Archivo Fotográfico: ¿Dónde está el caballo del Santa Lucía?

En los registros del cerro Santa Lucía del tardío siglo XIX, destaca prominentemente la estatua metálica del Caballo en la entrada norte, por la calle Merced. Un pórtico de ladrillos en forma de arco de 6.5 metros de altura y 4.5 de ancho lo sostenía, altamente visible considerando que las construcciones de la época no sobrepasaban los dos pisos de altura. Este ícono, obra del escultor Eugène Louis Lequesne, inspirado en la figura ecuestre de Nerón en Pompeya, fue donado en 1874 por don Francisco Gandarillas. El portal que fue conocido en las tres décadas siguientes como la Entrada del Caballo dejo súbitamente de serlo con su relocalización en 1901, aparentemente en el Club Hípico, de donde volvió a desaparecer para no ser visto más.

No se trataría del único enigma del Santa Lucía, puesto que de las 40 estatuas de las fundiciones más prestigiosas de Francia y 300 jarrones que lo inauguraron, hoy quedan sólo 30 y 87, respectivamente. Es así como también se extrañan los dos guerreros de la entrada por Agustinas, que representaban a un soldado franco del tiempo de Atila y a otro sajón de la misma época, vestidos con pieles de animales salvajes. También se ha extraviado uno de la pareja de perros de un metro de alto y 145 kilos cada uno, hechas por el escultor Alfred Jacquemart en la reconocida fundición francesa Vald’Osne. Se ha llegado a rumorear que vieron a uno de los canes en el balcón de uno de los edificios que mira hacia el cerro.

Así como algunas piezas han sido reconocidas en algunos puntos del país, como lo fue uno de los guerreros descritos en la Hacienda Bucalemu en la Región de Valparaíso, no hay como asegurar que son de propiedad pública. Muchas de estas piezas originales pasaron por anticuarios y ya se les ha perdido el rastro. Es así como parte de la memoria urbana de Santiago permanece por siglos entre el misterio y el olvido.