Emblemáticos mausoleos del Cementerio General están en ruinas
Por Sebastián Sottorff, El Mercurio.
Quedaron dañados por el terremoto de 2010 y no hay recursos para arreglarlos:
Pese a ser monumentos históricos, el camposanto por ley no puede intervenir las sepulturas, ya que se trata de propiedades privadas.
Hace más de cien años, la muerte reflejaba también un símbolo de estatus. Prueba de ello son los ostentosos mausoleos que aún perduran en el Cementerio General, una variada muestra de cómo era el Chile de hace más de un siglo.
Pero la fastuosidad de aquellos años ha quedado reducida a lugares que hoy yacen en el abandono. Se trata de tres mausoleos emblemáticos y reconocidos como monumentos históricos, pero que aún no han podido ser reconstruidos después del terremoto de 2010.
Uno de ellos es el del filántropo y ex director del mismo camposanto Manuel Arriarán Barros. El benefactor no sólo impulsó una de las remodelaciones más importantes del Cementerio General, a fines del siglo XIX, sino que además fundó el primer hospital de niños de la capital. Su mausoleo, hecho en 1903 bajo un diseño neoclásico, hoy no es más que ruinas, y al no tener descendientes no hay quien gestione su reconstrucción.
“Los mausoleos son propiedades privadas y su mantención depende de las familias. En este caso, lamentablemente, no hay herederos, así que no hay personas que se puedan encargar de su restauración”, afirmó el director Pablo Zenteno, al explicar que como empresa pública, la ley inhabilita a la administración del cementerio para invertir en propiedades privadas o recibir donaciones.
El otro caso corresponde a la tumba del abogado y ex ministro de Obras Públicas Macario Vial. Su mausoleo estaba influido por la cultura egipcia y fue construido en 1896. Actualmente, un grupo de herederos presentó un plan de remodelación, que tendría un costo superior a los $30 millones.
“Sabemos que hay familiares preocupados de reconstruir este espacio y tratando de reunir los fondos. Esto es caro, y esperamos que la restauración se pueda concretar”, agregó Zenteno.
El tercer mausoleo abandonado es el de la familia Varela Cortés-Monroy. Se trata de uno de los complejos más grandes y fue construido bajo los preceptos del estilo grecorromano, en 1908. Pese a que existen herederos, el director del cementerio asegura que ellos no contarían con fondos para arreglarlo.
“Además de los montos necesarios, la familia debe acatar las indicaciones del Consejo de Monumentos Nacionales. Así que tampoco se trata de tapar grietas, sino más bien de reconstruir el lugar de la manera más original posible”, explicó Zenteno.