Intervención urbana: “La cabeza en las nubes”, Nueva York
Nueva York es la ciudad de los rascacielos, estos enormes edificios de concreto, sólidos y pesados. Sin embargo, esta vez no fue la magia de los edificios, sino que la de una nube que bajó del cielo para divertir, imaginar y entregar un importante mensaje: la nube está hecha de 53.780 botellas de plástico recicladas, el mismo número de botellas que se desechan en Nueva York en tan sólo una hora. Según sus creadores, Jason Klimoski y Lesley Chang de StudioKCA, eso es el proyecto llamado “La cabeza en las nubes”: un sistema mecánico con un sentido poético.
Esta idea fue la ganadora del concurso de diseño “La ciudad de los sueños”, el que se llevó a cabo este año y que permitió la construcción e instalación de esta estructura durante junio, en Governors Island, Nueva York.
No se puede dejar de notar la ironía en “La cabeza en las nubes”: estas bolas de agua gasificada que son parte de uno de los ciclos naturales más importantes para la existencia del planeta, está hecha con uno de los elementos artificiales más contaminantes del último tiempo: el plástico. Este material hecho en base al petróleo tarda hasta mil años para degradarse e integrarse a la naturaleza. Mientras tanto, se va haciendo pedazos más y más pequeñas pero igualmente dañinos. Incluso el plástico quemado puede mantenerse en en el aire en forma de partículas tóxicas. Ambos elementos, agua y plástico conviven en el día a día de millones de personas, las que muchas veces no se detienen a pensar en las consecuencias para el medioambiente que tiene desechar una botella.
Las botellas blancas se utilizaron para crear la capa exterior de la nube, mientras que las botellas transparentes, llenas de agua y colorantes en tonos azules, formaron el interior. Los visitantes pudieron caminar dentro de la nube y contemplar la luz cambiante que traspasaba las capas de botellas.
Jason y Lesley son arquitectos de la universidad de Harvard. Simpre se han sentido atraídos por la luz, natural o artificial, y su potencial para crear y definir el espacio y los objetos. De este interés compartido y las experimentaciones nace en 2009 Studio Klimoski Chang Architects (StudioKCA). Este se autodefine como un estudio interdisciplinario que aborda cada proyecto de manera integral, trabajando para crear ambientes que sean percibidos por el público como simples, conectados y completos.
Aunque “La cabeza en las nubes” da la impresión de ser tan liviana y algodonada como una de éstas, su construcción estuvo lejos de la simpleza. Sólo la maqueta tomó cuatro horas en construirse con cuatro personas y durante días los voluntarios estuvieron recolectando las botellas que se utilizan a diario en las empresas de los alrededores de Nueva York.
Además, en la instalación en el parque participaron 300 voluntarios del Emerging NY Architects Committee, la Structural Engineers Association of NY, y la organización FIGMENT arts.
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