La compleja reconstrucción a un año de Sandy

Su paso por Nueva York y Nueva Jersey fue devastador en octubre de 2012. Hay barrios que han decidido desaparecer.

Por Alejandro Tapia, La Tercera

EL 29 de octubre de 2012, hace exactamente un año, el huracán Sandy alcanzó la costa de Nueva York y Nueva Jersey. Para evitar un escenario similar al generado por Katrina en Nueva Orleans en 2005, el alcalde neoyorquino, Michael Bloomberg, ordenó la evacuación de 375 mil personas. Pero muchos ignoraron el llamado del edil. El año anterior, se había realizado una petición similar ante el paso de Irene, que terminó sin consecuencias. Por ello, muchos pecaron de exceso de confianza y aquello les costó muy caro. Sandy fue devastador: 117 muertos, dos millones de personas sin electricidad, 700 mil toneladas de escombros y US$ 65 mil millones en pérdidas, en el segundo huracán más destructor en la historia de EE.UU. después de Katrina.

Pese al desarrollo de Nueva York, una de las ciudades más vibrantes del mundo, los vientos huracanados y la marea inundaron el extremo sur de Manhattan, mientras que 364 mil casas quedaron destruidas en Nueva Jersey. La postal era como una escena del filme El día después de mañana. De hecho, el agua subió 4,25 metros en la zona del Battery Park, donde parten los transbordadores a la Estatua de la Libertad.

Aunque esa zona está recuperada, muchas otras aún esperan ser reconstruidas. Ha habido avances: el gobierno ofreció US$ 50 mil millones en ayuda para los damnificados, Manhattan recuperó su normalidad, ayer reabría la isla de Ellis -donde se conservan los documentos históricos de los inmigrantes-, y se reabrió un paseo marítimo en Long Island. Pero aún falta muchísimo.

El túnel de la línea R, que une a Manhattan con Brooklyn, reabrirá recién a fines de 2014, mientras quienes carecían de seguro han tenido que arreglárselas por sus propios medios, hipotecando sus ahorros y herencias. Según France Presse, el barrio de Oakwood Beach, en Staten Island, ha comenzado a ser demolido. Sus habitantes optaron por vender (el Estado las compra un 10% más sobre el valor antes de Sandy) para que las tierras “vuelvan a la madre naturaleza”. Aunque no todos quisieron. Muchos otros, en barrios como Queens, aún no se recuperan del impacto del huracán.