La historia que guarda el cuartel central de la PDI

Por Valentina Pozo, La Tercera. (16/06/13)

El 19 de junio la Policía de Investigaciones cumple 80 años. Además de renovar su edificio central de General Mackenna, estudia abrir algunos espacios de éste al público.

Caminar por la “calle de los suspiros” e ingresar a los calabozos donde los delincuentes más peligrosos esperaban su traslado a la ex cárcel pública, a través de un túnel subterráneo, es parte de los lugares que la Policía de Investigaciones (PDI) ofrecerá conocer en un formato de tours guiados en la fecha en que cumplen 80 años de existencia.

Aunque no tiene el día exacto de apertura a estos espacios, el jefe del centro de prensa, Francisco Cessenque, cuenta que ya comenzaron a remodelar parte de la infraesctructura de este edificio, construido para que albergase al Registro Civil y a la PDI. Ambos eran conocidos como la Dirección de Investigaciones, Identificación, Pasaporte y la Prefectura de Santiago. Tres años funcionaron así, hasta que en 1936, sólo quedó la PDI en el lugar.

A principios de este año, comenzó la recuperación de los calabozos, ubicados en el subterráneo del inmueble. También la de las enormes puertas de 2.40 metros hechas de raulí y que están en lo que era el acceso en a la “calle de los suspiros”, pasadizo al que llegaban los criminales antes de ingresar al edifcio.

El inmueble -una réplica del cuartel general de la policía francesa, proyectado por Alfredo Benavides con un estilo Art Decó- ocupa la mitad de la manzana entre General Mackenna, San Pablo, Teatinos y Amunátegui, y hasta 1990 recibió a quienes cometían delitos.

Desde las escalinatas del 1314 de General Mackenna -donde el 16 de junio de 1971 un miembro de la Vanguardia Organizada del Pueblo (VOP), con tarros de café rellenos con dinamita adosados a su cintura, falleció junto a dos detectives y un subinspector-, hasta el interior del recinto, tienen una historia.

En ese entonces, e igual que sucede ahora, la guardia estaba en la entrada, “así que al ingresar se encontró con un detective que le disparó detonando la dinamita. De los tres policías muertos uno fue impactado por la última bala que percuto el miembro del VOP antes de morir”, cuenta Cessenque.

Para él la idea es que este lugar sea “como Alcatraz, ya que, en menor escala, aquí también estuvieron los delincuentes más importantes del país”, afirma.

Entre ellos estuvieron el narcotraficante Mario Silva Leiva, conocido como el “Cabro Carrera”; Miguel Estay Reyno, apodado como “El Fanta” y condenado a cadena perpetua por el Caso Degollados; además de Osvaldo Romo, el “Guatón Romo”, quién falleció en 2007 con 90 causas por secuestros y torturas hechas mientras fue parte de la DINA; y Francisco Varela Pérez, condenado en 1954 por el asesinato y violación de un menor en el centro, dando origen al “Viejo del saco” por su aspecto desaseado.

Por ahí también pasó el ex Presidente Ricardo Lagos, quien estuvo detenido tres días en la celda 19 tras el atentado a Pinochet, en 1986.

Antes de ingresar a los calabozos, que datan del 1700 y son conocidos coloquialmente como “La Patilla” -por el fuerte olor a humedad y excremento que emanaba, dada la cantidad de presos y la pecariedad de los baños-, había que pasar por la “Calle de los Suspiros”, que hoy funciona como estacionamiento, pero que antes fue el pasillo de traslado de los detenidos y el lugar donde se despedían de su familia.

Otro de los espacios que esperan habilitar, para que no se pierda como sucedió con el “Teatro de Exhibición de Delincuentes” -lugar reservado para rondas de reconocimiento y retratos hablados-, ubicado en el segundo piso y donde hoy funciona la Brigada de Lavado de Activos, es el túnel subterráneo que unía el cuartel con la ex cárcel pública ubicada en la otra vereda.

Ese espacio, clausurado en los 70, y los calabozos en desuso desde el 90, serían parte del recorrido que, según adelanta Cessenque, podría incluir una cafetería y tragaluces que lo hagan más amable para la comunidad.

El jefe nacional de asuntos públicos, Christian Lucero, agregó que “estamos conscientes del valor que tienen el Cuartel General. Por eso, este año se han hecho renovaciones que mantienen tanto lo antiguo como lo moderno”, afirma.