Guía Urbana de Santiago: Casona Santa Rosa de Apoquindo
Con una historia profundamente ligada al Santiago colonial y de gran valor arquitectónico y patrimonial, la Casona Santa Rosa de Apoquindo, en Las Condes, hace sólo cuatro años que está abierta al público. Este privilegio permite conocer de cerca el lugar ocupado por importantes personajes de la aristocracia chilena, entre ellos, don Manuel Blanco Encalada, el primer presidente de Chile, quien vivió allí por treinta años y murió entre sus muros.
Hoy se pueden visitar de manera gratuita la casa que cuenta con una rica colección privada de pinturas, el edificio de la Llavería y Cocheras donde se instala el Museo de la Chilenidad y un gran parque que prolonga el refinamiento de esta estancia en la naturaleza.
Historia
Cuando Pedro de Valdivia llegó al valle que bautizó como Santiago en 1541, convocó a los caciques Huelén-Lara, Vitacura, Tobalaba y Apoquindo para decirles que venía en nombre del rey de España y que a cambio de obediencia, les entregaría protección. Apoquindo, respetado y dócil, fue encomendado a doña Inés de Suárez, y con él, las tierras donde hoy está emplazada la Casona Santa Rosa de Apoquindo.
En 1621, el primer español en ocuparlas fue don Juan Bautista de Ureta y Ayala. Treinta años después, el alcalde y regidor de Santiago, Juan Rudolfo Lisperguer (primo de “La Quintrala”) compró los terrenos y pasó a ser su primer propietario. Más tarde, durante gran parte del siglo XVIII, el paño de más de 450 hectáreas pasó a manos de la familia Pimienta y Grez, hasta que fue vendida en 1795 a Manuel Coo y Ureta. Recién en esta época fue construida la casa que entonces se conocía como “Lo Coo”.
La Casa Museo
Luego de medio siglo, en 1859 comienza una nueva historia para la casa, pues el primer Presidente de la República y representante de Chile en la corte de Napoleón III, don Manuel Blanco Encalada, la adquirió como residencia de verano. Rebautizada como “Lo Encalada”, aquí vivió durante 30 años e incluso murió entre sus muros. Durante ese periodo, se encargó de refaccionar la casa con frisos y columnas (más propios del estilo portugués que español), la decoró con elegantes muebles, obras de arte, alfombras y tapicerías. Además, diseñó un hermoso parque con diversas especies de árboles y que hoy está dividido en dos: un sector para la conservación y otra para el paseo y los juegos infantiles. Es por todos estos sucesos que en 1981 la casa pasó a ser Monumento Nacional.
Tras la muerte de Blanco Encalada, en 1898 la compra don Eugenio Guzmán Irarrázaval, quien la transforma en una hacienda productiva con lechería y viña. También cambia su nombre a “Santa Rosa de Apoquindo”, en honor a su esposa, doña Rosa Montt, hija del presidente Manuel Montt.
Dos décadas más tarde, Roberto Guzmán Montt heredó la propiedad. Él fue el primer alcalde de la comuna de Las Condes, que había sido creada en 1901 y bisabuelo de las últimas dueñas, las hermanas Gandarillas, quienes en 2004 donaron la propiedad a la Municipalidad.
Colección de Pintura
Al interior de la casa sólo se conservan una lámpara de lágrimas y el piso de parqué. Luego de que pasara cuatro años en exhaustiva restauración, la casa abrió al público, pero tras el terremoto de 2010 tuvo que ser cerrada nuevamente. Cuando re-abrió sus puertas en 2010, contó con la donación de uno de los coleccionistas más destacados del país, Ricardo MacKellar. La muestra de pintura permanente cuenta con cerca de 120 obras en torno al tema “Retrato y paisaje”, incluye a destacados artistas como Pedro Lira, Alfredo Valenzuela Puelma, Juan Francisco González, Pedro Luna, Arturo Gordon, Camilo Mori y Enriqueta Petit, entre otros.
Museo de la chilenidad
Ubicado en el edificio de Llaverías y Caballerizas de la antigua casona, el Museo de la Chilenidad nació por iniciativa de la Federación de Criadores de Caballos de Chile y de la Municipalidad de Las Condes, con el objetivo de preservar y difundir a la comunidad el patrimonio y piezas históricas que retratan parte de la historia del campo chileno en los siglos pasados.
Un par de estribos de bronce originales traídos por los españoles en el periodo de conquista, los primeros estribos chilenos tallados en madera, unos estribos de hierro del Ejército chileno utilizados en la Batalla de Maipú (1818), espuelas hechas en Chile en el siglo XVIII con diseños hechos a mano en plata y hierro, además de chamantos y monturas usadas entre los siglos XVI y principios del XX, son algunos de los tesoros que se pueden conocer de manera gratuita de lunes a domingo.
Dentro de las 100 piezas patrimoniales del museo, otros objetos que destaca es el escritorio desde donde el historiador Federico Encina escribió el famoso libro “Historia de Chile” y la cabeza embalsamada de Quebrado, un potro reproductor que para los huasos y criadores es como el Adán de los caballos de raza chilena.
Parque
Como los europeos, las familias acaudaladas de Chile del siglo XIX también empezaron a preocuparse por mantener hermosos parques en sus casas, ya que la naturaleza era vista como una de las más importantes fuentes de inspiración del romanticismo. De esta manera, el parque de la Casona Santa Rosa de Apoquindo mandado a hacer por el propio Manuel Blanco Encalada, es también parte del patrimonio de este lugar que además cuenta con una vista privilegiada de la cordillera de Los Andes.
Hoy, el parque tiene 70 mil m2, destinados a un lugar de juegos y paseos y otro igualmente accesible, pero donde se mantiene con mayor cuidado la flora (cedros del Líbano, Palmas chilenas, Araucarias brasileras, palmeras cocus plumosas y sequoiadendrones) y el diseño original.
Hay que ver: La colección de estribos del Museo de la Chilenidad y caminar entre los añosos árboles del parque.
Disco recomendado: “Adanowsky“, de Adanowsky.
Estacionamientos: Sí. Av. Padre Hurtado 1195.
Estacionamiento de bicicletas: Sí.
Cajero automático: En Alejandro Flemming con Padre Hurtado Sur.
Ubicación: Padre Hurtado Nº 1155, Las Condes.
Horarios: Horario Museo: Lunes a Sábado de 10:00 a 17:00 hrs. Horario Parque: Lunes a Domingo de 10:00 a 17:00 hrs.
Metro: Estación Colón o Estación Los Domínicos.
Visitas guiadas: De lunes a viernes y se deben agendar con un mínimo de tres días de anticipación. Son gratuitas
Fotografías: © Teresita Pérez / Plataforma Urbana
- © Teresita Pérez / Plataforma Urbana
- © Teresita Pérez / Plataforma Urbana
- © Teresita Pérez / Plataforma Urbana
- © Teresita Pérez / Plataforma Urbana
- © Teresita Pérez / Plataforma Urbana
- © Teresita Pérez / Plataforma Urbana
- © Teresita Pérez / Plataforma Urbana
- © Teresita Pérez / Plataforma Urbana
- © Teresita Pérez / Plataforma Urbana
- © Teresita Pérez / Plataforma Urbana
- © Teresita Pérez / Plataforma Urbana
- © Teresita Pérez / Plataforma Urbana
- © Teresita Pérez / Plataforma Urbana
- © Teresita Pérez / Plataforma Urbana
- © Teresita Pérez / Plataforma Urbana