Tras acuerdo con Providencia, en agosto se lanza la licitación para el nuevo Salvador-Geriátrico

El recinto es uno de los más antiguos del país. El sector norte es el más deteriorado, y allí se levantará el proyecto que mantendrá la mayor parte de las áreas verdes.

René Olivares y Nadia Cabello

Silvia Allen cuenta en el libro “Recopilación sobre historia de algunos hospitales de Chile” que, en 1871, el Presidente Federico Errázuriz Zañartu contaba con 40 mil pesos oro de una donación para el incipiente proyecto del Hospital del Salvador. A todas luces, eran insuficientes para concretar la idea de un recinto asistencial que pudiese lidiar con el índice de 62% de mortalidad infantil de la época, que alarmaba al entonces ministro de Salud, Abdón Cifuentes.

Se convocó entonces a un consejo de gabinete para invitar a los vecinos ricos de Santiago a sumarse a la idea.

Así, la suma de la voluntad pública, unida al aporte de los privados, dio origen al que con el tiempo se transformaría en un reconocido bastión de la salud pública a nivel nacional.

142 años después, es la misma asociación público-privada que permitirá que en las próximas semanas se lance la licitación para construir el nuevo Hospital Salvador-Geriátrico.

“De acuerdo a nuestra programación, a mediados de agosto se levantará la licitación”, afirma la directora del Servicio de Salud Metropolitano Oriente, entidad a cargo del proyecto del Gobierno. Los privados aportarán US$ 400 millones para la construcción del complejo hospitalario, a cambio de poder explotar comercialmente -por un período determinado de años- los servicios que no están relacionados directamente con los pacientes, como estacionamientos, alimentación y seguridad, entre otros.

El nuevo recinto será la concesión hospitalaria más grande en cuanto a recursos involucrados, y alojará en la zona norte del paño de terreno, que da hacia la calle Hernán Alessandri.

Sin embargo, la doctora Silva se apura en aclarar que esta inversión no solo beneficiará a las personas que viven en las comunas del sector oriente de Santiago (504.817 adultos), sino que su utilización trascenderá a la población de todo el país, ya que se trata de un hospital de referencia nacional en trauma ocular y trasplantes de córnea, hígado y médula.

Por eso, se encendieron las alarmas cuando la Municipalidad de Providencia planteó la necesidad de hacer cambios al proyecto hecho por Salud antes de aprobarlo; en particular, para preservar las áreas verdes al interior del recinto. Sin embargo, la situación se subsanó rápidamente, el proyecto conservará las áreas verdes (ver nota relacionada) y el cronograma original, de acuerdo a las autoridades, continúa en pie.

Luego de la licitación, que debería definirse en octubre, vendrá el proceso de toma de razón ante la Contraloría para su adjudicación, lo que debiese ocurrir a inicios del próximo año. Según informó el Ministerio de Salud, luego de esto “se iniciaría la construcción de los dos nuevos hospitales, en el primer trimestre del 2015”. Y “según ese cronograma, los establecimientos podrían estar listos a fines del 2018”.

Casi duplica capacidad

Actualmente, el Hospital del Salvador realiza 200 mil consultas, 18.500 hospitalizaciones y 15 mil cirugías mayores al año.

Los cálculos del servicio de salud proyectan que en el nuevo establecimiento se realizarán 372.185 consultas, 31.341 hospitalizaciones, 19.374 cirugías mayores y alrededor de cinco mil cirugías menores, con lo que prácticamente se duplicará la capacidad actual del Hospital del Salvador. Respecto del Instituto de Geriatría -que será parte del nuevo complejo hospitalario-, la autoridad afirma que no es comparable, ya que después del terremoto disminuyó mucho su capacidad (de 120 a menos de 60 camas). Eso sí, en el nuevo recinto se ampliará la cartera de servicios, para hacer frente al progresivo envejecimiento de la población.

Así, el centro de salud que en sus orígenes fue pensado para enfrentar la mortalidad infantil, casi un siglo y medio después tendrá su primera renovación profunda para poder hacer frente a un escenario completamente opuesto. La tasa de fallecimiento de menores se redujo a apenas 7,8 por cada mil, pero el hecho de que los chilenos cada vez vivan más conlleva que las atenciones de salud sean más complejas, y, así, el complejo asistencial se prepara para su próximo siglo al servicio de la salud pública.

La historia del hospital que transformó su entorno en el barrio sanitario más grande de Chile

En el hall central todavía se conserva la primera piedra del Hospital del Salvador. La roca, colocada en el lugar en enero de 1872, estuvo perdida por más de un siglo y solo se le halló a raíz de los trabajos que se hicieron en el recinto tras el terremoto de 1985, que dañó gravemente gran parte de la estructura.

Lo primero que se levantó en los terrenos, que pertenecieron a los padres mercedarios, fueron cinco grandes barracas que eran “tan desabrigadas y malas que, en realidad, eran una simple antesala del cementerio”, según la recopilación hecha por Silvia Allen para el Ministerio de Salud. Cada barraca tenía cien camas de fierro y una estuvo destinada a recibir exclusivamente a lactantes y sus madres. Pero la construcción era débil y en varias oportunidades el viento dejó a los enfermos sin techo.

Los problemas económicos marcaron los inicios del hospital y las obras, por varios años, fueron solo esas barracas. En 1888 se consiguieron nuevos fondos y así se construyeron las primeras cinco salas definitivas entre 1889 y 1890. Las cinco siguientes, que corresponden al sector oriente del actual recinto, se edificaron a contar de 1891. Así se siguieron levantando la maternidad, las salas de operaciones quirúrgicas y la administración.

El hospital estuvo concluido en 1905, aunque antes de eso debió atender, durante la guerra civil de 1891, a los heridos de las batallas de Concón y Placilla.

Ya en el siglo XX, el hospital se convirtió en un referente para la salud pública nacional, y distintas ampliaciones fueron copando las cincuenta hectáreas de terreno del recinto y haciendo del sector el barrio sanitario más grande de Santiago. Junto al Salvador se encuentran los institutos de Geriatría (que en el nuevo proyecto está adosado), Neurocirugía, del Tórax y la Fundación Arturo López Pérez.

En el terreno médico, uno de los hitos más importantes del centro asistencial ocurrió en 1968, cuando se hace el primer trasplante renal, convirtiéndolo en el primero recinto público en practicarlos. Según el propio hospital, “este titánico trabajo comenzó gracias al empuje de un pequeño grupo de médicos, apoyados en forma voluntaria por técnicos, auxiliares y servicios de apoyo durante dos décadas”.

Durante los últimos veinte años, el Salvador ha impulsado también el desarrollo en áreas como la oftalmología y es pionero en el sector público en trasplantes de médula e hígado.

Mantendrán parte del parque y habrá techos verdes

Una de las inquietudes que tenía la Municipalidad de Providencia respecto al proyecto era qué ocurriría con las áreas verdes. En el sector norte del recinto hay un parque con araucarias y palmas chilenas centenarias y, entre ellas, hay una imagen de la Virgen María a la cual los devotos le han pedido por sus enfermos durante años.

Para mantener ese parque, el municipio proponía hacer un plan seccional para el sector que permitiera elevar las alturas permitidas para construir. De esa forma, los servicios estarían más cerca, en la construcción en altura, y no se tendría que intervenir el área verde. Eso sí, hacerlo demoraría un semestre más el avance del proyecto.

Pero según la directora del servicio de salud Metropolitano Oriente, María Angélica Silva, el proyecto que se licitará durante el próximo mes mantendrá la mayor parte de las áreas verdes del recinto, incluyendo el parque central y los pequeños parques interiores, algunos a los cuales pueden acceder los pacientes y sus familiares, otros solo habilitados para funcionarios.

Además, se pretende que el nuevo recinto tenga techos verdes en la mayor parte de la construcción, es decir, nuevos parques en altura que serían de acceso público.