Guía Urbana de Chile: Centro Histórico y Morro de Arica

Viniendo desde la cordillera de la Costa, cuando llega a más de 130 metros de altura el Morro de Arica interrumpe su camino y cae como si su gran muralla rocosa tropezara de improviso con el mar. Desde cualquier punto de la ciudad, este gran espectáculo natural capta miradas y flashes, pero también atrae por los importantes hechos que ahí ocurrieron. En la cima del Morro, un museo cuenta la historia de cómo Arica pasó a ser chilena en 1880, y a sus pies, un cementerio con 87 momias chinchorro –las más antiguas del mundo- se exhiben en el museo de sitio “Colón 10”.

Además de esto, en la Ciudad de la Eterna Primavera hay mucho más por ver. En el casco antiguo, el ferrocarril Arica-La Paz supera los 4 mil msnm, siendo uno de los más altos del mundo. Un mercado de frutas y verduras esconde túneles secretos y un cementerio construido en 1714. La Catedral, la Casa de la Gobernación y la Ex Aduana fueron diseñadas en los talleres del famoso arquitecto Gustave Eiffel. Y en medio de todo esto, la cercanía de Arica con Perú y Bolivia hacen que esta ciudad tenga una rica mezcla etno-cultural que se hace notoria en el recorrido por sus calles y en las conversaciones con su gente.

El Morro

Sólo 55 minutos bastaron para que el Regimiento 4to de Línea derrotara el Fuerte del Este del Morro, el más importante protegido por tropas peruanas. Este hecho fue parte crucial de la Guerra del Pacífico que Chile había comenzado contra Perú y Bolivia en 1879. Tras la toma del Morro, en 1884 se firmó el Tratado de Ancón que dio plena soberanía a Chile sobre la provincia de Tarapacá. Hasta hoy, la hazaña del 7 de junio de 1880 es recordada como el Día de las Glorias de la Infantería y, de hecho, fue el primer feriado regional del país.

Trinchera utilizada en la Toma y Asalto del Morro de Arica, 1880.

Para llegar al Morro desde el Centro Histórico se puede subir en auto por calle Sotomayor, pero a pie el camino se transforma en toda una experiencia, sobre todo al llegar al Mirador de la Virgen del Carmen, instalado allí desde 1910. Además de la celebración que cada 16 de julio se hace frente a la imagen de la patrona de Chile, en sus pies yacen las cenizas de los soldados que participaron en la Guerra del Pacífico (1879).

Mirador de la Virgen.

Ya en la cima, un mirador sorprende con una vista completa de la ciudad, de la ex Isla el Alacrán y del puerto. En una caminata de pocos minutos se pueden ver el lugar exacto donde se izó por primera vez la bandera chilena, una trinchera, el Cristo por la Paz, un monumento al Coronel Pedro Lagos y otro que honra a un soldado desconocido.

Monumento a un soldado anónimo.

El Museo Histórico del Morro de Arica, inaugurado en 1974, conserva una colección con los trajes originales usados por los soldados chilenos y peruanos, estuches de binoculares, rifles, vainillas, cañones y un cáliz con las cenizas de quienes participaron en la toma del Morro, entre otras cosas. Además, se recuerda al Coronel Pedro Lagos que planificó la Toma, y al Comandante del 4to de Línea, Juan José San Martín, quien murió durante la batalla.

Museo Histórico y de Armas de Arica.

Museo de Sitio “Colón 10”

Bajando del Morro por el camino peatonal, está uno de los lugares más asombrosos de Arica: el museo “Colón 10”, que debe su nombre a su dirección, donde se realizó uno de los mayores descubrimientos de la ciudad.

Cuando en 2004 se estaban haciendo las excavaciones para la construcción de un nuevo hotel, inesperadamente fueron apareciendo 87 cuerpos pertenecientes a la Cultura Chinchorro, la misma que hace unos nueve mil años vivió en esta zona del país, y que legó al mundo las momias artificiales más antiguas de las que se tenga registro. Los chinchorro fueron hábiles pescadores de las costas de Atacama y uno de los primeros pueblos del planeta que se organizó en aldeas y que realizó rituales fúnebres a todos sus miembros.

Momia Chinchorro en Museo Colón 10.

Al descubrir que los esqueletos se desintegraban si se movían de ahí, se puso fin a las obras de construcción y en 2010 se inauguró el actual Museo de Sitio Colón 10. Sobre los cuerpos, que no se movieron del lugar, se puso un vidrio donde hoy los visitantes pueden posarse y caminar sobre ellos. Así se pueden ver, más cerca que en ningún otro lugar, las 35 momias exhibidas.

Museo Colón 10 y el vidrio que cubre a las momias.

Centro Histórico

Ariaka, Ariqui o Ariacca quieren decir “punta cortante”, “peñón dormidero de aves” y “lugar junto al cerro”, respectivamente. Así habrían llamado los de la cultura Tiwanaku a la región donde se encuentra esta ciudad, cuando dominaron el norte de Chile entre los siglos IV y IX a.C. El nombre trascendió a la invasión de los incas y luego a la de los españoles, hasta que el 25 de abril de 1541 el arequipeño Lucas Martínez Vegaso fundó la Villa San Marcos de Arica.

De ahí en adelante, éste sería uno de los núcleos más importantes para la historia de Perú, sobre todo cuando a mediados del siglo XVI Arica fue el principal puerto de salida de plata. La importancia de esto fue tal, que en 1570 la Corona Española le dio el nuevo título de “La Muy Ilustre y Real Ciudad de San Marcos de Arica”.

Mujer en Paseo 21 de mayo, Centro Histórico.

Las plazas Colón y Vicuña Mackenna

Un buen punto de partida para el recorrido por las calles del casco antiguo de Arica, son las plazas Colón y Vicuña Mackenna. Están ubicadas una junto a la otra en el corazón del Centro Histórico de Arica, junto al Morro y el Puerto.

Plaza Colón.

Aunque está a sólo una cuadra del Paseo 21 de Mayo, donde se pueden encontrar varias galerías de ropa, juguetes, bancos, farmacias, pubs y restaurantes; la Plaza Colón goza de un ambiente más bien tranquilo. En la siguiente cuadra hacia el mar, la Plaza Vicuña Mackenna es el lugar de encuentro de los ariqueños durante los eventos locales importantes, donde una gran pileta y las palmeras adornan la vista a los pies del Morro.

Plaza Vicuña Mackenna.

Ambas son un excelente lugar para apreciar la belleza de algunos de los pocos edificios construidos antes de la Guerra del Pacífico que aún se conservan, así como también los tres edificios que Gustave Eiffel legó a la ciudad: la Catedral San Marcos, la Casa de la Gobernación y la Ex–Aduana.

Catedral San Marcos

La Catedral San Marcos es una, sino la más bella de las construcciones de Arica. La historia de su llegada a la ciudad comienza tras el terremoto de 1868, cuando los ariqueños pidieron al presidente peruano, José Balta, que la iglesia que iba a ser emplazada originalmente a Ancón, al norte de Lima, fuera destinada a la Plaza Colón, en Arica.

Catedral San Marcos.

Así, la Catedral -asimétrica y sencilla- fue elevada sobre los escombros de la antigua iglesia, apoyándose en la base de sus pilares. Su estructura neo-gótica está hecha completamente de láminas de metal, a excepción de las puertas de madera de la fachada. En su interior destaca un antiguo Cristo del siglo XII y el campanario original.

Interior de la Catedral San Marcos .

Casa de la Gobernación

Al lado norte de la Plaza Colón, la Casa de la Gobernación también es Monumento Histórico y tiene sus orígenes en los talleres de Eiffel, precisamente en el año 1907 cuando se construyó a base de ladrillo y piedra. Su primer piso tiene forma de “u”, el techo es de tejas y aún es utilizada con fines administrativos.

Casa de la Gobernación.

La Ex–Aduana

Cuando en 1874 la Av. Máximo Lira aún era una calle de tierra y sólo una baranda la separaba del mar, un gran edificio prefabricado en los talleres de Eiffel y Cía. fue inaugurado para funcionar como la Aduana de la ciudad. Ladrillos traídos desde Francia, gruesos pilares de piedra y un techo de metal -material de moda en la época-, son hasta hoy los elementos más llamativos de este Monumento Histórico de estilo neo-colonial.

Actualmente la Ex-Aduana funciona como la Casa de la Cultura Alfredo Raiteri Cortés (en memoria de un historiador y profesor), donde tanto en su interior como en el pequeño anfiteatro que hay frente a ella, se realizan actos y exposiciones artísticas.

Ex-Aduana.

Estación del Ferrocarril Arica-La Paz

En la llamada Plaza del Tren, a una cuadra de la Plaza Vicuña Mackenna, se puede ver un verdadero testimonio de los años gloriosos de Arica: la Estación del Ferrocarril Arica-La Paz.

Apenas llegó el primer ferrocarril Arica-Tacna en 1856, éste se convirtió en el tercer tren de pasajeros más antiguo de Latinoamérica, y uno de los más antiguos del hemisferio que aún sigue en operaciones. Años más tarde, después de que la región pasara a ser chilena, en 1913 se inauguró el ferrocarril Arica-La Paz, el que alcanza más de 4 mil msnm y que convirtió a Arica en la única ciudad del país con dos trenes internacionales.

Ferrocarril Arica-La Paz.

La antigua estación está ubicada en la costanera junto a la Ex-Aduana y frente a ella se luce uno de los tesoros más preciados de Empresa de Ferrocarriles del Estado: la locomotora a vapor N°607, fabricada en 1913 y el Coche Presidencial de 1923, donde viajaron personalidades como los presidentes Carlos Ibáñez del Campo y Jorge Alessandri, además de Charles de Gaulle y Gabriela Mistral.

Locomotora Arica-La Paz.

Una vez que se han conocido los principales hitos de la ciudad, es un buen momento para perderse entre las calles del centro de Arica y ver algunos de los lugares que han marcado la historia de la ciudad: la Casa Bolognesi, la Casa Yanulaque y el Mercado Central.

Casa Bolognesi

Cuenta la historia que cuando las tropas chilenas le pidieron la rendición al Comandante peruano Francisco Bolognesi, éste, desde una casa en el centro de la ciudad, respondió que cumpliría sus deberes sagrados hasta quemar el último cartucho. Más tarde, Bolognesi moriría en la cima del Morro. Hoy es recordado como un héroe al que se homenajeó con el nombre de una calle y con la llamada Casa Bolognesi o Casa de la Respuesta, como se le conoce en Perú. Actualmente es parte del Estado peruano y su arquitectura con delicados detalles en sus terrazas resalta a los pies del Morro, en calle Yungay esquina Colón.

Casa Bolognesi.

Casa Yanulaque

A pocas cuadras de allí, en la esquina de las calles 18 de septiembre y General Lagos, la Casa Yanulaque, construida hace más de un siglo, por muchos años fue el hogar de una familia que promovió el plebiscito a favor de Perú en 1925. Más tarde, funcionó como cine, consulado y residencia de la colonia peruana en Arica. Hoy es propiedad del Estado peruano y desde el terremoto de 1987 que no está en funcionamiento.

Casa Yanulaque.

Mercado Central

Dos cuadras en dirección al Morro, en el Mercado Central se pueden encontrar 14 locales de verduras, frutas, flores y ricas cazuelas y sandwiches; lo mismo que en los años ’40 y ’50 lo convirtió en el punto de encuentro más importante de la ciudad. Pero tras su normalidad aparente, este lugar se jacta de tener una de las historias más curiosas de la ciudad.

Mercado Central.

Dos décadas atrás fueron encontradas en su subsuelo las ruinas de un cementerio colonial construido en 1714. En esos tiempos existía allí el Convento de la Seráfica Orden de San Francisco de Asís que se derrumbó en el terremoto de 1868, y que ha alimentado la leyenda sobre cuatro túneles subterráneos que estarían conectados desde allí con la antigua iglesia de San Marcos, el edificio de los Hermanos Hospitalarios San Juan de Dios, la Tesorería de la Guarnición y el Convento de la Real Orden de la Merced. Todos estos edificios resultaron destruidos en el terremoto, llevándose con ellos el pasado religioso de los ariqueños.

Interior Mercado Central.

Hay que ver: El interior de la Catedral San Marcos es tan lindo como su fachada. No se pueden dejar de ver un Cristo del siglo XII, los vitrales y la Campana de Arica, Monumento Histórico.

Ubicaciones:

– Museo de Sitio Colón 10: Calle Colón 10, esquina Sotomayor.

– Casa Bolognesi: Calle Yungai esquina Colón.

– Mercado Central: Calle San Marcos 341, esquina Sotomayor.

Horarios:

– Museo de Sitio Colón 10: De martes a domingo, entre 10:00 y 18:00 hrs.

Entradas:

– Museo de Sitio Colón 10: $2.000 adultos y $1.000 para niños hasta 12 años.