Informe arroja que se concretó 50% de obras patrimoniales en Valparaíso

Evaluación del Programa de Recuperación y Desarrollo Urbano de la ciudad mostró que quedaron terminados 47 de 94 proyectos.

Por Natalia Ramos, La Tercera (30/06/13)

Esta semana se cumplen 10 años desde que la Unesco declarara a Valparaíso como Patrimonio de la Humanidad. A casi una década de este hito, un informe encargado por la subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere), elaborado por la consultora MG y al que tuvo acceso La Tercera, concluyó que, si bien el Programa de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso (PRDUV) -iniciado en 2006- fue una “iniciativa pionera” en conservación patrimonial que mejoró la “trama urbana” y posicionó a la ciudad como oferta turística, su “implementación fue asimétrica” entre los entornos patrimoniales integrados.

El documento fue elaborado con el propósito de evaluar el término del programa, ocurrido a fines de 2012, tras seis años de gestión. En su conclusiones arrojó que, de las 94 obras contempladas en el PRDUV, finalizaron 47, lo que representa un 50% del total proyectado.

Las 47 iniciativas restantes fueron despriorizadas. De éstas, 30 alcanzaron diferentes niveles de gestión técnica y presupuestaria (con etapas, diseños y prefactibilidad terminados) y 17 no tuvieron ningún tipo de desarrollo, dice el texto.

“En términos absolutos, por iniciativas y su estado, se puede determinar una brecha de un 50%. Sin embargo, desde la perspectiva de ejecución presupuestaria, el resultado global se acerca a los MMUS$ 63 (millones de dólares), equivalentes a un 87% de lo planificado”, dice el informe. En éste se destacan proyectos como el Canil Eco Refugio y la recuperación del edificio de la Unión Obrera. A la vez, se hacen reparos a iniciativas como el ascensor El Peral y se cuestiona que la reconstrucción del Mercado Puerto no se haya realizado (ver secundarias). A la fecha, según datos de la Subdere, la inversión en el PRDUV alcanza los US$ 70 millones.

Respecto de los avances que tuvieron las iniciativas, en el punto 10 de las conclusiones se menciona que “los indicadores de desempeño evidenciaron un comienzo lento, afectado por la inexistencia de marcos reguladores ad hoc para ciudades patrimoniales y la gestión de inversiones, el centralismo implícito en la génesis del programa, como asimismo, la naturaleza de los proyectos involucrados, con alta necesidad de estudios y coordinaciones previas”.

Se añade que, sin embargo, “se puede afirmar que PRDUV respondió con cada vez mayores niveles de eficiencia y eficacia en el gasto. Hacia el período medio y final del programa logró materializar obras simbólicas y de mayor visibilidad en lo referente a recuperación y desarrollo del Sitio Patrimonial”.

Programa

El Programa de Recuperación y Desarrollo Urbano comenzó en 2006, con el objetivo de revitalizar Valparaíso, tras su declaración de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, el 3 de julio de 2003.

El programa contó con un presupuesto de US$ 73 millones, de los cuales US$ 25 millones fueron otorgados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y US$48 millones por el Estado chileno. Se definieron cinco espacios patrimoniales integrados (cerros Alegre, Concepción, Toro, Santo Domingo y Cordillera) para ejecutar 94 iniciativas, en un plazo de seis años.

Según se detalla en la web de la Subdere, de manera estructural, se definió que el ejecutor del programa sería esta subsecretaría, encargada de la gestión y control de los recursos financieros, además de mantener el nexo con el BID. También se estableció que existiría un directorio que cumpliría un rol asesor y que estaría compuesto por el subsecretario de la Subdere, el jefe de la Dirección de Presupuesto (Dipres) y el alcalde de Valparaíso.

Los proyectos se organizaron en los ámbitos de Administración y Supervisión, Recuperación Urbana, Desarrollo Económico y Socio-cultural, Desarrollo Institucional de la Municipalidad de Valparaíso y Comunicación y Participación.

El documento destaca que es “conveniente” considerar que, al momento de la nominación de Valparaíso como Patrimonio de la Humanidad, la ciudad contaba “con casi un 80% de empleo informal, líneas de pobreza superior al promedio regional y nacional y alto déficit presupuestario comunal”.

Para el director del PRDUV, Roberto Barría, esta declaración reveló que “la ciudad, en su estado inicial, no tenía los mecanismos y los medios para abordar una gestión que fuera capaz de aprovechar la oportunidad que se le estaba regalando”. Por esto, dice, nació este programa, el cual califica como “una iniciativa sin precedentes”, porque “era de un gobierno central para una localidad de manera directa. No pasaba por el sistema regional”.

Respecto del porcentaje de proyectos realizados, Barría pone énfasis en la complejidad de éstos, señalando que “la caracterización de iniciativas no logra dar cuenta de la tarea, porque los proyectos están descompuestos en muchas actividades y las actividades en muchas adquisiciones”.

Subsecretaría

Por su parte, el subsecretario de Desarrollo Regional, Miguel Flores, indica que “en el gobierno estamos muy satisfechos con el resultado del programa” y resalta que lo más destacable del PRDUV “es su trascendencia”, gracias a que “logró instalar el concepto de patrimonio en la gestión pública del presupuesto nacional”. Esto, porque en 2013 se abrió la glosa presupuestaria para Patrimonio, con US$ 5 millones, según resalta Barría.

Flores valora la “ejecución de más de un 95% del presupuesto asignado (US$ 70 millones) en un plazo coincidente con el estimado de manera original”. Sobre las iniciativas despriorizadas afirma que “nadie dijo que se iba a invertir en las 94”, ya que “lo que se hace es levantar una cartera teórica de posibles inversiones y luego se prioriza con los recursos disponibles”.

Paulina Kaplan, directora de gestión patrimonial del municipio de Valparaíso, también pone énfasis en la despriorización: “Muchas veces se priorizaban iniciativas porque ya estaban listas y aprobadas, y había que gastar los dineros; no, a lo mejor, porque eran unas más prioritarias que otras”.

Agrega que “el tiempo que demoraron los proyectos influyó para que no se pudieran gastar los recursos en todas las iniciativas, pero sí creo, en el último período se lograron terminar aquellos proyectos que se habían demorado mucho”.

Las tres autoridades coinciden en que, mientras la población esperaba obtener resultados en plazos breves, la aprobación de cada proyecto requería de tiempo, debido al modelo de gestión del programa. “La tramitación de la administración pública tiene muchos pasos, por lo tanto son procesos con cierta burocracia y tramitación larga, que es una de las cosas que deberían haberse tenido en cuenta para equilibrar la comunicación a la comunidad”, recalca Barría.