de innovación y emprendimiento, mediante la atracción de nuevas inversiones y capitales.

Otros temas que tienen directa relación con la calidad de vida, son la planificación de  los usos de suelo al interior de la ciudad, que permitan una diversificación de las actividades en contextos en los que la monofuncionalidad ha impactado negativamente en procesos de inversión y aprovechamiento de los recursos. También se ha considerado la posibilidad de reformular instituciones e instrumentos de planificación territorial que permitan seguir avanzando en temas de infraestructura, cobertura de servicios, calidad de la vivienda y reducción de los índices de segregación.

Por otro lado, el énfasis de la política está puesto en la creación de ciudades más sustentables, lo que se relaciona directamente con el estímulo de construir ciudades con mejor calidad de vida, evidenciando una conciencia respecto a la nueva realidad de las ciudades chilenas2.

Algunos de los temas donde todavía se puede seguir avanzando con más precisión, son la incorporación de elementos que permitan integrar y apoyar de mejor manera a la toma de decisiones en regiones, respecto a sus procesos de crecimiento particulares. Por otro lado, es importante seguir trabajando en modelos de gestión que permitan reducir y lidiar con la externalización de impactos negativos producidos por proyectos nocivos para los entornos urbanos de comunidades y ciudades.

Es importante también poner hincapié en la manera en que esta política, elaborada bajo el alero del MINVU, es capaz de trascender los márgenes de este Ministerio y se conjuga con planes ya elaborados por el Ministerio de Obras Públicas o el Ministerio de Transporte que hace ya algún tiempo también lanzó públicamente su política de desarrollo del transporte. Estas iniciativas de ciudad podrán ser traducidas a la práctica sólo en la medida que exista una coordinación que permita aunar criterios y planificar acciones en el mediano y largo plazo de la mano de estos tres organismos.

Finalmente es necesario comenzar a pensar y sentar las bases de los nuevos instrumentos y cambios legales que permitan la incorporación de todas las buenas intenciones de la política en los procesos de construcción de la ciudad, tanto a nivel regional como ministerial, abarcando ámbitos institucionales, políticos y técnicos.

Actualmente tenemos una valiosa herramienta sobre la cual queda mucho trabajo que hacer, por lo que se hará enormemente necesaria su incorporación en los futuros lineamientos de los abanderados presidenciales, sea cual sea el resultado del futuro gobierno de turno.

  1. Para más detalles acerca de las temáticas y ámbitos de trabajo, ver: http://www.plataformaurbana.cl/archive/2013/05/15/la-propuesta-para-una-politica-nacional-de-desarrollo-urbano-chilena/ []
  2. Hoy el 88% de la población chilena vive en ciudades, cifra que puede compararse con la realidad mundial que hace sólo un par de años alcanzó un 50% de urbanización a nivel global. []