Guía Urbana de Chile: Calama
“Sol y cobre”. Ese es el lema de Calama, la segunda ciudad más importante de la región de Antofagasta y, claramente, esa es la imagen que más se ha transmitido hacia el resto del país. Sin embargo, este oasis cruzado por el río Loa tiene muchas más facetas. Una de ellas ocurrió hace millones de años cuando el actual desierto era nada menos que el fondo del océano Pacífico. ¿Alguna duda? Ya se han encontrado huesos de dinosaurios marinos. Pero, además, esta zona fue testigo del desarrollo de la cultura atacameña, lo que hasta hoy explica que gran parte de su población pertenezca a distintas etnias.
Tal como fue para los atacameños, Calama sigue siendo importante por unir, de cordillera a mar, el territorio más ancho de Chile. En un principio, su ubicación estratégica entre Antofagasta y los pueblos andinos potenciaron a este oasis como un lugar de intercambio comercial y cultural. Hoy en día, Calama cuenta con un parque junto al río Loa, un centro activo, además de un Museo y un Laboratorio Patrimonial que invitan a quienes los visitan a un viaje a la vida de nuestros antepasados. Por esto y más, Calama esconde una riqueza y potencial arqueológico tan sorprendente como relevante para la historia e identidad de nuestro país.
Historia
Cuando Diego de Almagro llegó a Calama en el siglo XVI, éste era un tambo para los incas, es decir, una ciudad de paso con pocos habitantes. Con el paso de los años, los límites entre los países de la región -Chile, Perú y Bolivia- se fueron demarcando, por lo que todo el territorio que iba desde el norte de Tocopilla hasta el sur de Antofagasta -incluyendo Calama-, era boliviano. Cuando en 1840 el prefecto boliviano se trasladó a Calama, ésta pasó a ser definitivamente uno de los centros administrativos más importante de la zona, hasta hoy.
Así sucedió todo hasta que el 23 de marzo de 1879 estalló en la ciudad la primera batalla armada de la Guerra del Pacífico; la batalla de Calama o de Topater, donde triunfaron las tropas chilenas. Este día se conmemora hasta hoy como “el día de Calama”. Al final del conflicto entre Bolivia y Chile, toda la zona pasó a soberanía chilena.
Luego del periodo de tensión, poco a poco se fue restableciendo la calma en la ciudad, hasta que en 1888 fue creada la Municipalidad de Calama, bajo el gobierno de José Manuel Balmaceda. Ya en el siglo XX, Calama fue creciendo en población y transformándose paulatinamente en un centro de importancia financiera y administrativa para el país, gracias a la construcción de minas como la de Chuquicamata. Este impulso urbano de Calama se intensificó mucho más cuando en 2003 el campamento minero fue trasladado a Calama.
Parque El Loa
En el lugar más árido del planeta, tamarugos, algarrobos y chañares parecen ser los grandes sobrevivientes. Con su sombra se convierten en una verdadera invitación al descanso a lo largo de las cuatro hectáreas del parque El Loa. Una vez escondidos del sol, familias y amigos pueden disfrutar de juegos infantiles, zonas de picnic, un puente colgante sobre el río y la pajarera. Además, en su explanada se realizan actividades la Feria de la Provincia El Loa (Feploa), el Festival de Jazz en El Loa, el Festival de Aniversario de Calama y las celebraciones del 18 de septiembre.
Hacia el extremo sur del parque destaca el Torreón Mirador hecho de piedra de cantera roja e inspirado en los pucarás de la zona. Aunque su altura es solo de 10 metros, la vista alcanza para contrastar las calles y casas con el más puro desierto. En el parque también se encuentran el único museo de la ciudad y un Laboratorio Patrimonial.
Otro de los parques destacados es el Parque de la Cultura José Saavedra, lo que en la ciudad todos conocen como “el parque de los lolos”, pues allí van muchos jóvenes después de clases a participar en actividades culturales, deportivas y el skatepark.
Museo de Historia Natural y Cultural del Desierto
Insectos de distintos lugares del mundo, minerales de la zona, fósiles de pisadas de dinosaurios terrestres, huesos de animales marinos, utensilios indígenas, vestigios de soldados de la Guerra del Pacífico, radios antiguas, revistas y periódicos, biografías de personajes locales se pueden encontrar en el único museo de Calama fundado hace trece años. Sus seis salas: Mineralogía, Paleontología, Ecología, Arqueología, Historia Local e Historia Minera, dan una completa y variada revisión del pasado de la ciudad y la región.
Laboratorio y Depósito Arqueológico
Dentro de este Laboratorio está -quizás- el lugar más impresionante en Calama: alrededor de cien cuerpos de indígenas se mantienen conservados en una especie de morgue. Gracias a las características atmosféricas de la zona, estos restos arqueológicos se han conservado perfectamente, sin haber sido momificados. Resulta impresionante ver desde bebés no-nacidos hasta hombres y mujeres que alcanzaron la mayoría de edad en su tiempo; todos envueltos en mantas de cuero animal y aún con sus joyas puestas. Este es uno de los increíbles tesoros que guarda el Laboratorio y Depósito Arqueológico de la Corporación Cultural y Turística de Calama, y es una experiencia que tiene que vivirse en el mismo lugar, ya que por respeto a los pueblos indígenas que aún existen, los cuerpos no pueden ser fotografiados.
Además, en el laboratorio se restaura y conserva una colección de más de seis mil piezas rescatadas de unos 20 sitios cercanos a Calama, que fueron -incluso- influenciados por la cultura amazónica. Palas, proyectiles, vestimenta, cestería de fibra vegetal e instrumentos musicales conforman la colección más importante del laboratorio; la de los vestigios de la cultura Topater que existió hasta 500 años d.C.
Plaza de Armas y paseo peatonal Ramírez
Un colorido mural que rescata la historia colonial e indígena de la ciudad, la fuente de agua donde destaca la escultura de unas llamas, la Iglesia San Juan Bautista, y sombra, mucha sombra, es lo que hace a la Plaza un lugar casi único en Calama. Hombres, niños y mujeres copan las bancas para descansar luego de hacer sus trámites, un hecho que es una especie de fenómeno en esta ciudad: el centro se llena de gente durante toda la mañana, pero desde las tres de la tarde en adelante es un lugar mucho más tranquilo, con pocas personas caminando por sus calles.
Del centro, el Paseo Peatonal Ramírez es uno de los lugares más concurridos. Las tiendas y el comercio ambulante son los protagonistas en la ciudad minera y precisamente en este paseo se encuentra la escultura de cobre Monumento al Minero.
Feria Modelo
Un lugar diverso, y medio kitsch si se quiere resulta la Feria Modelo y su Ampliación, donde venden frutas y verduras traídas de los pueblos de Alto El Loa; además de ropa, zapatillas y productos varios desde Antofagasta. Es decir, lo típico de cualquier vega y mercado, pero donde cada ciertos puestos aparecen productos de la zona, como quinoa y aceitunas, trajes de fiesta traídos desde Bolivia, bufandas, pompones y máscaras de Diablada. Los trajes más caros pueden llegar a costar alrededor de 200 mil pesos.
Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia
Ubicada en avenida Balmaceda está la estación de ferrocarriles que, con una vía de 900 km., transporta diversos productos de importación, exportación y minerales entre los puertos de Antofagasta y Mejillones, hasta Bolivia y Argentina.
El FCAB, como es llamado, fue inaugurado en 1873 gracias a la necesidad de las mineras que se iban formando en la región y trece años más tarde llegó a Calama. Cuando ya la población de las ciudades fue creciendo, el ferrocarril transportó pasajeros más allá de la Cordillera de Los Andes, incluso el Papa Juan Pablo II viajó en él durante su visita a Chile. Pero por asuntos de rentabilidad, el año 2007 el servicio fue destinado exclusivamente para el uso de las mineras.
Hay que ver: Sin duda, los fósiles de dinosaurios del Museo de Historia Natural y Cultural del Desierto y los cuerpos indígenas del Laboratorio y Depósito Arqueológico son tesoros capaces de asombrar a cualquiera.
Horarios: Museo de Historia Natural y Cultural del Desierto: De Martes a Domingo de 10:00 a 12:00 hrs. y de 14:30 a 19:00 hrs., Adultos $400, Escolares $200. / Laboratorio y Depósito Arqueológico, abierto el último viernes de cada mes.
Ubicación: Museo de Historia Natural y Cultural del Desierto, Av. Bernardo O’higgins s/n Interior del Parque El Loa. Calama. / Laboratorio y Depósito Arqueológico, Avenida O’Higgins (S/N), Parque El Loa. Teléfono: (55) 711150 Fax: (55)711151. E-mail: corporacion@calamacultural.cl.