La última traba de la autopista Costanera Sur

Un tramo de la obra, de no más de 150 metros y ubicado en Quinta Normal, es la piedra de toque para terminar esa parte de la vía. Ahí hay 20 árboles frutales cuyos supuestos propietarios defienden su expropiación.

Por Valentina Pozo, La Tercera

Un letrero verde, dos palabras en relucientes letras blancas y una entrada abierta desde Av. Walker Martínez hacia el Oriente, en la comuna de Quinta Normal, dan paso a una carretera de 33 metros de ancho que corresponde al tramo poniente de la Costanera Sur. Sin embargo, esa vía, que incluye dos calzadas, cuatro pistas, un bandejón central adornado con un cuidado jardín y algunos paraderos del Transantiago, simplemente no transitan automóviles, ni menos el transporte público.

¿La razón? Dos galpones y 20 árboles frutales -algunos de los cuales ahora están dando frutos- impiden la expropiación de un tramo, en el sector poniente de la autopista, que retrasa el término de la obra, pese a que gran parte del trazado ya está construido. Esta situación tiene a los supuestos dueños de los terrenos -donde no hay viviendas- enfrentados con el Serviu en Tribunales y no hay claridad de cuando se solucionará el problema.

“Por unos limoneros y dos galpones está parada hoy la Costanera Sur. El resto de la carretera está hecha, pero por un par de árboles está detenido un megaproyecto que une la ciudad y disminuye la segregación social”, explica el subsecretario del Ministerio de Vivienda y Urbanismo Francisco Irarrázaval.

En el terreno, de no más de 150 metros de longitud y 50 metros de ancho, ubicado entre las calles Carlos Sage y Nueva Andrés Bello (ver infografía), hay exactamente ocho parras, dos naranjos, dos limoneros, cinco nísperos, un peral y dos cerezos. De hecho, si bien el enfrentamiento partió como un conflicto de títulos de propiedad, validez legal de la expropiación y definición del deslinde del río, hoy además contempla un recurso sobre el derecho de cosechar los frutos . Este recurso legal, utilizado por los abogados de los demandantes, está en el artículo 21 de la Ley de Expropiaciones, en la que se establece que no se expropiará un terreno en el que haya árboles sin cosechar, salvo que se llegue a un acuerdo monetario entre ambas partes. Hace tres meses un perito está tasando su valor.

Si bien Irarrázaval habla de este último recurso como la piedra de toque de las obras, el Serviu agrega que no se ha podido gestionar la toma de los terrenos, porque el expediente no ha estado disponible para entregárselo a los tribunales. Esto porque tanto la Corte de Apelaciones de Santiago como el Tribunal Constitucional lo han solicitando para resolver los recursos ya presentados.

Para los abogados demandantes, Juan Pablo Salinas y Jorge Alvear, es fundamental que se defina “bien” el límite del deslinde del río, antes de hablar de compensaciones. Recalcan, además, que se debe verificar la legalidad de las expropiaciones.

Respecto al deslinde, Irarrázaval explica que “si bien gran parte de ese terreno era río, efectivamente había en el sector títulos de propiedad que contemplaba 40 metros desde el deslinde. Pero están confundiendo esa situación, ya que están contando 200 metros que son sólo relleno. Ahí están los limones”, afirma.

Salinas, por su parte, asegura que “jurídicamente la expropiación está mal hecha. En Chile la tierra nunca es de nadie, así que si no es de nosotros, es del Fisco y eso sería de uso público y no podrían expropiarlo. Por eso, vamos a seguir presentando recursos hasta que esto se aclare”.

El Serviu argumenta que la expropiación está bien decretada, que al ser los terrenos del Fisco, ellos pueden expropiarlos por tratarse de entidades diferentes. Además, agregan que es contradictorio que los demandantes reclamen propiedad sobre los terrenos y al mismo tiempo digan que son fiscales.

En la disputa, no hay acuerdo. Mientras Alvear estima que el conflicto se podría extenter 10 años, el Serviu cree que será este mes. En tanto, los limones siguen dando frutos y la Costanera Sur, inconclusa.