Santiago de Chile, capital del fin del mundo

Por Miguel Laborde, El Mercurio. (03/08/13)

Hacia un Santiago de calidad mundial el observador urbano

Hay una película en que el protagonista, interpretado por Gerard Depardieu, es un marido violento, insoportable. La mujer decide dejarlo y se lo confidencia a su mejor amiga. Ésta, se aterra; él es “un animal”, no sabe perder, la perseguirá “hasta el fin del mundo”. Pero la esposa ya pensó en todo: se había comprado un pasaje para Santiago de Chile…

Es un referente sobre la imagen de Santiago de Chile en el cine mundial, tema que abordó el dúo Ascanio Cavallo y Antonio Martínez en “Chile en el cine”.

El tema está de actualidad porque está en proceso un concurso oficial para elaborar una campaña corporativa para la capital, una “marca ciudad”, cuyo resultado se hará público en octubre.

Efectivamente, las ciudades producen estrategias hace siglos, mientras Santiago carece de una línea de trabajo coherente. La segunda revista más importante del turismo en Brasil, Viage mais, le dedicó portada y 31 páginas en marzo, mientras el año pasado CNN Internacional nos calificó como “la tercera urbe más cautivante del planeta”, con Tokio y Shanghai en los primeros lugares, sin que en Santiago de Chile contemos aún con una respuesta adecuada a ese interés.

La noticia es Santiago: cada vez los turistas pasan más días aquí, antes de ir a la Patagonia, la nieve o el desierto de Atacama. Tiene un valor propio.

La iniciativa Marca Ciudad partió de la Municipalidad de Santiago y Sernatur, a los que se agregaron otros municipios y varios entes privados. Se anuncia como “la primera” en este sentido, aunque en la época del intendente Marcelo Trivelli se creó una imagen corporativa con ese mismo propósito, cuyo logo vemos en los letreros corporativos.

La culpa no es del municipio sino del orden administrativo; a falta de alcalde mayor, el Gobierno Regional Metropolitano tiene, entre sus misiones, la del “fomento al turismo”. Como en su accionar el tema le resulta ajeno, la municipalidad santiaguina decidió asumirlo; ya que era absurdo intentar una estrategia centrada en una sola comuna, se integró a otras, seleccionadas de manera curiosa (Recoleta, Isla de Maipo, La Florida, Lo Barnechea y Providencia).

En todo caso, es mejor hacerlo de la manera en que se pueda: la capital chilena necesita una imagen. El libro de Cavallo y Martínez, con hallazgos pintorescos, da pistas de cómo se ve Santiago en otros países, un “lugar atractivamente remoto y aburridoramente lejano”.

Está claro en el cine, alguien tiene que tener una razón muy poderosa para viajar tanto; ser, por ejemplo, un delincuente que robó un banco, un nazi perseguido, una persona golpeada por la vida. Somos un lugar para esconderse, recuperarse o resucitar, según este estudio. O atractivo para alguien que parezca tener un gran espíritu de aventura y ser capaz de asomarse a lo desconocido.

El tema distancia es recurrente. En una de las novelas de Agatha Christie llevadas al cine, alguien debiera venir, pero se resiste porque “Santiago está al otro lado del mundo. No puedo soportarlo”.

En otra de las películas citadas, “Loco por Mary” -muy exitosa, de 1998-, todo es un enredo de mentiras. Al final se aclaran las cosas y un personaje increpa a otro, por haberse dejado engañar: “¿Quién ha ido a Santiago de Chile dos veces en un año?… No se puede pedir tanto”.

La primera imagen, desde esa perspectiva, al oír el nombre de nuestra capital, es un avión. Tal vez está claro el punto de partida para idear la “Marca Ciudad”. Hasta los habitantes del país aparecen como gente interesante; los que decidieron inmigrar aquí, tan lejos, ¿por qué se vinieron?, ¿qué buscaban?, ¿de qué huían? ¿qué misterio esconden?

A su vez, “La guerra de los mundos” filmada en 1953, comienza, por supuesto, en Santiago de Chile. Ello reafirma nuestra vocación, ser la capital que está justo donde se acaba (o empieza) el mundo.

Para desarrollar una Marca ciudad: www.slideshare.net/analitikasv/marca-ciudad

La marca Santiago

La capital chilena necesita una imagen. El libro “Chile en el cine”, de Ascanio Cavallo y Antonio Martínez, da pistas de cómo se ve Santiago en otros países: un “lugar atractivamente remoto y aburridoramente lejano”.